En este blog nos encanta hablar de ciencia e investigación, dos palabras que van muy de la mano. Generalmente nos centramos en las noticias y avances que se producen en la ciencia gracias a la investigación, pero no mencionamos nada de las técnicas y herramientas que se utilizan para alcanzar estos hitos. Hoy esto va a cambiar y vamos hacer hincapié periódicamente en estas “armas” que permiten avanzar en el conocimiento. Para empezar, una elección que puede sorprender: el editor de texto Vim; no confundir con el limpia-suelos.

El editor de texto, la base de la programación

Lo cierto es que podríamos haber escogido cualquier editor de texto del mundo, pero Vim (y su precurso, Vi) es probablemente el editor más utilizado en el mundo y también el que menos extras innecesarios ofrece. Los editores de texto son la base de cualquier trabajo de programación y cobran aún más importancia en investigación. En física en particular la programación está a la orden del día y no existe ningún campo en el que no sea necesario saber programar, aunque no sea más que un script básico.

Cierto es que para proyectos complejos las ventajas de utilizar un IDE son innegables, pero escribir pequeñas piezas de código que automaticen ciertas tareas sencillas lo más rápido y cómodo es utilizar únicamente un editor de texto. En física es poco frecuente que un investigador tenga que escribir un complejo programa desde cero, mientras escribir pequeños scripts para analizar grandes cantidades de datos o incluso redactar documentos en LaTeX es una de las tareas más comunes, muchas veces teniendo que realizarse de forma remota.

Vim el prototipo de editor de texto

Cualquier editor de texto sirve y hace su trabajo perfectamente, pero de entre todos los que existen Vim (y, quizás, EMACS) es el más práctico. Las ventajas de Vim son enormes frente a editores típicos como el bloc de notas ya que consume muchos menos recursos, tiene muchas más funcionalidades, se puede personalizar por completo y, lo más importante de todo, viene por defecto con cualquier sistema operativo UNIX; todo esto junto con más de 39 años de vida (sin contamos Vi) hacen que Vim se haya convertido en el estándar de facto entre los editores de texto.

Pero no Vim no es perfecto, es difícil de usar, nada intuitivo y no permite el uso del ratón. Vim no es un editor de texto pensado para todo el mundo pues requiere de más de dos semanas de aprendizaje solo para entender cómo funciona. Sin embargo para alguien que trabaja diariamente en servidores remotos a los que no tiene acceso físico, esa inversión en tiempo merece la pena a cambio de saber que puede trabajar muy rápido y con la seguridad de que cualquier ordenador que use, remoto o no, tendrá instalado dicho programa.

Por último, me gustaría terminar aclarando que con este artículo no pretendemos promocionar Vim ni reavivar la tan trillada guerra de editores de texto. Tan sólo comentar y mostrar la importancia de algo tan sencillo como un editor de texto en investigación, puntualizando en el ejemplo más usado por la comunidad: Vim. Muchos de los beneficios son aplicables a EMACS y a muchos otros editores en línea de comandos.