arenas movedizas

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¿Son las arenas movedizas como nos muestran en las películas?

¿Podemos hundirnos en las arenas movedizas como se suele ver en las películas de aventuras? La ciencia desmiente el mito.

19 julio, 2016 19:09

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Si no recordáis la muerte bajo las arenas movedizas de Artax, el caballo de Atreyu en la Historia Interminable, o no tenéis memoria o no tenéis infancia.

O también puede que yo de pequeña estuviese un poco obsesionada con esa película, pero lo que está claro es que las arenas movedizas son un recurso típico de los filmes de aventuras, en los que a menudo supone la muerte agonizante de uno de sus personajes, al que no le vale de nada patalear y luchar para salir del barro que lo engulle.

¿Pero realmente es ése el comportamiento de este terreno pantanoso? ¿Es cierto que pueden tragarse a alguien de la forma que Hollywood nos quiere hacer creer? Veamos lo que la ciencia tiene que decir al respecto.

¿Qué son las arenas movedizas?

arenas-movedizas

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En primer lugar, antes de ver si tienen la capacidad de merendarnos como en las películas, vamos a ver qué son las arenas movedizas.

Se trata de un hidrogel coloidal formado por una mezcla de material granulado muy fino, arcilla y agua. Para los que estéis frunciendo el ceño mientras leéis esto, básicamente es una mezcla de arena y arcilla saturada con tal cantidad de agua que se impide la fricción entre las moléculas sólidas de modo que no pueden soportar peso del mismo modo que la tierra firme.

¿Pueden engullirnos las arenas movedizas?

artax

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Vale; ya sabemos que, efectivamente, las arenas movedizas no pueden soportar nuestro peso, por lo que está claro que si las pisamos no nos mantendremos en pie sobre ellas y tenderemos a hundirnos, ¿pero nos hundiremos hasta el fondo?

Para saber si esto es posible, debemos retrotraernos a los tiempos de instituto y recordar el principio de Arquímedes, según el cual “un cuerpo sumergido total o parcialmente en un fluido en reposo, recibe un empuje de abajo hacia arriba igual al peso del volumen de fluido que desaloja“. Venga, dejad de fruncir el ceño otra vez. En resumen, lo que nos interesa de este principio es que un cuerpo se hundirá cuándo su densidad sea mayor que la del fluido, mientras que flotará en el caso contrario.

Pues bien, la densidad del cuerpo es de aproximadamente 1’2 g/ml, mientras que la de las arenas movedizas es de 2g/ml. Por lo tanto, nosotros somos menos densos y tenderemos a flotar. Sin embargo, es cierto que la densidad es suficiente para que nos cueste un gran esfuerzo salir de allí, por lo que la recomendación de los científicos para que actuéis si os veis en esta situación es; en primer lugar, mantener la calma y, después, mover los brazos y las piernas lentamente de modo que se separe la arena del agua y podamos quedar flotando en esta última; en la que, como sabéis, sí que podemos movernos con facilidad. Mientras tanto, también es aconsejable tumbarse de espaldas, para distribuir el peso del cuerpo lo máximo posible.

Patalear sólo os servirá para que tardéis más tiempo en salir. Pobrecito Artax, y eso que él ni pataleaba ni nada. Pero claro, el Pantano de la Tristeza ya es otro cantar. En serio, tenéis que ver esa película.