Una historia curiosa ha ocurrido en Cabo Cod, Massachusetts. Dos gemelos nacen en el cambio de hora, y ahora hay confusión sobre cuál de los dos es el mayor.

El cambio de hora es una de esas ideas polémicas que provocan muchas quejas, pero nadie tiene muy claro cómo solucionar. Seguro que sabes que, debido a la manera en la que la Tierra orbita el Sol, en diferentes estaciones los días tienen una duración diferente.

La gran molestia del cambio de hora

En el otoño, conforme se acerca el invierno, las noches son más largas; esto provoca que, si no hacemos nada, una buena parte de las horas productivas ocurren de noche. Al retrasar la hora en otoño y volverla a adelantar en primavera, se supone que podemos conseguir más horas productivas con luz natural y ahorrar energía.

Claro, que a la hora de la verdad, nunca mejor dicho, eso no está tan claro. Por no decir nada de los problemas que supone el cambio en si; ya no es tan simple como mover la manecilla del reloj, en la sociedad informatizada actual hay consecuencias importantes a cambiar la hora.

reloj

Y luego hay casos en los que el cambio de hora provoca más de un problema. Como le ha ocurrido a una pareja estadounidense, que tuvo gemelos la noche del pasado 6 de noviembre, justo cuando en EEUU se estaba realizando el cambio de hora.

Dos gemelos nacen en el cambio de hora, y no está claro cuál es el mayor

Así, el primer bebé en nacer fue Samuel, que lo hizo a las 01:39 del sábado. Unos 31 minutos más tarde nacía su hermano gemelo Ronan, pero resulta que el cambio de hora se hizo a las 2 de la mañana. A las 2 eran la 1, así que las tornas se cambiaron.

Así que Ronan acabó naciendo a las 01:10 del sábado, unos 29 minutos antes que su hermano mayor. En efecto, el hermano que había nacido más tarde era oficialmente el “mayor” según los registros médicos.

Claro que sabemos la verdad, que Samuel es el que nació primero aunque los registros digan lo contrario. Para la comadrona que se encargó del parto, es la primera vez en 40 años que ve algo semejante; toda una anécdota que debemos al cambio de hora.