Opinión El merodeador

Merodeos

11 julio, 2016 00:29

Rajoy usa a Obama como llave inglesa

El presidente del Gobierno en funciones ha aprovechado la presencia de Barack Obama en España para apretarle las tuercas a Pedro Sánchez y a Albert Rivera. En su comparecencia conjunta ante los medios, Rajoy dijo que sería "una broma de muy mal gusto" tener que ir a unas terceras elecciones, atribuyendo únicamente la responsabilidad de un posible fracaso en ese sentido al PSOE y Ciudadanos. Obama se limitó a expresar que prefería, lógicamente, un Gobierno sólido.

Lo que vino a decir Rajoy ante Obama es que Sánchez y Rivera tienen poco menos que la obligación de sacrificarse para que él sea presidente, mientras espera de brazos cruzados. Pero lo lógico sería que Rajoy, como primer interesado en lograr la investidura, tomara la iniciativa y se dirigiera a sus rivales con un planteamiento claro de qué va a hacer a cambio de su posible respaldo. Sin embargo, han pasado dos semanas desde las elecciones y nadie conoce ninguna propuesta concreta de Rajoy hacia quienes pretende que sean, siquiera por un día, sus socios.

Hubiera sido más elegante -y seguramente más práctico- que Rajoy, en lugar de apelar a PSOE y C's en presencia de Obama para utilizar la imagen del presidente estadounidense como aval de sus pretensiones, les hubiera hecho llegar ya un programa atractivo de gobierno con medidas y compromisos de regeneración. Aún está a tiempo.

CDC se convierte en PDC: de Mas a menos

Convergència Democràtica (CDC), uno de los partidos históricos de Cataluña, ha dejado de existir para transformarse en el Partit Demòcrata Català (PDC), una formación que se declara independentista y republicana. Era lógico que el viejo partido de Pujol buscara una refundación después del terremoto que ha vivido la política catalana como consecuencia de su paso al separatismo.

Aunque la vieja guardia ha pilotado este proceso, hay un hecho que habla a las claras de la pérdida de influencia de Artur Mas: el nombre que tanto él como la dirección habían propuesto para la formación, Partit Nacional Català, ha sido desestimado por las bases.

Los gravísimos errores de Convergència han hecho crecer a ERC y han alimentado fenómenos como el de Ada Colau y la CUP. El partido de Mas ya es irrelevante en Madrid y cada vez pinta menos en Cataluña. PDC es la constatación de un fracaso. Como su líder, hablamos de una formación que va de más a menos.

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