El neurocirujano Hans von Holst sujetando el casco para bicicletas Mips.

El neurocirujano Hans von Holst sujetando el casco para bicicletas Mips. Mips Omicrono

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Adiós a los cascos de bicicleta de siempre: el genial invento de un neurocirujano que protege mejor al cerebro en accidentes

Investigadores idean un sistema de seguridad para el interior del casco que ayuda a reducir las fuerzas de rotación en la cabeza en caso de impacto.

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El casco es uno de los elementos imprescindibles y obligatorios a la hora de practicar ciclismo, un deporte muy popular en España. Un objeto que sirve de medida de seguridad para prevenir lesiones graves en la cabeza en caso de sufrir una caída y que desde hace tiempo viene adoptando diversas mejoras, como uno que se infla y es cuatro veces más seguro, otro que se pliega y se adapta a la cabeza u otro hecho en Tres Cantos que avisa de los coches. Ahora, se ha ideado una revolucionaria tecnología que, además, protege al cerebro del ciclista en un accidente.

Se trata de Mips (Multi-Directional Impact Protection System), un invento ideado en Suecia por un grupo de científicos y médicos que podría marcar la diferencia en caso de sufrir un accidente con la bicicleta. Un sistema que está diseñado específicamente para proteger al ciclista frente a los choques rotacionales que transmiten las fuerzas del impacto desde la cabeza al cerebro; que pueden provocar un cambio en el movimiento de rotación de la cabeza, capaces de mover o estirar el cerebro. 

La historia de Mips comienza en 1996 de la mano de Hans von Holst, un neurocirujano sueco que se cansó de tratar en quirófano a pacientes con lesiones cerebrales severas provocadas por accidentes de bicicleta. Este doctor evaluó cómo estaban fabricados los cascos por aquel entonces y, tras años de estudios, trabajo e investigación sobre lesiones cerebrales junto con la Organización Mundial de Salud (OMS) en Ginebra, llegó a la conclusión de que la tecnología que estos empleaban protegía al cráneo, pero no lo suficiente al cerebro.

Así es Mips, el casco para bicicletas que protege el cerebro en caso de impacto

De hecho, durante un golpe, estos cascos producen una fuerza de rotación, que se crea cuando hay un impacto en el que casco golpea en diagonal con una superficie u objeto, y por inercias la cabeza rota junto con el casco; lo que puede causar graves daños cerebrales. Para remediarlo, y junto con Peter Halldin, investigador del Real Instituto de Tecnología de Estocolmo (Suecia), Van Holst se puso a desarrollar una nueva tecnología que es mucho más efectiva a la hora de proteger al cerebro en esas ocasiones e inspirada en la biología del ser humano. 

Y es que el cerebro está sumergido en un líquido que le permite moverse ligeramente y absorber parte del choque. La tecnología de Mips aplica el mismo principio, ya que incorpora una fina capa móvil en el interior del casco que permite un desplazamiento de unos 10 a 15 milímetros durante un impacto oblicuo, lo que reduce la fuerza de rotación transmitida al cerebro. Una innovación que se provó en el año 2000 en la Universidad de Birmingham (Reino Unido) y un año después se publicó un estudio científico sobre ello. Ahora, tras muchos años de trabajo, es toda una realidad.

Protege al cerebro

El sistema Mips supone toda una revolución y llega con el objetivo de hacer que los cascos sean más seguros. Esta tecnología, mediante su carcasa interna que se desplaza entre 10 y 15 milímetros, trata de minimizar las fuerzas de impactos rotacional, además de otras fuerzas, que se transmiten al cerebro tras un golpe. Una de las principales características de este mecanismo es que su capa interna se ajusta a la cabeza y se mueve con ella en caso de un choque para limitar los impactos violentos, que pueden ser devastadores.

Mientras que el casco gira en otra dirección para asumir parte de las fuerzas del impacto. Esta innovadora tecnología se encuentra en el interior del casco, generalmente entre el acolchado y la capa de protección de espuma de poliestireno expandido (EPS). Los investigadores suecos han ideado diferentes sistemas Mips para distintos cascos, como de nieve, de moto, de equitación, escalada o de deportes; pero todos ellos incluyen una capa de baja fricción entre el casco y la cabeza.

Una ciclista usando el casco para bicicletas Mips.

Una ciclista usando el casco para bicicletas Mips. Mips Omicrono

La mayoría de los cascos con sistemas de seguridad Mips tienen una carcasa sólida de policarbonado como primera línea de defensa contra los impactos. Y en su interior está la capa de espuma EPS, diseñada para absorber los golpes, y que puede crearse con diferentes densidades: desde capas blandas que se aplastan con pequeños impactos hasta capas más duras que soportan golpes más fuertes. Los cascos vienen igualmente con correas de nylon ajustables con hebilla que lo mantienen cómodo en su sitio durante el pedaleo. 

El sistema Mips funciona como un componente a partir de 90 euros, y con un peso entre 25 y 45 gramos, se puede añadir a los cascos para proporcionar una capa adicional de seguridad. Actualmente se utiliza en más de 100 marcas, pero en el caso de que se compre un modelo que no cuente con esta tecnología, el usuario no puede instalarla por sí mismo, ya que se integra directamente en el proceso de fabricación de los cascos, debido a que es muy importante que quede correctamente colocado. 

Averiguar si un casco tiene el sistema Mips integrado o no es realmente sencillo. Para ello, tan sólo hay que fijarse si en la parte trasera hay un punto amarillo. Aun así, en algunos modelos se puede apreciar una capa extra en su interior y en otros la capa está completamente integrada en el acolchado de confort, por lo que en esos casos puede que no sea visible. Eso sí, el propio embalaje del producto debe confirmar si esta tecnología está incluida o no.

Cascos más seguros

Los investigadores apuntan que Mips también funciona para cualquier tipo de impacto, protegiendo también al cráneo, y se puede utilizar con otro tipo de accesorios, como cámaras de acción; siempre y cuando estos se enganchen en la estructura exterior del casco o en los anclajes específicos, y no en este sistema interior. Tampoco es recomendable utilizarlos si interfieren con el movimiento y el uso de esta tecnología.

En cuanto al mantenimiento, sus creadores aseguran que es mínimo, ya que basta con limpiar el casco con un paño o con una esponja, agua caliente y un jabón suave. Después tan sólo hay que dejar que se seque al aire en una zona abierta y, cuando no se use, guardarlo en un lguar fresco y seco. Eso sí, bajo ningún concepto se debe alterar ni retirar la capa de baja fricción Mips. 

Actualmente, en Suecia más del 70% de los cascos están equipados con Mips, pero sus creadores apuntan a que la demanda está creciendo y que es posible que en dos años casi uno de cada dos lo integren en todo el mundo. El objetivo de los investigadores pasa por mantener su "misión de liderar al mundo en busca de cascos más seguros y estar a la vanguardia a la hora comprender las causas de las lesiones en la cabeza, y seguir desarrollando así nuestros productos"; además de "educar a los consumidores acerca de la seguridad y explicar por qué es importante el movimiento de rotación".