Macron durante un acto este martes en la capital corsa

Macron durante un acto este martes en la capital corsa Reuters

Europa Política

La receta de Macron para frenar el pulso nacionalista en Córcega

El presidente francés sólo contempla guiños pero ninguna concesión a las demandas de un nuevo encaje de la isla en la Francia centralizada.

7 febrero, 2018 02:03

Emmanuel Macron llegó al Elíseo el pasado mes de mayo dispuesto a darle la vuelta a la política francesa con su discurso reformista y de centro. En la lista de deseos regeneracionistas que prometió se incluyen reformas constitucionales para dar respuesta a la nueva Francia que el joven mandatario quiere abanderar: desde cambios en la ley electoral hasta una reducción drástica en el número de parlamentarios.

A pesar de que el nacionalismo acumula cada vez más poder y protagonismo en Córcega, las autonomías -tal y como las entendemos en España- no están ni se las esperan. Francia seguirá siendo el estado centralizado que es y aunque Macron es un presidente de gestos y símbolos, no tiene prevista ninguna concesión a las demandas de los corsos.

El presidente francés ha iniciado este martes una visita de dos días a la isla mediterránea y desde el primer momento ha dejado claro que no dará su brazo a torcer. “Ni indulgencia, ni olvido, ni anmistía”, ha sentenciado en un acto en memoria del asesinato al prefecto Claude Erignac, asesinado en 1998 en el punto álgido de la violencia terrorista contra el Estado francés.

De esta forma, Macron cierra de un portazo una de las principales reivindicaciones de los nacionalistas corsos: revisar la situación de los independentistas encarcelados acusados de participación en asuntos de terrorismo. El líder galo ha querido transmitir firmeza en su primer acto en la isla y ha recordado que aunque los terroristas no cometen atentados desde hace años, aún no han entregado las armas.

Al homenaje a la memoria del prefecto asesinado acudió el nacionalista Gilles Simeoni, actual presidente del Ejecutivo corso y a la sazón abogado defensor del cabecilla del comando nacionalista que asesinó a Erignac. No estuvo en la foto el independentista Jean-Guy Talamoni, presidente de la Asamblea, lo que marca un punto de fricción en el frente corso que Macron puede explotar en las reuniones que mantendrá durante su visita.

Guiños pero no concensiones

El presidente francés está dispuesto a escuchar las peticiones de mayor autonomía alimentadas por los recientes triunfos electorales de los nacionalistas y sus correspondientes exhibiciones de fuerza en las calles. No han dudado en tomar el ejemplo del procés catalán para sostener sus peticiones, pero no hay indicios de que Macron vaya a hacer concesiones en su esperado discurso de este miércoles. 

En los planes de Macron tampoco parece estar el reconocimiento de la lengua corsa. El Ejecutivo central sólo estaría abierto a ciertos guiños con este dialecto pero de ninguna manera se atenderá a la petición de cooficialidad con el francés. "No transigiré con quienes quieren arrancar Córcega del seno de la República", ha avanzado este martes.

El encaje de Córcega en la Francia continental ha ocupado y preocupado a los presidentes franceses durante décadas. Aunque los partidos con más aspiraciones regionalistas han crecido desde que el terrorismo desapareció de la isla en 2014, el movimiento independentista adolece de unidad -un amplio sector sólo quiere una autonomía light- y de un relato que se sostenga.

La economía de este departamento galo es muy dependiente de la financiación del Gobierno central y de las subvenciones, muy lejos de la influencia económica de regiones como Escocia o Cataluña, que representa una quinta parte de la economía española.

El presidente francés tendrá que tirar de equilibrismo para enfriar la voluntad descentralizadora que defienden los corsos con algún guiño que frene el creciente fervor independentista en la isla mediterránea.