Imagen de archivo de una mujer con dolencias en el coxis.

Imagen de archivo de una mujer con dolencias en el coxis. Istock

Salud y Bienestar

La coccigodinia: en qué consiste este dolor silencioso que afecta especialmente a las mujeres

Una dolencia desconocida que puede afectar a la calidad de vida de las mujeres. Abordamos síntomas, riesgos y soluciones.

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Marta Velázquez
Publicada
Actualizada

La coccigodinia es una dolencia que, aunque es relativamente desconocida, impacta significativamente en la vida cotidiana de muchas mujeres. Se caracteriza por un dolor localizado en la zona del coxis, que puede hacer que actividades tan simples como estar sentada, caminar o incluso realizar labores cotidianas se conviertan en un desafío.

Esta afección no solo genera incomodidad, sino que también puede reducir la calidad de vida, especialmente si no se recibe el tratamiento adecuado a tiempo.

Aunque la coccigodinia afecta a una pequeña parte de la población general, con una prevalencia estimada del 1%, su incidencia es notablemente más alta en mujeres.

De hecho, se estima que las mujeres tienen entre cinco y seis veces más probabilidades de padecer esta condición que los hombres. Que prevalezca más en las mujeres no es casual, diversos estudios apuntan a factores anatómicos y fisiológicos propios del cuerpo humano femenino que contribuyen al desarrollo de este dolor crónico.

Factores que agravan la dolencia

Uno de los principales factores detrás de la mayor incidencia de la coccigodinia en las mujeres es la anatomía del coxis. En las mujeres, esta zona del cuerpo presenta una inclinación hacia atrás más pronunciada que en los hombres, un ajuste evolutivo que facilita el embarazo y el parto.

Esta inclinación también hace que el coxis femenino sea más vulnerable a lesiones y dolencias. Durante el embarazo, la presión adicional que se ejerce sobre la región pélvica puede generar microfracturas, tensiones o incluso luxaciones en el momento del parto, lo que aumenta el riesgo de desarrollar dolor en la zona.

Además de los factores derivados del embarazo, el estreñimiento crónico, una condición más frecuente entre las mujeres, puede agravar aún más los síntomas.

El esfuerzo prolongado durante la evacuación puede tensar la zona pélvica, lo que añade una presión adicional sobre el coxis y aumenta las probabilidades de sufrir dolor en esta área.

A lo largo de los años, estas tensiones continuas pueden desencadenar la coccigodinia, convirtiéndola en un problema recurrente que afecta la vida diaria.

El tratamiento adecuado es crucial, y cuanto antes se reciba, mejor será el pronóstico. La doctora Eider García, especialista de la Unidad del Dolor en el Hospital Quirónsalud Vitoria, enfatiza que los pacientes con un dolor que persistente durante más de tres o cuatro meses deben buscar atención especializada lo antes posible.

Dra. Eider García especialista en la Unidad de Dolor del Hospital Quirónsalud Vitoria.

Dra. Eider García especialista en la Unidad de Dolor del Hospital Quirónsalud Vitoria. Cedida

En este tipo de dolencias, el dolor no tratado o tratado de manera inadecuada puede volverse habitual, lo que hace que los nervios se sensibilicen y el dolor se centralice. Este proceso puede disminuir las probabilidades de éxito en los tratamientos convencionales.

Sin embargo, la doctora García resalta que si el dolor se trata antes de los seis meses desde su aparición, las probabilidades de éxito de los tratamientos son de hasta un 80%, lo que demuestra la importancia de no esperar a que el dolor se convierta en algo repetido.

¿Cómo se debe tratar?

El tratamiento de la coccigodinia comienza habitualmente con un enfoque farmacológico, que incluye analgésicos o antiinflamatorios para reducir la inflamación y aliviar el dolor.

Si estos tratamientos no son suficientes, en muchos casos se recurre a infiltraciones locales, que consisten en inyecciones de anestésicos o corticoides directamente en la zona afectada para reducir el dolor de manera más focalizada.

En casos más complejos o cuando el dolor persiste, se puede optar por tratamientos más avanzados. La radiofrecuencia es una técnica cada vez más utilizada para tratar la coccigodinia.

Esta técnica consiste en aplicar calor controlado sobre las estructuras nerviosas afectadas mediante un procedimiento mínimamente invasivo, guiado por radiología. El calor generado por la radiofrecuencia actúa sobre los nervios, desactivando temporal o incluso permanentemente las señales de dolor.

Aunque este tratamiento no está exento de riesgos, se ha demostrado que puede ser muy eficaz para quienes sufren de dolor crónico no resuelto por otros métodos.

La importancia de conocer las unidades de dolor

Otra opción de tratamiento en caso de que la dolencia persista en el tiempo es acudir a la Unidad del Dolor, cuyo objetivo no es solo aliviar los síntomas, sino también mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Tal como señala la doctora García, el enfoque integral de este tipo de unidades tiene en cuenta tanto el bienestar físico como emocional de los pacientes.

"No solo tratamos el dolor, sino que nos preocupamos por ofrecer soluciones personalizadas que ayuden a nuestros pacientes a recuperar su actividad diaria y su bienestar general", explica.

Y es que las dolencias habituales no solo afectan al cuerpo, sino también al estado de ánimo, las relaciones sociales y la capacidad de llevar una vida normal.

La coccigodinia no debe subestimarse. Es un dolor que, aunque muchas veces pasa desapercibido o se normaliza, puede afectar profundamente.

En la actualidad, existen múltiples opciones para tratar esta condición de manera efectiva, y los avances médicos ofrecen soluciones que permiten a las pacientes llevar una vida libre de dolor.

Por ello, es fundamental que quienes experimenten dolor en la zona del coxis busquen el apoyo adecuado para identificar la causa y recibir el tratamiento más efectivo lo antes posible.