Airo robot

Airo robot Alex Rose Omicrono

Tecnología

AIRO, el robot doméstico diseñado por un adolescente para acabar con la soledad no deseada de personas mayores

Alex Rose ya está desarrollando su tercera versión de AIRO, un pequeño robot que habla y realiza gestos para crear un vínculo con las personas.

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El ingenio no entiende de edad, la historia está llena de grandes mentes que idearon inventos revolucionarios a muy corta edad. El acceso a la tecnología como los chatbots de inteligencia artificial o los teléfonos móviles facilita que los más jóvenes puedan explorar nuevos límites, diseñando equipos para detectar residuos de pesticidas en alimentos o este nuevo robot pensado para hacer compañía a las personas. 

La robótica ha encontrado en los modelos de lenguaje natural como los que usa ChatGPT o DeepSeek un gran alidado con el que analizar el mundo que rodea a las máquinas e interacturar mejor con humanos. Sin embargos proyectos como los de Alex Rose demuestran que la tecnología no es exclusiva de grandes corporaciones, justo cuando el debate sobre la innovación de código abierto vuelve a estar candente.

Este joven canadiense de menos de 12 años ha bautizado a su robot como AIRO y, desde que comenzó, ha diseñado ya varios modelos, mejorando su aspecto, movilidad y llevándolo donde más falta hace. Su principal objetivo es que AIRO sirva de compañero y conversador para quienes sienten el peso de la soledad a diario.

Así es AIRO

Medios canadienses como CBC han entrevistado a este joven inventor que cuenta como, con solo 10 años, crea su primer robot como trabajo para el colegio. Alex debía tratar la vida silvestre en esta tarea y decidió construir un robot capaz de hablar sobre cualquier ave.

Lo que fue un perfecto conversador ornitólogo ha evolucionado hasta ser un amigo y profesor particular sobre cualquier temario. Dar compañía a las personas solitarias es el enfoque central de este proyecto, algo que conoce bien su creador: Alex es un joven autista al que le cuesta hacer amigos. 

Este robot no es simplemente una pantalla con cámaras y un software algo avanzado. Integra sistemas de reonocimiento facial y puede identificar e interacturar con personas de forma personalizada. El joven inventor defiende que su robot cuenta con la peculiaridad de crear una conexión compasiva con el usuario, frente a otros asistentes como Alexa de Amazon que, hasta ahora, se limitaba a controlar el aire acondicionado o aportar información del tiempo siguiendo sencillas órdenes de su dueño. 

La inteligencia artficial actual es la base de estas capacidades. Aunque, no solo se trata de una pantalla con un software conversacional, el robot presenta movimientos que simulan los de los seres vivos. Alex diseñó este equipo de 30 centímetros de alto para que se moviera de forma similar a una mascota. Puede inclinar la pantalla como gesto de escucha. 

Su modelo actual se armó con un brazo robótico comercial y un teléfono conectado a un soporte para control de Xbox. Alex programó este hardware con una combinación de Python y el lenguaje de programación infantil Scratch, para permitirle conversar mediante ChatGPT. Controla el cuerpo del robot a través de una aplicación en su tableta. Las versión anteriores, más pequeñas, ofrecían menos movilidad.

Alex ya trabaja en un futuro robot donde el teléfono, que sirve de cabeza del robot, será reemplazado por una pequeña caja con tarjetas de computación Raspberry Pi y cuatro altavoces a cada lado en la base del robot. Después usará un marco que él mismo ha diseñado para imprimir en 3D.

Ultimo diseño de AIRO

Ultimo diseño de AIRO Alex Rose Omicrono

El gran logro, además, es no limitarse a que Airo sea su amigo en casa, sino llevarlo para que pueda ser de ayuda a otras personas. Little Steps Therapy, un centro de terapia infantil en Victoria, compró uno de los robots AIRO para usarlo con sus clientes después de que él les hiciera una propuesta. Y otras versiones beta se están poniendo a prueba en centros para personas mayores.

Los robots como amigos

Aunque estas máquinas, por el momento, no pueden entender a las personas o acompañarles en sus sentimientos, la tecnología que integran simula, en cierta manera, esa compañía que tanto necesitan. AIRO no es el único robot del mundo nacido para dar apoyo emocional a quienes sienten el peso de la soledad. Desde Japón, hasta en España, son muchos los países en los que se han llevado a cabo proyectos con robots para acompañar a los mayores, uno de los colectivos más afectados.

Robot ElliQ de Intuition Robotics.

Robot ElliQ de Intuition Robotics. Intuition Robotics Omicrono

Un ejemplo es ElliQ, un asistente inteligente que conversa y acompaña a las personas en sus hogares. De diseño similar al Air Parrot, esta máquina se coloca sobre la mesa y conversa con las personas sobre cualquier tema que quieran tratar, incluso sus sentimientos, al mismo tiempo que en la pantalla muestra funciones propias de un asistente y altavoz inteligente.

En 2022, antes de que estallara la revolución de los chatbots, la Carme Torras, profesora de investigación en el Instituto de Robótica e Informática Industrial (IRI, CSIC-UPC) de Barcelona, explicaba en una entrevista a EL ESPAÑOL-Omicrono la importancia de que un robot no se confunda con un ser humano. La máquina debe servir de apoyo, pero nunca sustituir por completo el contacto con las demás personas.