Tal y como revela este martes EL ESPAÑOL, la entonces esposa de Jordi Pujol Ferrusola, Mercé Gironés, vació una caja de seguridad del BBVA en la avenida Diagonal de Barcelona tan sólo unas horas después de que El Mundo destapara el caso Pujol el 16 de noviembre de 2012. “En previsión de las posibles consecuencias penales” -dice la Unidad de Delincuencia Económica- Gironés corrió a retirar dinero y objetos de valor -aunque no está claro el contenido de la caja- el mismo día en el que se denunció la gran fortuna del clan oculta en distintos paraísos fiscales, principalmente Andorra. Este episodio es una prueba más del funcionamiento coordinado de los Pujol y de su ilimitado descaro. Mientras el expresidente catalán y sus hijos se rasgaban las vestiduras e insistían en los medios en que todo era una operación contra su familia, la esposa del primogénito eliminaba pruebas comprometedoras.

La retirada del nombre de treinta calles franquistas en la capital de España, impulsada por Manuela Carmena y su equipo de gobierno, está resultando una chapuza. La intención de la alcaldesa de Ahora Madrid es lógica y responde al cumplimiento de la legalidad. Sin embargo, Carmena confunde la reparación histórica con la propaganda, lo que está convirtiendo el proyecto en una opereta. Es incomprensible que haya pretendido enmendar un error de décadas en diez días, que es el plazo que ha dado a los historiadores encargados de revisar el mapa de la capital. De ahí algunos errores mayúsculos, como la orden de modificar el nombre de una calle dedicada a Francisco Iglesias, un industrial vallecano que nada tuvo que ver con el conflicto fratricida, o que se haya vinculado al comandante Zorita con el bombardeo de Guernica, cuando en abril de 1937 éste ni siquiera sabía pilotar un avión. La precipitación no puede caracterizar un proceso de reparación histórica porque el daño que se pretende subsanar puede suponer una nueva afrenta.

Pernando Barrena, portavoz de Sortu -organización integrada en EH Bildu-, ha cerrado filas con la reivindicación del derecho a decidir que Podemos propone como condición para alcanzar un pacto de gobernabilidad. El representante abertzale mantiene que este planteamiento abre "oportunidades de trabajo en común" y facilita "nuevas alianzas" entre su coalición -que no ha condenado el terrorismo de ETA- y el partido de Pablo Iglesias. Barrena ha subrayado al respecto que "hasta ahora" no había "encontrado aliados". La mano tendida de Sortu a Podemos tiene un precedente: la alianza entre ambos para concurrir al Senado en Navarra en las pasadas elecciones. El portavoz radical ha calificado el derecho a decidir como un postulado "netamente de izquierdas", con el objetivo de apuntalar la posición de la formación morada en una hipotética negociación con el PSOE. La confluencia entre EH Bildu y Podemos ya quedó patente en los resultados de las pasadas elecciones generales, cuando los votantes independentistas, tanto en Navarra como en el País Vasco, se decantaron por Podemos al considerarlo el "voto útil". Iglesias está cada vez más próximo a quienes pretenden desmembrar el país.