De las fuerzas que no han conseguido representación parlamentaria, el PACMA ha sido el que más cerca se ha quedado de las puertas del Congreso. Con 216.881 sufragios, el partido que lidera Silvia Barquero ha conseguido más votos de los que sumarían UPyD y Unió Democratica, y ha superado a Vox y a Falange. Con otra ley electoral, la formación creada para la defensa de los derechos de los animales habría obtenido algún escaño. El sistema penaliza a los partidos que no concentran los votos en una provincia, por lo que a pesar de haber obtenido la mitad de los sufragios que el PACMA, Coalición Canaria ha entrado en el Parlamento. EH Bildu, es otro ejemplo: casi con los mismos apoyos (218.467) ha conseguido dos diputados. El resultado del Partido Animalista en estas elecciones revela una creciente sensibilidad hacia los derechos de los animales por parte de la sociedad española, y que no haya tenido traducción en escaños pone de manifiesto, de nuevo, la necesidad de un sistema electoral que recoja más fielmente las preferencias de los ciudadanos. Que le pregunten también a Izquierda Unida.

La lotería que se celebra cada 22 de diciembre es, para muchos españoles, una tradición más de la Navidad. Según los estudios, tres de cada tres ciudadanos jugarán en el sorteo, que reparte este año 2.240 millones de euros en total. Sin pretenderlo, El Gordo se ha convertido en uno de esos símbolos que une a los españoles en una misma ilusión. No por casualidad, en otro intento más por cortar cualquier lazo sentimental con el resto de españoles, la Generalitat -con su consejero Mas-Colell al frente- impulsó hace dos años su propia lotería navideña. Eso sí, al no poder competir de igual a igual, ese sorteo se celebra el 31 de diciembre. Ahora bien, tanto los perdedores de la Grossa como los del Gordo que no resulten ganadores pueden encontrar consuelo en un artículo que publica hoy EL ESPAÑOL. Algunos expertos confirman que el dicho de que el dinero no da la felicidad puede tener una base científica: las historias de muchos afortunados en este tipo de premios millonarios no suelen tener final feliz.

La sanción de ocho años de inhabilitación para Sepp Blatter y Platini, expresidente y exvicepresidente de la FIFA, respectivamente, revela lo podrido que está este organismo, algo que todo el mundo intuía pero que no había podido demostrarse hasta hace poco. Junto a ellos hay una treintena de directivos encausados. El Comité de Ética del máximo organismo del fútbol mundial ha constatado que Blatter pagó dos millones de francos en 2011 a Platini por un supuesto trabajo para la organización que no aparece justificado, que recibieron regalos y que administraron de forma desleal. Castiga a ambos sólo con inhabilitación porque no ha determinado que hubiera "corrupción" pero, aunque se trata de una sanción temporal, debería apartarles de cualquier órgano federativo para siempre. También supone una llamada de atención para quienes tengan la oportunidad de sustituirlos en el cargo. Uno de los aspirantes es, precisamente, el español Villar.