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A Coruña

A Coruña, protagonista hace 48 años de la primera extinción aérea de España

La provincia acogió el primer servicio antiincendios del 43 Grupo de Fuerzas Aéreas
Grupo 43
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A pesar de que cada año son mayores las terribles noticias sobre los incendios forestales que arrasan nuestro país, pocos conocemos la historia y evolución del sistema de extinción de incendios forestales en España.

Miles de hectáreas son consumidas cada año, pero es probable que, a fuerza de costumbre, nunca nos hayamos planteado cómo y porqué empezó a funcionar la actividad de esos aviones amarillos sin los cuales sería imposible preservar nuestro maravilloso patrimonio.

Todo comenzó a principios del siglo XX, cuando Estados Unidos, Australia y Canadá empezaron a desarrollar un sistema aéreo para la detección de incendios forestales.

A pesar de los intentos de pasar a la importantísima labor de extinción durante la década de los 30, no fué hasta el fin de la II Guerra Mundial, cuando, aprovechando los avances tecnológicos en el campo de la aviación, junto con la cantidad de naves excedentes de ese acontecimiento, se empezaron a utilizar aviones con ese fin específico.

Curiosamente, todo esto nos relaciona muy directamente con uno de esos países: Canadá. Ese país es históricamente uno con mayor cantidad de incendios forestales del mundo, debido a la riqueza de sus inmensas zonas boscosas a las que, en muchas ocasiones, resulta casi imposible acceder por tierra.

Es en los años 60 cuando entra en juego la empresa fabricante de aeronaves Canadair,  que comienza a estudiar el diseño de un avión específico para este tipo de misiones, un avión de 17.000 kg de peso que no llegó a pasar de la fase de estudio, pero que sirvió para el posterior desarrollo del CL-215, un avión que se diseñó como anfibio para poder aprovechar los grandes lagos y ríos del país y que efectuó su primer vuelo el 23 de octubre de 1967.

En la década de los 70 en España, otra histórica sufridora de estos terribles incendios, el Ministerio de Agricultura de la época decidió adquirir los primeros modelos de ese mismo avión, que llegaron a nuestro país en febrero de 1971 procedentes de Montreal, entrando a formar parte del 803 Escuadrón de las Fuerzas Aéreas y cuyo padrino de ceremonias fue el entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón.

Tras una primera misión de operación de búsqueda y salvamento derivados de accidentes aéreos o catástrofes naturales llevada a cabo al oeste del cabo Fisterra el 11 de marzo, el bautizo como cuerpo de extinción se realizó el 9 de julio de 1971, en la provincia de A Coruña, con una tripulación mixta formada por expertos canadienses y españoles.

A partir de entonces, este impagable servicio del 43 Grupo de Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire cuyo lema es #apagayvamonos, no ha dejado de luchar 365 días al año para prevenir y extinguir esta cotidiana desgracia.

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