Opinión El merodeador

Merodeos

6 febrero, 2016 02:21

Zarzuela confunde la falta de respeto con complicidad

La ronda de consultas de Su Majestad el rey Felipe VI con los representantes de los grupos parlamentarios ha puesto de manifiesto un relajo en el protocolo, rayano en la mala educación. Pablo Iglesias fue a ver al monarca en mangas de camisa; Alberto Garzón se refirió a él reiteradamente como "el ciudadano Felipe de Borbón" y los representantes de Compromís, En Marea y En Comú Podem le tutearon y presumieron en público del modo en que se dirigieron a Don Felipe, arguyendo sus convicciones republicanas. Si ya es un error que nadie en la Casa del Rey advirtiera a estos políticos del protocolo acostumbrado para dirigirse al Jefe del Estado, el modo en que luego Zarzuela ha reivindicado esta ausencia de modales en las entrevistas con Felipe VI sólo puede ir en detrimento de la Corona. Es paradójico que Zarzuela considere "absolutamente respetuoso y amable" el comportamiento de estos dirigentes ante el Rey, alegando que "esta es la casa de todos" y que "ellos son representantes de la soberanía popular". En política, las formas son tan importantes como el contenido, pero los representantes de estos partidos han pasado del Su Majestad al tuteo sin pasar siquiera por el usted. La Casa Real se equivoca al interpretar como un signo de complicidad y proximidad lo que no es sino falta de respeto y consideración.

Un indulto a la madre maltratada que beneficia a la hija

María Salmerón, la mujer maltratada por su exmarido y condenada a seis meses de cárcel por incumplir reiteradamente el régimen de visitas entre padre e hija, no entrará finalmente en prisión. El Consejo de Ministros ha apelado a la "relevancia social" del caso para conmutarle la pena por una multa de 2.190 euros y trabajos a la comunidad. Existen motivos fundados para respaldar este indulto parcial, por más que la Fiscalía y los jueces se opusieran a su concesión aduciendo la reincidencia y que ya fue indultada con anterioridad. En casos de violencia de género los menores también son víctimas, por lo que las órdenes de alejamiento de los agresores deberían protegerles también a ellos, como recomienda la Ley de Protección de la Infancia. Por otro lado, la madre insiste en que la pequeña, de 15 años, no quiere ver a su padre: dado que en unos meses podrá emanciparse, y decidir con quién quiere vivir, parece razonable que el Gobierno haya optado por conmutar el ingreso en prisión de la madre, ya que lo contrario obligaría a la niña a convivir con su progenitor durante los seis meses de condena. No es la primera vez que asociaciones de juristas abogan, de hecho, por que las condenas por maltrato lleven aparejada la retirada de la patria potestad.

Julian Assange debe comparecer ante la Justicia sueca

El Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias, miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ha concluido que Julian Assange, que lleva más de tres años en la embajada de Ecuador en Londres, está siendo retenido de forma arbitraria por Suecia y Reino Unido. El resultado del informe ha sido objeto de gran controversia. En primer lugar, esta conclusión es altamente discutible, ya que el fundador de Wikileaks no se encuentra en la legación diplomática londinense en contra de su voluntad, sino que él mismo decidió refugiarse ahí para evitar su extradición a Suecia, donde se le acusa de abusar sexualmente de dos mujeres. El exjuez Baltasar Garzón, que pertenece al equipo de su defensa, no ha perdido ocasión para dramatizar tras conocerse la decisión, al afirmar que seguir confinando a Assange sería "una forma de tortura". El ahora abogado dice que Suecia y Gran Bretaña están obligados a seguir las instrucciones del Consejo, una apreciación gratuita ya que los propios expertos han admitido que el veredicto no es una sentencia judicial. Durante años, el activista australiano ha alegado que Suecia quiere extraditarlo a Estados Unidos, donde se enfrenta a un posible crimen de espionaje, para no afrontar las denuncias de las que se le acusa. Esta presuposición no puede servir de excusa para no dar la cara y comparecer ante la Justicia sueca.

Más en opinión

Blog del Suscriptor
¿Para cuándo la segunda revolución de la Justicia?

¿Para cuándo la segunda revolución de la Justicia?

Anterior

Cuando Sánchez es lo nuevo e Iglesias lo viejo

Siguiente