Opinión El merodeador

Merodeos

16 octubre, 2015 02:36

Pedro Sánchez hace electoralismo con el salario mínimo

La medida estrella del programa económico de Pedro Sánchez, la promesa de subir el Salario Mínimo Interprofesional hasta los 1.000 euros en dos legislaturas, hace agua. Pese a la trascendencia de la iniciativa, los socialistas la despachan con dos párrafos en los que ni siquiera se detallan los costes que conllevaría un cambio tan pronunciado -a día de hoy, el salario mínimo es de 648 euros-. Para más inri, el PSOE sostiene que esta subida “se acompasará a la evolución de nuestra economía”, o lo que es lo mismo; si las cosas no van bien, se desentenderán de su promesa. Más allá del probable desincentivo en la contratación y el consecuente incremento del paro que esta medida supondría, tal y como apuntan varios expertos en EL ESPAÑOL, lo sorprendente es que el principal partido de la oposición juegue de forma tan frívola con un asunto tan serio.

El PP elige un presidente a tiempo parcial en el País Vasco

El nombramiento de Alfonso Alonso como presidente de los populares vascos es, cuando menos, sorprendente; no porque no reúna condiciones para serlo sino porque la debilidad en la que se encuentra su partido en el País Vasco merecería un trabajo in situ las 24 horas del día. Lógicamente, las responsabilidades de Alonso al frente del Ministerio de Sanidad , así como el hecho de vivir en Madrid, dificultarán la tarea de recomposición del partido. La marcha de Arantza Quiroga a dos meses de elecciones ha dejado muy tocada a la organización. Sin embargo, el mensaje que lanza Génova con el nombramiento de Alonso es de poco compromiso, porque lo ha elegido como líder provisional y a tiempo parcial hasta las generales. La otra alternativa es que piense en él como líder de futuro, pero entonces o da por hecho que Alonso no seguirá en el Gobierno o que el PP no gobernará tras el 20-D.

Vladimir Putin dificulta la lucha contra el Estado Islámico

Estados Unidos ha anunciado este jueves que retrasará la salida de sus tropas de Afganistán y que mantendrá 5.500 soldados cuando Obama finalice su mandato en enero de 2017. La decisión del presidente es acertada, ya que una retirada de las fuerzas no es viable hoy por hoy debido al resurgimiento de las operaciones de Al Qaeda y a la amenaza del autodenominado Estado Islámico, cuyos combatientes comienzan a adentrarse en el país. Esta resolución cobra mayor relevancia a raíz de un nuevo comunicado del Institute for the Study of War que sostiene que la participación rusa en Siria está facilitando los avances del grupo terrorista en el territorio, ya que sus ataques aéreos se concentran en las posiciones que ocupan los opositores al régimen de Asad. Este informe corrobora que Putin no ha intervenido en Siria para luchar contra el Daesh sino para conseguir un rédito geopolítico. A pesar del compromiso de Washington, la estrategia de Moscú añade un nuevo obstáculo a la lucha contra el Estado Islámico.

El Teatro Real merece más atención por parte de Cultura

Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, presidente del patronato del Teatro Real, asegura en una entrevista con EL ESPAÑOL que el presupuesto de esta entidad “es el mismo que el de una ópera de provincias francesa”, lo que resulta inconcebible tratándose de la primera institución española en lo que a las artes escénicas se refiere. De los 43 millones de euros de los que ha dispuesto el Teatro Real en 2015, la aportación de las tres administraciones públicas -Cultura, Ayuntamiento y Comunidad de Madrid- ha supuesto tan sólo un 30% del total, convirtiéndose así en el teatro de ópera con menor porcentaje de financiación pública en España. Tanto Cultura, al tratarse de una entidad de prestigio, como el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, por el aliciente al turismo de alto poder adquisitivo que supone, deberían respaldar con una ayuda más digna el trabajo de una de las corporaciones españolas con más proyección internacional.

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