Opinión El merodeador

MERODEOS

6 octubre, 2015 22:13

La 'trama Púnica' salpica de lleno a Tomás Gómez

Tomás Gómez, exalcalde de Parla y exlíder del Partido Socialista de Madrid, ha sido señalado por el empresario clave de la trama Púnica, David Marjaliza, como responsable del amaño de adjudicaciones de parcelas destinadas a VPO a cambio de comisiones. A expensas de que se aclare la veracidad o no de esta acusación, que consta en una pieza secreta de la instrucción a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, la posible implicación de Tomás Gómez daría a la trama una dimensión mayor. Púnica, que surgió como un caso aislado de manzanas podridas del PP, se ha confirmado como escándalo transversal que salpica a los dos grandes partidos en distintos puntos del país. Por otra parte, la declaración del constructor Marjaliza abona la tesis de que el PSOE sabía lo que hacía cuando decidió sustituir abruptamente a Tomás Gómez y apartarlo como líder en Madrid y cabeza de lista a las autonómicas.

Sánchez no puede tratar de quedar bien con todos

No pasa un día sin que algún dirigente socialista pierda la oportunidad de enredar un poco más la madeja del modelo territorial en la que se ha liado su partido. Pedro Sánchez se ha visto este martes en el trance de corregir o respaldar al presidente valenciano, Ximo Puig, que el día anterior había abogado por el disparate de dar ahora validez a las partes del Estatuto que anuló el Tribunal Constitucional. El líder del PSOE, entrevistado en la Cope, eludió responder, arguyendo que la "palabra nación" es "polisémica" y que no iba a entrar en "debates nominalistas", haciendo buena aquella desgraciada tesis de Zapatero según la cual el de nación es "un concepto discutido y discutible". Ya es grave que quien aspira a ser presidente de España sea incapaz de fijar posición en un asunto trascendental por su vano empeño de quedar bien con todos, pero resulta ya temerario que pretenda reformar la Carta Magna teniendo semejante confusión.

Rajoy tampoco responde a las palabras de Aznar

El presidente del PP se ha negado a “polemizar” con Aznar por la situación en la que queda su partido tras los pésimos resultados obtenidos en las elecciones catalanas. La verdad es que lo sorprendente hubiera sido lo contrario. Preguntado en el Foro ABC, Mariano Rajoy eludió hasta en cinco ocasiones valorar los argumentos esgrimidos por su otrora patrocinador, que ha alertado por dos veces tras el 27-S del peligro de que Ciudadanos acabe sustituyendo al PP en el espacio de centro derecha. El problema de Rajoy no es su renuncia puntual a abrir un debate interno -lo mismo que dice Aznar, lo piensan miles de militantes del PP-, sino su abdicación a hacer política desde que dirige el partido y preside el Gobierno. Las evasivas, la inacción y los silencios han caracterizado su mandato, por graves que fueran las circunstancias del país o de su formación. A dos meses y medio de las urnas nadie podía esperar que hiciera cambios y, a la vista está, no reacciona ni tras las andanadas de Aznar.

El conflicto palestino-israelí al borde de la intifada

En las últimas semanas, cuatro israelíes y tres palestinos han perdido la vida en una nueva escalada de tensión que amenaza con volver a quebrar la frágil estabilidad en la región. En una entrevista que publica EL ESPAÑOL, el director del Centro para el Avance por las Iniciativas de Paz en Jerusalén, Meir Margalit, asegura que "la tercera intifada puede estallar hoy mismo". La decisión del primer ministro israelí de acortar su visita a Berlín parece corroborar la gravedad de la situación. Una tercera intifada sería un desastre tanto humanitario como político para ambos pueblos y supondría un impedimento más para conseguir la paz. Es hora de ir más allá de las palabras y que ambas partes tomen medidas concretas para garantizar la viabilidad de la creación de un Estado palestino, teniendo en cuenta la seguridad de Israel.

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