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Sin embargo, es EEUU la que mantiene el liderazgo, en gran parte gracias a las aportaciones del fabricante Lockheed Martin. En los últimos meses, la compañía especializada en armamento ha presentado sus cañones láser para montar en cazas y derribar misiles, así como HELIOS, el arma láser para buques con la que EEUU podrá derribar aviones y hundir barcos. Su último avance es un láser de estado sólido pensado para acoplarse a unidades en tierra, mar y aire con una potencia de hasta 300 kW, cinco veces superior a la de HELIOS.

El objetivo en este caso ya no es deslumbrar a los pilotos de cazas enemigos o fundir sus sensores, ni siquiera derretir pequeños drones. Semejante potencia está pensada para destruir objetivos grandes y a gran distancia, penetrando en blindajes y cubiertas como si fueran mantequilla. El láser ya se ha entregado al Departamento de Defensa de EEUU, que lo integrará en una demostración de láser de alta energía del ejército norteamericano a finales de este mismo año. 

Ventajas del láser

Las armas láser todavía no se han generalizado, dado el coste de su desarrollo, pero ofrecen diversas ventajas respecto a las basadas en el lanzamiento de proyectiles. Las virtudes más importantes son los impactos instantáneos, la precisión a la hora de acertar en los objetivos, lo que reduce el riesgo de daños colaterales, y la potencia escalable en función de los requisitos de cada misión.

Aunque tienen un coste inicial elevado, las armas láser son muy rentables una vez establecidas, ya que tienen costes insignificantes por disparo, sobre todo en comparación con misiles que valen cientos de miles de dólares cada unidad. Entre los inconvenientes, sin duda, están las enormes necesidades de energía, la disminución de la potencia a medida que la distancia es mayor y la sensibilidad a las condiciones atmosféricas, que pueden alterar la eficacia del láser.

El nuevo láser de Lockheed Martin de 300 kW ha sido desarrollado en colaboración con Dynetics en el marco de la Iniciativa de Escalado de Láser de Alta Energía (HELSI) del Pentágono, un programa del departamento de Defensa estadounidense para fortalecer toda las iniciativas en torno a la energía dirigida y mejorar la calidad y potencia de los rayos láser para uso militar.

El equipo de Lockheed y Dynetics se impuso a Raytheon en una competición directa en 2019 para desarrollar un arma láser de 100 kW, como parte del sistema láser del Vehículo Táctico de Alta Energía (HEL TVD, por sus siglas en inglés). El ejército modificó posteriormente el contrato para ampliar el obetivo con la mira puesta en un objetivo más ambicioso, tres veces más potente.

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Desde entonces, cuando el Pentágono eligió a Lockheed Martin para "escalar su arquitectura láser de alta energía combinada de haz espectral al nivel de 300 kW", el gigante de defensa estadounidense se ha volcado en el desarrollo de un arma con un enorme potencial. Tanto es así que incluso han completado la tarea antes de lo previsto y cuentan con que, tras las pruebas tanto de campo como de laboratorio que se realizarán este año, entre definitivamente en servicio en 2024.

"Lockheed Martin ha aumentado la potencia y la eficiencia y ha reducido el peso y el volumen de los láseres de alta energía de onda continua, lo que reduce el riesgo para los futuros esfuerzos en el campo de los sistemas de armas láser de alta potencia", aseguró Rick Cordaro, vicepresidente de Lockheed Martin, en un comunicado de prensa.

Funcionamiento del sistema HELIOS Lockheed Martin

Por desgracia, más allá de la potencia máxima del propio láser, los datos sobre su alcance o cadencia no se han revelado. Pero, teniendo en cuenta esos 300 kW, sí se puede concluir que las futuras armas basadas en esta tecnología podrán atacar una mayor variedad de objetivos, incluidos blindados y buques de guerra, a una mayor distancia y con mayor velocidad. 

Otras armas láser de EEUU

En el marco de otro de los programas de innovación del Pentágono, anunciado en 2020, Boeing y General Atomics Electromagnetic Systems (GA-EMS, por sus siglas en inglés) también están trabajando en la construcción de otro láser de 300 kW. 

Conocido como Sistema de Armas Láser de Alta Energía de Ganancia Distribuida, integra tecnología láser de ganancia distribuida de GA-EMS, un director de haz y el software de adquisición, seguimiento y apuntado de alta precisión de Boeing.

"El prototipo de subsistema de arma láser compacta y de alta potencia que GA-EMS entregará en el marco de este contrato producirá una potencia letal superior a la de todo lo que se ha presentado hasta la fecha", aseguró Scott Forney, presidente de GA-EMS, en otro comunicado de prensa. "Esta tecnología representa una capacidad de salto hacia adelante para la defensa aérea y de misiles, necesaria para apoyar los esfuerzos de modernización del Ejército y para derrotar las amenazas de próxima generación en un espacio de batalla multidominio", señalaba Forney.

El láser de alta potencia de Boeing/GA-EMS Boeing/GA-EMS Omicrono

El sistema utilizará dos cabezas láser de séptima generación en un paquete muy compacto y ligero y podrá funcionar como un sistema autónomo o integrado en vehículos terrestres, barcos y aviones. 

Antes de que estos láseres tan potentes se pongan a prueba, lo que busca el Pentágono es ir integrando los láseres en plataformas ya existentes. En ese sentido, a finales de septiembre se hará entrega al ejército estadounidense de los primeros vehículos DE M-SHORAD con un láser de 50 kW. Este cañón láser está diseñado para ser efectivo contra drones desde 9 hasta 600 kilos, además de defender a los soldados de cohetes, morteros y artillería. 

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