La gran mayoría de los 350 diputados nacionales seguirán de vacaciones hasta el pleno ordinario de la semana que viene porque así lo acordaron los grupos, por unanimidad, el día 21. La imagen este lunes de un Congreso desolado, por el que apenas transitaban algunos funcionarios y un puñado de representantes de Ciudadanos y Podemos ocupados en tareas internas, constituye el retrato elocuente de un país en el que los representantes del pueblo soberano sólo parecen dispuestos a ponerse de acuerdo cuando de lo que se trata es de prorrogar su propio descanso. La algarabía de unos escolares de excursión, preguntando por el escaño donde se sienta Mariano Rajoy, completa la estampa de una parálisis política e institucional cada vez más onerosa en términos políticos, institucionales y económicos. Los funcionarios que sí han trabajado aseguran en privado que sus señorías ya están en modo precampaña y aguardan sin más la disolución de las Cortes y una nueva convocatoria electoral. Esperar a que se cumpla el plazo constitucional para ir a nuevos comicios sin agotar todas las vías posibles para intentar sacar adelante la investidura de un presidente es tanto como engañar a los ciudadanos.

El Instituto Europeo de Mercados Monetarios calculará el próximo Euríbor -probablemente a final de año- en función del tipo real de cambio en los mercados financieros, en lugar de mediante el sistema de encuestas utilizado hasta ahora. No es extraño que el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, haya aplaudido un cambio de metodología que permitirá obtener estimaciones reales y, por tanto, un abaratamiento de los préstamos y de las hipotecas. También impedirá prácticas fraudulentas por parte de las entidades financieras. De hecho, en los países anglosajones se abandonó la estimación del tipo de interés mediante encuestas tras descubrirse que muchos bancos aseguraban imponer intereses superiores a los reales para inflar la tasación del precio oficial del dinero. Lo absurdo ha sido mantener un sistema obsoleto, cuando ya se sabía que EEUU y Reino Unido multaron a muchos de sus bancos por mentir en las encuestas. Esta trampa les permitía cobrar más de lo que hubieran debido a quienes solicitaban préstamos. El nuevo método, que ya se utiliza en préstamos a un día, es más justo y puede contribuir a que el dinero llegue a la economía real.

La policía belga sigue metiendo la pata después de que sus fallos en seguridad y lucha anyihadista hayan quedado en evidencia ante el mundo entero. Este lunes el periodista freelance Faycal Cheffou, detenido desde el sábado y sobre el que pesan cargos por terrorismo, ha sido liberado por falta de pruebas pese a que sigue inculpado. Ahora resulta que el hombre que aparece en una imagen de las cámaras de seguridad de Zaventem junto a dos de los terroristas que se inmolaron sigue sin ser identificado, pese a que en un principio fue identificado como el sospechoso ahora puesto en libertad. Una vez más vuelve a quedar de manifiesto la chapucería de las fuerzas de seguridad de este país. Y llueve sobre mojado. El pasado miércoles, el presidente Erdogan desveló que uno de los kamikazes había sido deportado desde Turquía vía Holanda en julio y que informó a las autoridades europeas. Este anuncio llegó apenas días después de que se descubriera que Salah Abdeslam, hombre clave en los atentados de París, había estado ocultándose todo el tiempo en Molenbeek, el barrio bruselense donde creció. El primer ministro belga, Charles Michel, debe tomar medidas para garantizar que errores como estos, que afectan a la seguridad de toda la UE, no vuelvan a repetirse.