corazón roto

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Es cierto: la felicidad puede romperte el corazón

El llamado "síndrome del corazón roto" suele afectar no sólo a aquellas personas en situaciones de estrés emocional o clínico, sino también en las felices.

18 marzo, 2016 11:22

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El síndrome del corazón roto puede deberse tanto a sentimientos de tristeza como de felicidad.

No estamos hablando únicamente de cuando sentimos “que el corazón se nos rompe” en sentido metafórico, como ocurre después de una ruptura amorosa o tras la muerte de un ser querido. Nos referimos a la miocardiopatía de Takotsubo, una condición que provoca un debilitamiento repentino del músculo cardíaco y el abultamiento del ventrículo izquierdo.

En estudios anteriores se ha demostrado cómo las emociones de carácter negativo (como la pena, el estrés o el miedo), son factores que aumentan la probabilidad de sufrir una insuficiencia cardíaca súbita de un ser humano. De hecho, hace ya tiempo os hablamos sobre cómo el estrés afecta de diferente manera al corazón de los hombres y al de las mujeres. Pero ahora, gracias a un nuevo estudio publicado en el European Heart Journal, sabemos que las situaciones y los acontecimientos felices en la vida de una persona también pueden conducir de algún modo a este síndrome del corazón roto.

El género femenino y la edad avanzada: factores de riesgo del corazón roto

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Los investigadores de la European Society of Cardiology han encontrado más de 20 casos de personas procedentes de todas partes del mundo que manifestaron síntomas relacionados con la miocardiopatía de Takotsubo justo después de eventos felices, como la boda de un familiar cercano, el nacimiento de un nieto o incluso una fiesta de cumpleaños.

Al analizar en profundidad a las personas afectadas por el síndrome del corazón “feliz”, se comprobó cómo éstas guardaban grandes similitudes con aquellas “con el corazón roto” debido a estrés emocional o estrés clínico anterior. En ambos grupos el 95% de los individuos eran mujeres, la gran mayoría en estado post-menopáusico, lo que lleva a pensar en la edad avanzada como otro posible factor de riesgo. La edad media de los pacientes con el corazón “feliz” era de 71 años, mientras que la de los “corazones rotos” era de 65.

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A raíz de los resultados obtenidos, los investigadores han elaborado una hipótesis en la que se sospecha que tanto las situaciones tristes como las felices comparten las mismas vías emocionales, lo que podría explicar por qué en ambos casos se acaba desarrollando la enfermedad.

De momento, se necesita una investigación más profunda acerca de las emociones positivas y la influencia de éstas sobre el músculo cardíaco. Esto no sólo permitiría prevenir y tratar de manera más eficiente las enfermedades cardiovasculares como la de Takotsubo, sino que además, podría ayudar a entender mejor cómo el estado emocional particular de una persona repercute en su salud en general.

Fuente | European Heart Journal