
El pelo puede debilitarse durante la menopausia.
Consejos de los dermatólogos para mantener tu pelo fuerte y con brillo durante la menopausia
María Isabel Martínez, del Servicio de Dermatología médico-quirúrgica y Venereología del Hospital Quirónsalud Vitoria, explica las causas.
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La menopausia lleva asociados un sinfín de síntomas que afectan de una manera u otra a la salud y al estado anímico. Además de los sofocos, la pérdida de densidad ósea, la falta de sueño o el aumento del nivel del colesterol, hay otros quizá menos llamativos, pero que también preocupan mucho a las mujeres. Hablamos del envejecimiento prematuro del cabello, que hace que este se vea más apagado, débil, sin brillo y con menor espesor.
No es una sorpresa si decimos que se debe al cambio en el balance hormonal que se presenta en esa etapa, con un descenso brusco de los niveles de estrógenos, que desempeñan un importante papel en la salud de la piel y del pelo, al actuar como protector natural. Así lo explica, la doctora María Isabel Martínez, del Servicio de Dermatología médico-quirúrgica y Venereología del Hospital Quirónsalud Vitoria.
"Producen efectos notorios a nivel capilar, como adelgazamiento o caída, cambios en la textura y aumento de las canas. Hay un deterioro de la cutícula que envuelve la fibra capilar, lo que se traduce en un pelo más seco y quebradizo y una melena con menos lustre y vitalidad", asegura.
Cuidados específicos

La doctora María Isabel Martínez González. Cedida
La siguiente pregunta que viene a la mente es cómo se puede prevenir todo esto y qué medidas se deben tomar para paliarlos. La doctora ofrece unas claves sencillas pero efectivas. "Es recomendable cuidar el pelo y el cuero cabelludo durante toda la vida para que llegue lo más sano posible a esta etapa, donde cobra todavía más importancia. Para ello, se aconseja lavarlo de manera regular para evitar la acumulación de grasa en el cuero cabelludo, la cual puede favorecer la caída del cabello", explica.
"También es importante cepillarlo cuando está seco, antes del lavado, ya que en mojado es mucho más frágil y podría romperse con mayor facilidad. Desenredaremos con cuidado, empezando por las puntas, utilizando preferiblemente cepillos o peines de púas anchas. El secador lo usaremos a temperatura intermedia, y manteniendo una distancia de 15-20 cm, para evitar un calor excesivo", prosigue la especialista.
Es fundamental nutrir la fibra capilar para restaurar la cutícula y que el pelo sea menos frágil. Sin embargo, hay casos en los que el debilitamiento puede ser muy notorio, lo que hará necesario recurrir a tratamientos médicos, que el dermatólogo decidirá en función de las necesidades y particularidades de cada mujer.
Los productos que empleamos para las rutinas de lavado deben ser hidratantes, "que ayuden a mejorar la textura y darle mayor suavidad al pelo". Las mascarillas nutritivas se deben dejar actuar unos minutos y hay que evitar aplicarlas cerca de la raíz para que no engrasen el cuero cabelludo. También son aconsejables los sérums o aceites y, por supuesto, no hay que olvidarse de "aplicar un protector térmico antes de usar secador u otras fuentes de calor". El sol es un factor a tener en cuenta y los protectores específicos para el cabello o, en su defecto, usar gorras o sombrero ayudan a minimizar el daño de la radiación ultravioleta.
Por supuesto, la alimentación también influye en este proceso y de ella depende que el deterioro capilar vaya a menos o a más. La doctora María Isabel Martínez recomienda una dieta que incluya "nutrientes que favorezcan su crecimiento, fortaleza y brillo. Es recomendable ingerir proteínas, hierro, zinc, ácidos grasos omega-3 y vitaminas, nutrientes que encontraremos en pescado, carne blanca, huevos, legumbres, frutos secos, verduras, hortalizas y frutas. Conviene evitar alimentos procesados y ricos en grasas saturadas o azúcares".
También se debe beber abundante agua para mantener el cabello hidratado y llevar unos hábitos de vida saludables, como realizar ejercicio físico de manera regular (preferiblemente de fuerza) y evitar el consumo de tabaco. No hay fórmulas secretas, el secreto es seguir las recomendaciones. Y cuando sea necesario, recurrir a tratamientos médicos adecuados. "El minoxidil es uno de los que tiene una evidencia científica más sólida, especialmente para la alopecia androgénica y la caída de cabello relacionada con la menopausia. Además, suplementos específicos como la biotina, el zinc, el hierro y la vitamina D pueden ayudar si hay deficiencias, pero no son una solución única. Siempre es recomendable consultar a un dermatólogo antes", precisa.
Alopecia y trasplante capilar
Otro de los temas a tener en cuenta es la alopecia androgénica, que se acentúa durante la menopausia, pudiendo afectar a cuatro de cada 10 mujeres. Para los casos en que la pérdida de pelo sea notable y la paciente no responda a otros tratamientos, el trasplante puede ser una opción.
En este sentido, hay que romper estigmas. "En algunos contextos todavía persiste cierto tabú en torno a la alopecia femenina, ya que la caída de cabello en la mujer no está tan aceptada socialmente como la calvicie en el varón. Esto hace que muchas afectadas puedan sentirse estigmatizadas o presionadas a ocultarlo", explica la experta.
Este problema afecta de manera significativa a la autoestima, debido a la presión social sobre la belleza y la imagen corporal. "Por suerte, en los últimos años ha habido un aumento en la visibilidad y de apoyo, lo que está ayudando a cambiar esta percepción. Cada vez son más las que van a consulta y que pueden beneficiarse de los tratamientos disponibles y del trasplante capilar", añade.
¿Se puede recuperar el pelo perdido? Depende de la causa, la gravedad y la respuesta a los métodos empleados para paliar esa caída. En palabras de la doctora María Isabel Martínez, lo que sí es posible es mejorar la densidad y calidad del cabello. En resumen: cuidar especialmente tu melena ya desde la etapa del climaterio, que es la que va desde la edad fértil hasta la menopausia, seguir una alimentación rica en nutrientes y acudir al especialista en busca de un tratamiento adecuado, son los tres pasos a seguir.