Cada vez es de sobra conocido que saltarse el desayuno puede acarrear problemas para la salud: por un lado, ocasiona un descenso de los niveles de glucosa en sangre durante la mañana que impide un pleno rendimiento, así como la pérdida de la consciencia si esta situación empeora; y por el otro lado, ahora se conoce que a largo plazo puede aumentar la probabilidad de padecer enfermedades coronarias. Además, el problema se agrava con el hecho de que hay mucha gente que sigue esta mala rutina y, por tanto, no se trata de hábitos aislados en la población

Esta asociación entre desayuno y enfermedades cardiacas ha sido posible gracias a un estudio publicado en Circulation: Journal of the American Heart Association que, durante 16 años (1992-2008), ha seguido a 26.902 varones profesionales de la salud de entre 45-82 años de edad.

Al concluir el seguimiento, los investigadores llegaron a la conclusión de que existe un 27% más de riesgo de ataque al corazón en aquellas personas que no tomaban el desayuno por las mañanas. De hecho, de toda la muestra, 1.572 hombres sufrieron eventos cardiacos por primera vez, una cifra para nada despreciable si lo comparamos con la cantidad total de hombres que participaron en el estudio.

Asimismo, los investigadores también se dieron cuenta de que los que no desayunaban presentaban un perfil que, por lo general, era compartido por la mayoría de este grupo, un perfil con algunos hábitos de vida para nada saludable: mayormente eran jóvenes, fumadores, con trabajo a tiempo completo, solteros, con poca actividad física y un mayor consumo de alcohol.

“Saltarse el desayuno puede conducir a uno o más factores de riesgo, como obesidad, presión arterial alta, colesterol alto y diabetes, que a su vez puede conducir a un ataque al corazón con el tiempo”, explicó Leah E. Cahill, director del estudio.

En el estudio también se observó que los que cenaban muy tarde vieron incrementados hasta un 55% el riesgo de enfermedad coronaria, aunque afortunadamente son muy pocas las personas que seguían esa rutina.

Los investigadores comentan y destacan que, aunque la muestra se trate únicamente de hombres, de los cuales el 97% eran de raza blanca y descendientes de europeos, los resultados podrían extrapolarse a mujeres y otros grupos étnicos teniendo siempre en cuenta que hay que realizar otros estudios para confirmarlo con rotundidad.

En definitiva, este estudio refuerza aún más la importancia que supone tomar un buen desayuno por la mañana. Cahill recomienda lo siguiente:

“No se salte el desayuno. Tomar el desayuno está asociado con un menor riesgo de ataques cardiacos. Incorporar muchos tipos de alimentos saludables al desayuno es una manera fácil de asegurarse que su comida le proporciona la energía adecuada y un equilibrio saludable de nutrientes, como proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales. Por ejemplo, la adición de frutos secos y fruta picada en un tazón de cereal integral o avena cortada en la mañana es una gran manera de comenzar el día”

Fuente: Europa Press