La vieja historia de la herencia paterna que Jordi Pujol ha utilizado para explicar el origen del dinero que la familia guardaba en Andorra se desmorona. EL ESPAÑOL ha tenido acceso al contenido de la agenda que Josep Pujol Ferrusola guardaba en su casa y que el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata utilizó durante el interrogatorio con su autor. Estos apuntes, entre los que se incluyen anotaciones como “Salvar el nombre del padre” indican que el clan Pujol intentó construir una realidad paralela para justificar el botín que ocultaba en Andorra. En este interrogatorio, el hijo del expresidente de la Generalitat también cuenta que había propuesto a su padre que hablase con el conde de Godó, presidente-editor de La Vanguardia, para contarle la verdad del legado, lo que indica el papel que los medios de comunicación están jugando en Cataluña. La idea predominante era que el patriarca de la familia no saliera mal parado cuando empezara a conocerse la existencia de una fortuna oculta en paraísos fiscales. Es hora de que el expresidente de la Generalitat se deje de cuentos y explique de dónde viene realmente el dinero oculto en Andorra.

En la entrevista que publica este lunes EL ESPAÑOL con Inés Arrimadas, la líder de la oposición en el Parlament afirma que Ciudadanos está dispuesto a sumar votos con Podemos para determinadas cuestiones de regeneración democrática. La diputada incide en que esta colaboración tendría lugar en cuestiones concretas, no para formar un posible Gobierno. Este ofrecimiento es una buena noticia. Es evidente que los dos partidos son como el aceite y el agua, ya que cada uno ofrece un modelo de país completamente distinto, en especial en lo referente a la economía y al modelo territorial. Además, los líderes de ambas formaciones ya han reiterado varias veces que no apoyarán un Gobierno formado por el otro. Sin embargo, Podemos y Ciudadanos coinciden en varias reformas esenciales, como por ejemplo una negociación de la ley electoral o la despolitización de la justicia. Una colaboración entre ambos partidos en este tipo de cuestiones sería indudablemente beneficiosa para la democracia, aunque habrá que ver si su voluntad de regeneración luego coincide con las propuestas concretas.

La noticia de que el Papa Francisco no visitará el Estado de Guerrero durante su viaje a México ha causado consternación entre muchos mexicanos. El municipio más violento del país, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia, y el tercero a nivel mundial, fue también el escenario de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Muchos de los habitantes de esta región culpan al Gobierno de querer ocultar la miseria de un Estado en el que cinco cárteles de narcotraficantes se disputan el poder. Es indudable que el ejecutivo de Enrique Peña Nieto, que junto a un grupo de empresarios cubrirá los principales gastos de la gira de cinco días de Francisco, tiene un gran interés en esconder el catálogo de horrores que tienen lugar bajo su mandato. Aunque el pontífice se reunirá con las familias de las víctimas en una misa en Ciudad de Juárez, su visita a un Estado donde los asesinatos, desapariciones y torturas están a la orden del día hubiese dado un mensaje de consuelo y esperanza para muchos de los fieles. Aun así, Francisco debe aprovechar este viaje para instar al Gobierno mexicano a atajar de una vez por todas la violencia en la que vive el país.