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Descubren por qué el ser humano es el animal más inteligente del planeta

24 agosto, 2015 10:36

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¿Por qué somos más listos que un pollo? Con este humorístico título, los investigadores de la Universidad de Toronto nos han hecho llegar su nuevo estudio donde hablan sobre la clave para que seamos el animal más inteligente del planeta: Un pequeño cambio molecular en una proteína, a lo largo de toda la evolución. Tan simple y con tantas consecuencias a su vez.

La clave para ser el animal más inteligente del planeta

En la investigación, publicada recientemente en Science, Benjamin Blencowe y sus colegas parecen haber dado con la clave del origen de la inteligencia humana: Un simple cambio en la proteína PTBP1 que provocaría la estimulación necesaria para crear nuevas neuronas a nivel cerebral, algo que podría haberse alimentado durante la evolución del cerebro de los mamíferos para convertir el nuestro en el más complejo entre los vertebrados.

Normalmente un cerebro más grande implica mayor complejidad. El cerebro humano es muy distinto del de una rana, pero ahora sabemos que existe un gran repertorio de genes similares para la construcción de este órgano en ambas especies. La duda en este caso es, ¿cómo es posible que un número similar de genes genere tantos cerebros de diferente tamaño y complejidad?

Para responder a esta pregunta, Blencowe y sus colegas han apuntado al splicing alternativo, un proceso por el cual los productos genéticos se ensamblan formando proteínas, y donde los exones (fragmentos genéticos) se barajan adquiriendo diferentes formas proteicas. Algunos de estos fragmentos pueden faltar y no ser necesarios cuando la proteína se ha formado totalmente.

Un gen, varias proteínas

En otras palabras, el splicing alternativo permitiría a las células crear varias proteínas diferentes a partir de un único gen, por lo que el número de dichas proteínas suele superar en gran medida al número de genes. Esto se produce como forma de adaptación de una célula para adquirir diferentes funciones en un organismo, y también explicaría cómo un mismo grupo de genes, o una cantidad similar de ellos, ha podido dar lugar a los diferentes tipos de cerebros existentes.

En el caso del estudio de hoy, entraría en juego una de estas proteínas, la PTBP1, común a todos los vertebrados. Además, existiría una segunda versión más corta de PTBP1, capaz de desencadenar nuevos eventos moleculares para que una célula se convierta finalmente en una neurona.

De hecho, durante el estudio se diseñaron células de pollo (de ahí la gracia del título) con versiones cortas de PTBP1, dando lugar a eventos de splicing alternativo como sucedería en un mamífero. En otras palabras, la segunda versión de la proteína PTBP1 sería un interruptor de creación neuronal, dando lugar a la complejidad y tamaño del cerebro humano tal y como lo conocemos.

Aún queda mucho por investigar al respecto, pues como bien dicen los científicos responsables del descubrimiento, esto tan solo es la punta del iceberg de todos los cambios moleculares que han contribuido a nuestra compleja evolución.

Vía | Universidad de Toronto.

Fuente | Science.