Matteo Salvini vuelve a poner en peligro vidas humanas en el Mediterráneo y pone en jaque a la Unión Europea. Tras cerrar el paso y dejar a la deriva al Aquarius, el ministro del Interior italiano reitera que las ONG que operan en el Mediterráneo  para rescatar a inmigrantes "no tocarán suelo italiano", en referencia al nuevo caso de una organización alemana que acaba de rescatar a 224 inmigrantes frente a Libia.

Salvini intervino en sus ya habituales directos en las redes sociales para explicar qué está sucediendo con el barco con bandera holandesa de la ONG Lifeline a la que acusó de no respetar las ordenes de la Guardia Costera italiana y libia. "La Guardia Costera italiana les ha escrito para que no se movieran, que se ocupaba Libia, pero estos desgraciados, incluso poniendo en peligro la vida de los inmigrantes en estos botes, no han escuchado a nadie y han intervenido cargando su cantidad de carne humana a bordo", acusó.

Así rechazó Italia al Aquarius

El líder del partido ultraderechista y xenófobo Liga Norte ha cargado duramente contra las ONG que salvan vidas en el Mediterráneo. "No hacen voluntariado" sino que "ayudan al tráfico de seres humanos" y que "estos falsos socorristas miran más a la cartera que a salvar vidas". Y al hablar de los países a los que pertenecen los barcos indicó: "Llevaos a toda la carga de seres humanos a Gibraltar, España, Francia o donde queráis".

Horas después de las incendiarias declaraciones de Salvini, el ministro de Transportes Danilo Toninelli, avanzó que Italía si aceptará el barco al no ser "seguro" que vuelva a Holanda. "Asumiremos la responsabilidad y la generosidad humanitaria", dijo Toninelli a través de un mensaje en Facebook.

"Las reglas se respetan"



El ministro añadió que se ha mandado una nota oficial a la Embajada de los Países Bajos en Roma para saber si la embarcación de esta ONG es de este país. Y agregó: "Este barco Italia lo va a ver solo en postal porque las reglas se respetan". Italia ya rechazó dar un puerto al Aquarius de la ONG SOS Méditerranée con 630 inmigrantes a bordo que desembarcó en Valencia tras el ofrecimiento del Gobierno español. 

"Queremos acabar con la mafia de la inmigración clandestina que causa miles de víctimas", aseguró el también líder ultraderechista, que insistió en que no permitirán la existencia de los "taxis del mar que luego desembarcan en Italia". 

Además, el ministro le ha pedido a las autoridades de Libia, Túnez y Malta que se hagan cargo de las barcas que permanecen en sus tierras porque Italia "no se puede hacer cargo de los costes económicos y sociales de una inmigración fuera de control". Salvini dijo que "hay barcos tunecinos, franceses, españoles, que se muevan...", agregó y recordó que "la generosidad a palabras no interesa" y que España y Francia se tienen que hacer cargo de los miles de inmigrantes que aceptaron que fueran reubicados.

El ministro de Infraestructuras y Transportes, Danilo Toninelli, informó que el barco de Lifeline está actuando "en aguas libias fuera de las reglas del derecho internacional" y que "han embarcado a 250 náufragos sin tener los medios técnicos para garantizar su seguridad".