El tocadiscos AT-LP8X

El tocadiscos AT-LP8X I.M. Omicrono

Análisis y Pruebas

He probado el tocadiscos ideal para los melómanos más puristas de la alta fidelidad: semiautomático y minimalista

El nuevo giradiscos de Audio Technica, robusto y con materiales de primera categoría, ofrece una calidad de sonido asombrosa. 

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A diferencia de los formatos de vídeo como el VHS o el DVD, que han quedado completamente sepultados por la revolución digital, el audio parece vivir en un eterno retorno sin fin. Hasta las casetes están volviendo con fuerza, y no son precisamente las mejores para disfrutar de música en alta fidelidad. En la era de las plataformas de streaming como Spotify, resulta paradójico el triunfo incontestable de los vinilos, que vive su mejor momento en los últimos 40 años en buena parte del mundo, incluida España.

Este éxito ha llevado a compañías como Ikea o JBL a introducirse en el mercado de los reproductores de vinilo con propuestas que pretenden combinar lo mejor del audio analógico y el digital, pero si hay un referente del sector que lleva apostando por el formato desde hace décadas ese es Audio Technica. La compañía japonesa, sinónimo de máxima calidad de audio y acabados premium, presentó recientemente su último modelo, el giradiscos semiautomático AT-LP8X, que en EL ESPAÑOL - Omicrono hemos podido probar en las últimas semanas.

Aquí no hay florituras ni atajos de ningún tipo, sólo un diseño minimalista, materiales de primera categoría y, como gran novedad, un sistema de elevación que levanta el cabezal automáticamente al terminar el disco y detiene el motor, algo poco habitual en los tocadiscos de tracción directa. Eso se traduce en un coste algo elevado, 999 euros en las tiendas especializadas, que ayuda a convertirlo en un objeto de deseo para los más puristas de la alta fidelidad.

Puesta en marcha

Uno de los momentos más delicados para cualquier amante del vinilo es el montaje de un nuevo tocadiscos. Toca montar el plato, en este caso una pesada bandeja de aluminio fundido con amortiguación de goma, la alfombrilla de 2,5 mm y ajustar los pies de la robusta base en MDF para que no haya ningún desnivel. Tras conectar el cableado (toma de corriente y cable RCA hacia el amplificador), el instante decisivo llega al equilibrar el brazo, ajustando el contrapeso y la pastilla de antiskating.

Pues bien, siguiendo las instrucciones incluidas en la caja y un breve vídeo tutorial, he podido ponerlo en marcha en cuestión de minutos, sin ser yo especialmente habilidoso. Poner un disco y que suene bien a la primera no es tan habitual, y en este caso no puedo poner ni un pero.

La cápsula del tocadiscos AT-LP8X

La cápsula del tocadiscos AT-LP8X I.M. Omicrono

Los controles son el colmo de la sencillez. A la izquierda, una rueda permite elegir la velocidad de reproducción, para adaptarse a los distintos formatos, ya sea 33-1/3, 45 o 78 RPM. A la derecha, sólo dos botones integrados en el cuerpo del aparato: Start, para que el plato empiece a girar o se detenga, y Lift, para que la aguja se pose suavemente sobre el vinilo o se eleve. Si no quieres usarlo, siempre puedes desactivarlo y poner la aguja manualmente, pero para personas con mal pulso, como yo, es toda una bendición.

En la parte trasera se encuentra el botón de encendido y apagado y todas las entradas de los cables. Es quizá la parte menos cuidada del diseño, ya que el cable de alimentación y el cable RCA incluidos son bastante rígidos y voluminosos, por lo que el tocadiscos no puede instalarse en muebles estrechos. Las medidas de 450 mm × 352 mm × 161 mm necesitan una buena base, y la cubierta para proteger el plato del polvo también hace imprescindible una cierta separación de la unidad de la pared.

Por lo demás, el diseño es de un minimalismo radical, con el negro como gran protagonista y ningún elemento que desentone. Eso sí, se echan de menos algunos controles más o una salida frontal para conectar el cable de los auriculares. La caja incluye el típico adaptador para singles, pero éste no cuenta con ningún lugar en la base para poder tenerlo siempre a mano.

En cuanto a la aguja, el tocadiscos incluye el nuevo cabezal AT-LT10 conectado a la cápsula AT-VM95E BK de color negro, que sin ser nada del otro mundo, ofrece unos resultados nada desdeñables y es muy fácil de intercambiar por otras cápsulas compatibles.

Calidad de sonido

La prueba de fuego de cualquier tocadiscos comienza cuando levantas la aguja y la posas sobre los surcos de alguno de tus vinilos favoritos. Y sin ser yo un audiófilo de los que notan hasta las más imperceptibles perturbaciones, el sonido del AT-LP8X me ha parecido una verdadera maravilla.

A ello contribuye decisivamente la robusta construcción del aparato y todos los cuidados detalles de los que son capaces los ingenieros de Audio Technica. Entre ellos destaca el nuevo motor de tracción directa y bajo par, controlado por precisos sensores que, según Audio-Technica, "garantizan una velocidad de rotación precisa y continua del plato". 

El tocadiscos AT-LP8X

El tocadiscos AT-LP8X Ismael Marinero Omicrono

No se detectan vibraciones ni ruido de fondo, y ofrece resultados asombrosos en todas las frecuencias y estilos de música. Lo mío es el rock, pero en mi colección no faltan discos de pop, música clásica, jazz, electrónica o indie-folk. Desde la trompeta aterciopelada de Chet Baker hasta las guitarras afiladas de Extremoduro, pasando por el delirio sinfónico de Pink Floyd o la voz de ultratumba de Tom Waits, la calidad de la reproducción es sencillamente sobresaliente. 

¿Me lo compro?

La vuelta del vinilo es una realidad incontestable, y para ello ha sido necesaria una nueva generación de tocadiscos que están incorporando novedades tecnológicas sin perder la esencia de la música analógica. En un tiempo en el que hasta Jony Ive, el diseñador del iPhone y del Mac, se ha animado a crear uno y los giradiscos portátiles de maleta son como una plaga, lo más apropiado es volver a los orígenes. En ese sentido, pocas marcas pueden competir con el saber hacer y la calidad de componentes de Audio Technica.

El AT-LP8X es una opción muy a tener en cuenta. Es fácil instalarlo y ponerlo en marcha, y cuenta con una función semiautomática perfecta para salvaguardar la salud de la aguja y tus vinilos. Su diseño minimalista, en algunos detalles incluso excesivo, lo convierte en un dispositivo elegante y compatible con cualquier decoración. Pero lo más importante es el sonido, y ahí es donde de verdad destaca frente a otras alternativas.

Eso sí, la afición por los vinilos no es barata, y los buenos productos implican una inversión considerable. Por eso no extraña ver un precio de 999 euros; aunque puede resultar exagerado para los no iniciados, parece bastante ajustado a los resultados que ofrece este AT-LP8X.