Probablemente habréis recibido alguna, o algunas picaduras de insectos.

Sin embargo, no serán tantas (¡ni de lejos!) como las que ha recibido el gran entomólogo Justin O. Schmidt. Este profesional de la Universidad de Arizona ha dedicado prácticamente toda su vida a sentir dolor, literalmente. Pero no un dolor cualquiera, sino el dolor causado por diferentes picaduras de insecto. Sin exagerar, Schmidt habrá recibido miles de picaduras de unas 100 especies de insectos diferentes.

De hecho, este entomólogo es el autor de la famosa Índice Schmidt del Dolor causado por picaduras, pues él mismo sufrió dichas picaduras para elaborar la escala. Ahora, Schmidt ha elaborado un libro sobre todo esto, pero centrándose en una pregunta: ¿Por qué las picaduras de algunos insectos duelen más que las de otros?

Por qué las picaduras de algunos insectos duelen más que las de otros

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Hay que destacar que Schmidt ha relatado su historia con gran humor teniendo en cuenta que nos cuenta cómo diversos tipos de insectos muy desagradables le causaron grandes dolores. Ninguno de ellos medía más de 5 centímetros, pero sus picaduras podían llegar a ser muy diferentes en cuanto a dolor se refiere.

La duda que sin embargo ha corroído a Schmidt durante sus 30 años de investigador ha sido: ¿Por qué? ¿Por qué algunas picaduras de insectos son leves y otras, de insectos de aproximadamente el mismo tamaño, producen un dolor insoportable? Evidentemente responder a esto es complicado, pero este entomólogo ha sido picado tantísimas veces que cree tener una respuesta: Los que tienen más que perder, provocan más dolor con su picadura.

El por qué de los aguijones de los insectos

aguijon

Según refiere Schmidt en su libro como explicación introductoria, los aguijones de los insectos se desarrollaron con el objetivo de tapar a sus huevos en superficies duras (como la corteza de los árboles); es por ello que solo la hembra de cada especie puede picar. Con el paso del tiempo, la evolución dotó a estos aguijones de veneno, pero el potencial de dicho veneno varía según el insecto que nos pique.

Por ejemplo, las abejas tienen picaduras muy dolorosas, y esto se debería al bien que protegen: La miel. Dicho tesoro es muy codiciado por muchos animales, algunos de ellos muy grandes, por lo que el veneno de las abejas llega a ser tan potente que incluso puede ser letal en algunas ocasiones. Todo con el fin de proteger la colmena.

Por su parte, las avispas solitarias tienen picaduras más suaves debido a que no tienen colmenas que proteger como las abejas, según Schmidt.

En la parte alta de la escala tenemos a la famosa hormiga bala, cuya picadura haría gritar de dolor a cualquier ser vivo. Según Schmidt, esto se debería a que la picadura de este insecto evolucionó para protegerlas de los grandes depredadores, ya que las hormigas bala viven en la copa de los árboles sin protección alguna, a la vista, siendo un dudoso plato sabroso. Su picadura es el mensaje de aviso para que no vuelvan a molestarlas.

El Índice Schmidt y sus posibles usos prácticos

El famoso Índice Schmidt que describe el dolor sufrido por diferentes picaduras de insectos le valió a nuestro protagonista el Premio Ig Nobel 2015, una variante humorística de los famosos Premios Nobel (¿a qué loco se le ocurriría dejarse picar para elaborar una escala?).

Sin embargo, Schmidt cree que su escala del dolor tiene usos prácticos. Por ejemplo, a nivel médico, ya que sabiendo qué insecto ha causado la picadura se pude evaluar la posible respuesta a ella, la duración de la misma, los posibles efectos secundarios y la cantidad de medicación necesaria para soportarla. La verdad es que Schmidt fue bastante exhaustivo y descriptivo a la hora de elaborar su escala, en la cual puso a la abeja justo en el centro con un índice de dolor de 2.0 al tratarse de un tipo de picadura sufrida por muchos individuos.

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