Dreame C1 limpiando un cristal

Dreame C1 limpiando un cristal Jacinto Araque Omicrono Niza (Francia)

Análisis y Pruebas

Adiós a limpiar los cristales: he probado el robot que recorre las ventanas para dejarlas impolutas después de las lluvias

El nuevo Dreame C1 es el primer robot limpiacristales de la marca, y cuenta con herramientas de limpieza capaces de no dejar ninguna marca.

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Una de las tareas más tediosas del hogar es la limpieza. Especialmente en lugares de difícil acceso como los cristales, que aunque hay que hacer cada cierto tiempo, con las lluvias de las últimas semanas ha obligado a miles de hogares de España a coger la escalera para dejarlos impolutos. Sin embargo, la tecnología tiene la capacidad de ofrecer una solución, incluso para olvidarnos de limpiar las ventanas.

Si en casa estamos ya acostumbrados a usar robots de limpieza con diferentes robots aspiradores de marcas como Dyson, Roomba, Xiaomi o Dreame, ha sido precisamente esta última la que ha llevado este sistema autónomo a la limpieza de ventanas.

La compañía de tecnología de consumo acaba de presentar en Niza el Dreame C1, un dispositivo que en EL ESPAÑOL - Omicrono hemos podido probar en todo su esplendor para tener una primera impresión de si merece la pena y cómo de útil será en nuestro día a día. Este modelo cuenta con características tan interesantes como una autonomía de tres horas que permitirá que se limpien varias superficies, además de un cable de seguridad de alta resistencia para asegurar que esté bien anclado.

Estamos ante una opción de lo más interesante, aunque hay que tener en cuenta que viene en dos modelos, ya que existen tanto el Dreame C1 como el C1 Station. Su precio será de 399 y 599 euros, respectivamente, y su lanzamiento está previsto para el día 15 de mayo, un momento en el que se espera que en muchas regiones no llueva tanto como en los meses invernales.

Dos modelos distintos

Una de las cosas que hay que tener en cuenta de este Dreame J1 es que se trata de un dispositivo que llega en dos versiones distintas. La diferencia entre ellas es que el Dreame C1 es simplemente el dispositivo junto a un transformador que directamente se puede enchufar a la corriente para que comience a funcionar. Por su parte, la Dreame C1 Station llega junto con una caja en la que se almacena el propio dispositivo y que cuenta con más funciones.

Una de las grandes ventajas que ofrece el modelo que viene con la caja es que esta cuenta con un botón gracias al cual, cuando el dispositivo esté guardado, el cable se podrá recoger automáticamente, algo que hace mucho más sencilla y cómoda la tarea de guardarlo. Solo será necesario meter el limpiador en la caja y pulsar un botón. De la misma forma, también será necesario pulsar un botón antes de que se quede pegado a la pared para que comience con el proceso.

Dreame C1 y C1 Station

Dreame C1 y C1 Station Jacinto Araque Omicrono Niza

El modelo con caja es algo más portátil, ya que usa la carga de esta para alimentarse. Cuenta con una autonomía que permite limpiar una superficie de alrededor de 90 m2 o funcionar durante unos 180 minutos. Esta caja oculta en su parte trasera el cable de carga y varios repuestos para los cepillos limpiadores de las esquinas.

Cuenta con un pequeño compartimento para meter el agua que utilizará para humedecer la mopa con la que cuenta en su parte inferior, que es la que va en contacto con la superficie que tiene que limpiar. Esta se puede despegar fácilmente del dispositivo para limpiarla. En sus esquinas se encuentran unos cepillos limpiadores que permiten llegar con más facilidad a los rincones difíciles.

Limpieza automática

El propio dispositivo principal que se encarga de limpiar los cristales es igual en ambos casos. Se trata de un aparato que utiliza la presión --con una potencia de 550 Pa-- para adherirse a la pared e irse moviendo con una gran fluidez por toda la superficie. Analiza los tramos en los que hay más suciedad para acometer la limpieza de una manera planificada e inteligente, detectando los bordes de la superficie y ajustando su posición para comenzar con su patrón de limpieza, que puede ser en forma de Z o de N.

Este Dreame C1 no solo puede funcionar en ventanas y cristales, sino que también es capaz de hacerlo en superficies como azulejos, espejos o mármol. En las pruebas que hemos podido presenciar, se nota un dispositivo muy estable cuando está funcionando en la ventana, lo cual ofrece bastante fiabilidad de que no se va a caer.

Dreame C1 funcionando

Dreame C1 funcionando Jacinto Araque Omicrono Niza

Este Dreame C1 no solo puede funcionar en ventanas y cristales, sino que también es capaz de hacerlo en superficies como azulejos, espejos o mármol. En las pruebas que hemos podido presenciar, se nota un dispositivo muy estable cuando está funcionando en la ventana, lo cual ofrece bastante fiabilidad de que no se va a caer.

Cuenta con una memoria que permite hacer que si se agota la autonomía mientras que no ha acabado de limpiar, se pueda reanudar en el punto por el que se quedó. Para ello solo hay que desconectarlo ponerlo a cargar y cuando se vuelva a conectar, él mismo volverá a la posición en la que se había quedado.

¿Me lo compro?

Sin duda, se trata de un dispositivo extremadamente interesante, aunque su precio es un factor determinante que el usuario ha de tener en cuenta al plantearse su compra. El dispositivo estará disponible el próximo 15 de mayo con un precio de 399 euros para el modelo convencional. Si se quiere apostar por el Dreame C1 Station, este sube hasta los 599 euros, y su lanzamiento tendrá lugar a finales del mes de mayo.

Desde luego, se trata de un potente aliado para la limpieza del hogar que ayuda a realizar una de las tareas más repetitivas e incómodas. Quizás sea más aprovechable para aquellas personas que tengan un hogar con ventanas y superficies de gran tamaño y que sean laboriosos de limpiar, ya que es donde puede ser determinante.

Dreame C1

Dreame C1 Jacinto Araque Omicrono Niza

En las pruebas que nos ha mostrado la compañía en su presentación ha rendido muy bien, aunque habrá que ver qué es lo que sucede en entornos que quizás eran algo más desfavorables y en los que haya suciedad incrustada o elementos sólidos que puedan dificultar ligeramente la limpieza.