La desvergüenza de los Pujol no tiene límites. Según desvela hoy EL ESPAÑOL, el patriarca de la familia utilizó el proceso independentista en Cataluña como argumento para que Andorra no revelara pruebas sobre sus delitos fiscales. En un recurso enviado al tribunal que debía decidir sobre la comisión rogatoria en 2014, los abogados del clan insistieron en que la investigación abierta contra ellos era una persecución política por favorecer el proceso soberanista. Las mentiras de Jordi Pujol se caen por su propio peso: el expresidente de la Generalitat afirma que el dinero oculto en Andorra es una herencia familiar, pero ha sido incapaz de dar cuenta de este legado ni de justificar el manuscrito desvelado en exclusiva por EL ESPAÑOL, en el que él mismo reconoce que una de las cuentas de su hijo Jordi era realmente suya. El cinismo de la familia es mayúsculo, ya que intentan presentarse como mártires políticos para justificar sus problemas con la Justicia. La realidad es bien distinta, ya que toda la evidencia apunta a que los Pujol utilizaron precisamente el nacionalismo para enriquecerse.

Arnaldo Otegi, recién excarcelado tras seis años en prisión por intentar reconstruir Batasuna, celebró su primer mitin político en San Sebastián amenazando con romper la legalidad. El secretario general de Sortu inició su campaña electoral declarando que abrirá “un segundo frente al Estado español” y, tras dar la enhorabuena a los catalanes por su proyecto de “desconexión”, puso a Cataluña como ejemplo a seguir. El desafío de Otegi debe ser rechazado por partida doble, ya que a su intento de saltarse las leyes se suma el oprobio de haber apoyado a una banda que sólo ha causado muerte y dolor. Como bien han dicho las eurodiputadas Maite Pagazaurtundúa y Teresa Jiménez-Becerril, ambas hermanas de víctimas de atentados de ETA, es inadmisible que ahora se intente presentar a Otegi como a un hombre de paz. El Estado debe estar alerta ante la declaración de intenciones del dirigente abertzale, al igual que ante la maquinaria propagandística que intenta convertirle en un héroe.

Este lunes se celebra la enésima cumbre extraordinaria en Bruselas para tratar la crisis de los refugiados. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se declara moderadamente optimista, ya que tras medio año de decisiones unilaterales y contradictorias por parte de los miembros de la Unión, por primera vez parece emerger un posición clara: sellar las fronteras exteriores de la UE. Esta decisión sería un fuerte revés a la política de puertas abiertas y reparto de refugiados que propugnaba la canciller Angela Merkel, además de la antítesis de lo que tradicionalmente ha sido el espíritu de la UE. También es llamativo que Tusk, un político polaco, se muestre tan a favor de cerrar las fronteras, teniendo en cuenta la cantidad de refugiados de Polonia que pidieron auxilio en países europeos tras la Segunda Guerra Mundial. A pesar de la dureza de esta nueva política, lo que está claro es que no se puede mantener el caos y la incertidumbre que existe ahora. Los líderes europeos deben fijar de una vez por todas una política común y asumir sus consecuencias.