El primer ministro francés Francois Bayrou en la Asamblea Nacional.

El primer ministro francés Francois Bayrou en la Asamblea Nacional. Reuters

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Bayrou, en la cuerda floja por una moción de censura de los socialistas tras "mentir" sobre la reforma de las pensiones

Hasta ahora el Partido Socialista le ha salvado de caer en hasta siete mociones de censura gracias a su promesa de revisar el retraso de la edad de jubilación.

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Los diputados del Partido Socialista francés han anunciado este martes que presentarán una moción de censura contra el Gobierno de François Bayrou por incumplir su promesa de llevar a la Asamblea Nacional la polémica reforma de las pensiones de 2023 para que se discuta y se vote el retraso de la edad de jubilación.

Ese fue uno de los compromisos que asumió el primer ministro francés con los socialistas a cambio de que no apoyaran la moción de censura que presentó La Francia Insumisa liderada por Jean-Luc Mélenchon el pasado 16 de enero. La abstención del Partido Socialista evitó que Bayrou corrriera la misma suerte que su predecesor, Michel Barnier.

El primer ministro francés ha sobrevivido ya a siete mociones de censura desde que asumió el cargo de primer ministro de Francia en diciembre de 2024. Todas estas mociones han sido rechazadas por la Asamblea Nacional, en buena parte gracias a la abstención o rechazo de los socialistas, lo que le ha permitido mantenerse en el puesto a pesar de la inestabilidad parlamentaria y la fragmentación política.  

"Hay que volver a dar el poder al Parlamento", subrayó este martes el primer secretario del Partido Socialista francés (PS), Olivier Faure, en una entrevista a la cadena BFMTV, tras fracasar las negociaciones entre patronal y sindicatos impulsadas hace cuatro meses por Bayrou para suavizar la impopular reforma de las pensiones de 2023.

El aumento de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años, con 43 cotizados para recibir una pensión completa, una de las medidas más polémicas del segundo mandato de Emmanuel Macron, no solo desató una oleada de multitudinarias protestas sindicales, sino que fue adoptada con un 'decretazo' evitando la votación parlamentaria.

El jefe del grupo parlamentario del PS en la Asamblea Nacional, Boris Vallaud, ha sido quien ha anunciado esta moción de censura que debería ser apoyada al menos por toda la izquierda.

El anuncio abre una cierta incertidumbre sobre el futuro de Bayrou como primer ministro, ya que, si la extrema derecha de Marine Le Pen decide contra pronóstico respaldar la moción, el Ejecutivo caería, como le sucedió en diciembre de 2024 a Barnier.

"Asumió compromisos que no ha cumplido"

"El respeto de la palabra dada es la base del sistema democrático", le advirtió el diputado socialista antes de recriminarle: "Usted asumió unos compromisos que no ha cumplido sobre eso como sobre otras cosas, Eso nos obliga, señor primer ministro, a presentar una moción de censura contra su Gobierno".

Bayrou trató de defenderse alegando que Vallaud no tenía en cuenta la totalidad de su compromiso, que era llevar al Parlamento las propuestas que salieran de la negociación entre sindicatos y patronal, pero con la condición de que no se pusiera en peligro el equilibrio financiero de la reforma de 2023.

"Yo mantendré, y el Gobierno mantendrá y espero que los parlamentarios también mantendrán. el imperativo de responsabilidad moral que tenemos con las generaciones venideras", señaló.

Sin acuerdo entre sindicatos y patronal

El 'cónclave' que el primer ministro lanzó hace cuatro meses, a través de un mediador, entre sindicatos y patronal para buscar un compromiso terminó sin acuerdo la pasada noche después de que se hubiera prolongado el plazo unos días.

Pese a todo, Bayrou decidió convocar a los interlocutores sociales que han participado durante esos cuatro meses en las discusiones (algunos sindicatos se retiraron desde el principio porque exigían la vuelta a los 62 años) desde esta mañana "para ver si se podían salvar los acuerdos parciales que estaban a punto de llevar a un acuerdo definitivo".

"Mi convicción es que, aunque muy difícil, hay un camino que permite salir de este callejón", indicó el primer ministro, que precisó que de esa forma confía en llegar a "un texto que podría examinar la representación nacional".

En cualquier caso, avisó de que el contenido de ese texto habrá de garantizar el equilibrio financiero del sistema de pensiones.

Los sindicatos que estuvieron en el 'cónclave' habían terminado por asumir el paso de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años, que fijó la ley de 2023, aprobada sin voto en el Parlamento y tras meses de protestas multitudinarias en la calle. Pero a condición de una serie de contrapartidas sobre las que la patronal no ha aceptado ceder; o al menos no lo suficiente.

Sí que ha habido acercamientos sobre la posibilidad de aumentar los trimestres de cotización para las mujeres que hayan sido madres y sobre la posibilidad de dejar en 66 años la edad de jubilación sin reducción de pensión cuando no se ha cubierto todo el periodo de cotización.

El verdadero punto de choque ha sido la cuestión de que los empleos que incluyen tareas "penosas", como el levantamiento de cargas, vibraciones o gestos repetitivos, permitan una jubilación anticipada, como exigen los sindicatos.