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Nueve meses de inhabilitación a un futbolista del Teixeiro (A Coruña) por agredir a un árbitro

El colegiado afectado es un conocido presentador y humorista que arbitraba un choque entre el Olimpico B y el Teixeiro de Segunda Futgal. El entrenador local denuncia haber recibido un puñetazo en las costillas. Se produjo una pelea posterior entre los dos equipos que obligó a intervenir a la Policía Local

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El Comité de Competición de la Real Federación Galega de Fútbol ha resuelto sancionar con una inhabilitación de nueve meses a un futbolista del Teixeiro tras presuntamente agredir al árbitro del partido de este club ante el Olímpico B el pasado domingo en la competición de Segunda Futgal, que el filial del equipo de Culleredo (A Coruña) ganó por 2-1 con un gol en los últimos minutos. El árbitro afectado es el conocido presentador y humorista Lucas Rey, que compagina ambas facetas.

Según consta en el acta del partido, "una vez finalizado el encuentro, me dirijo hacia los vestuarios por el círculo central del terreno de juego. En ese mismo instante (el jugador sancionado) se dirige a la carrera hacia mí realizando protestas reiteradas hacia mi persona e increpándome. En el momento que le muestro la tarjeta amarilla que conllevaba la expulsión por doble amonestación desde el círculo central, me sujeta con mucha fuerza por la zona del pecho y cuello, llegando a retorcerme la camiseta y sujetándome durante varios instantes la zona de cuello y garganta".

El relato, que tiene presunción de veracidad y que se ha ampliado con un parte de lesiones por parte del colegiado, prosigue: "Ante esta situación, jugadores del equipo local y varios jugadores del equipo visitante sujetan a (el jugador sancionado) para evitar que siguiera agarrándome. Una vez logro zafarme del portero me separo del (jugador sancionado) me separo del tumulto de jugadores que comenzaban una pelea multitudinaria entre ambos equipos y en ese mismo instante acude la Policía Local que estaba presente en las instalaciones ya que anteriormente jugara el Olímpico de Rutis "A" y habitualmente acuden para que todo esté en orden".

"Una vez bajan las autoridades al terreno de juego, les comunico quien es la persona que me ha agarrado", cierra el colegiado en este apartado de otras incidencias.

Una pelea posterior

El partido tuvo su dosis de polémica y este hecho fue la mecha que prendió una pelea posterior. En el acta del partido a la que ha tenido acceso Quincemil, Rey Lara redacta que "Cuando por fin consigo llegar a la zona de banquillos para acudir a mi vestuario, ambos equipos implicados comienzan un multitudinario enfrentamiento, tanto jugadores como miembros técnicos, estando la Policía Local presente teniendo que actuar de manera rápida y eficaz para evitar que ambos jugadores y cuerpos técnicos siguiesen con el enfrentamiento".

"Una vez la policía logra tranquilizar mínimamente el ambiente, estando implicados la mayoría de jugadores y cuerpo técnico, el equipo local se dirige a vestuarios mientras que el equipo visitante sigue sin cesar insultos hacia mi persona y jugadores locales, en especial identificados (refiere dos dorsales) visitantes que no cesaban insultos y amenazas dirigiéndose a mí y a los jugadores en los siguientes términos: "nos vemos fuera, así te lo digo", "No pasas de hoy", "Hijo de puta". Una vez las autoridades consiguen que los dos equipos entren a vestuarios, me dirijo al mío, acompañado en todo momento por el delegado local", manifiesta.

El entrenador del Olímpico B afirma recibir un puñetazo

El árbitro prosigue en su relato de los hechos con un incidente que refiere el entrenador del Olímpico B. "Una vez termino de cambiarme, la policía nos toma los datos a mí y al entrenador local, que me comunica lo siguiente: el jugador (refiere un dorsal) visitante me pegó un puñetazo en las costillas comentándoselo también a la Policía mientras él nos explicaba lo que sucedió".

Un largo parte de sanciones

El comité ha sido inflexible con este hecho. El jugador identificado como agresor del árbitro ha sido sancionado con un partido de suspensión por la expulsión, y nueve meses de inhabilitación por la agresión. El resto de jugadores identificados han sido sancionados con grados diferentes según los hechos imputados. Así, uno de ellos recibe ocho partidos de sanción, otro tres y otros dos jugadores han sido sancionados con dos partidos de suspensión.

Por otra parte, ambos clubes reciben una multa por los incidentes y el entrenador local también fue sancionado un partido. Dos jugadores locales también han sido sancionados pero por acumulación de amarillas, no por hechos derivados de este incidente.

Las sanciones son recurribles ante el comité de apelación.