
Isabel Porta es Ingeniera Agrónoma y trabaja en la producción de porcino.
Isabel Portal, única mujer de la Lonja de Lleida: "Con el ADN del cerdo sabemos qué hizo durante los últimos cinco años"
Esta ingeniera agrónoma que trabaja en garantizar el suministro y la calidad de la carne nos explica cómo funciona su sector, eminentemente masculino.
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"¿Yo? ¿Referente? ¡Ojalá!", exclama entre risas Isabel Portal (38 años). Como si no fuera la única mujer de la Lonja de Lleida y una de las escasísimas directivas que trabajan en el sector cárnico español, que ya se ha colocado entre los más punteros de toda Europa.
Decir que desempeña las funciones de adjunta a la Dirección de Compras de Ganado de Incarlopsa en una de las grandes empresas de elaboración de productos porcinos quizá suene algo aburrido. Pero, ¿y si fuera ella la encargada de suministrar la carne a muchos hogares españoles y de velar por nuestra salud y garantizar la seguridad alimentaria?
Aunque su trabajo repercute al grueso de la población, ha pasado desapercibido hasta ahora o, como ella misma afirma, "se ha mirado para otro lado porque el sector primario no parece muy apetecible a los ojos de la sociedad".
"Pues yo vivo en la capital, soy ingeniera y tengo un montón de aficiones de lo más urbanitas", comenta Isabel mientras limpia la funda de su móvil de último modelo, adornada con un divertido dibujo de un jamón, con sus manos delicadas y decoradas por una perfecta manicura.
Un mundo desconocido
Isabel Portal estudió Ingeniería Agrónoma porque siempre le gustaron los animales. Además, su padre trabajó 30 años en Campofrío, por lo que habitó con su propio referente durante muchos años de su vida. "Trabajar en esto no fue mi objetivo desde el principio, pero con el paso del tiempo iba relacionando las conversaciones que había oído en casa con lo que estaba aprendiendo", comenta.
Se especializó en economía agraria, aunque su camino acabó "entre los cerdos" porque hizo un proyecto de fin de carrera en una empresa de producción de porcinos. Comenzó pesando animales y contando sacos de pienso, hasta que se fijó en ella una multinacional de genética. Entonces, descubrió que aquello era a lo que realmente quería dedicarse.
"A día de hoy, mi trabajo se basa en garantizar que la industria cárnica cuente con la materia prima necesaria, y sobre todo que sea de calidad", explica. "Es una labor muy exigente y no puedes dejar la mayoría de las labores para mañana porque trabajas con producto perecedero. Esta actividad es frenética, o te gusta o la aborreces", declara sonriendo, dejando claro que ella es de las que han elegido la primera de las opciones.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Que no sea monótono. A lo largo de mi vida laboral he huido de acomodarme y, cuando veía que hacía lo mismo durante meses, me movía. Dedicarme a esto me permite no aburrirme, porque tengo mucho rango de desarrollo y es tan amplio que es imposible entrar en la rutina.
Es exigente a nivel de dedicación, pero tenemos muchas facilidades. Lo veo con perspectiva, en contraste con mi padre, y creo que estos años nos han proporcionado la posibilidad de llevar a cabo el mismo trabajo sin tener que renunciar a nuestras aficiones, vida familiar y todo lo demás.
En general, la definición de mi labor es positiva porque no haces lo mismo dos días. El proceso productivo desde el principio hasta el final no te permite relajarte. Tienes que estar muy encima de todo para cumplir con los requisitos.
El sector primario ha sido, y es a día de hoy, el gran subestimado. ¿Cómo superar esa visión colectiva?
Creo que es problema de los estereotipos que ha generado la propia sociedad, y resulta difícil salir de ellos si no es a través de la comunicación. Sí, está bastante denostado como salida laboral, pero es por puro desconocimiento.
Tenemos un sector primario, y porcino en particular, que es líder a nivel mundial. Somos el primer productor de Europa, exportadores de más del 40% de nuestra producción y hemos adelantado a Alemania... ¡Y eso que es el país espejo en el que nos miramos! Ellos eran líderes indiscutibles hace 15 años, y España lo ha superado porque las cosas se están haciendo muy bien.

Isabel Porta es Ingeniera Agrónoma y se dedica a la producción de porcino.
Antes de entrar de lleno en el sector cárnico, ¿qué visión tenías tú de él?
El mismo que casi todo el mundo: cuando empecé en la empresa me di cuenta de lo que hay detrás de los estereotipos. El nivel de sofisticación y tecnificación en la producción primaria española es enorme. Pero no se conoce y así es muy difícil que la gente se quiera dedicar a esto.
Cuando me mandaron seis meses de becaria a una granja, no pensaba que iba a ser testigo de cómo hacían ecografías a los animales, mediciones exactas del pienso... ¡Y hasta que un tractor se pueda dirigir por satélite!
Habría que comunicar que la realidad del sector primario es esa y no un señor labrando un huerto o echando de comer a sus gallinas. Eso está muy bien a nivel local, pero el día a día es distinto: hay un mundo muy tecnificado y divertido.
"No hay que asociar el sector primario con ideas negativas, no es menos quien trabaja en el campo. Tenemos que acabar con los estereotipos"
Hablando de sofisticación y tecnificación, ¿qué otros protocolos se llevan a cabo para garantizar la seguridad alimentaria?
Por ejemplo, la grasa que tienen los cerdos antes se medía mediante un renco, un aparato no muy exacto. Ahora anestesian al animal y lo llevan a un TAC, prácticamente igual que harías con un bebé.
También tenemos muchísima información de los jamones que vendemos, y eso que curamos nueve millones al año. De cada cerdo que llega, debemos saber todo: el trazado de sus padres, el pienso que han tomado, la granja de origen...

Isabel Porta es experta en la industria del porcino.
Poder decirle a los consumidores qué hay detrás de ese jamón desde hace más de cinco años es un avance brutal para garantizar la seguridad alimentaria de toda la sociedad. También mediante el pelo del animal, o cogiendo una muestra y, con el ADN, llegar a saber cómo fue seleccionado hasta ocho generaciones anteriores gracias a las empresas de genética. Así reducimos al máximo los errores que pueden llegar a ocurrir.
El sector primario, además de ser el gran subestimado, está muy masculinizado.
Si el estereotipo a nivel general no es del todo positivo, en nuestro caso es peor aún. Aquí está bastante generalizada la presencia de hombres, sobre todo en puestos de alta dirección. Esto no es negativo, es el reflejo de lo tradicional. Ahora se ve que hay cada vez más mujeres, y también en cargos de mucha responsabilidad.
Ha habido un progreso y creo que irá evolucionando a favor de una selección natural, porque a día de hoy no existe ningún tipo de barrera y yo nunca he notado faltas de respeto. Si vas con humildad, seguridad y ganas de aprender, la barrera de género no existe.
¿Y cómo le trasladarías esta idea a las chicas jóvenes? ¿Cómo animarlas a dedicarse a esto?
Hay que mostrarles la realidad a través de los ejemplos tangibles. Seguramente yo no cumpla con las ideas preconcebidas que tengan las jóvenes de qué es dedicarse al sector primario y al porcino. Yo vivo en Madrid, soy ingeniera, tengo un máster y un montón de aficiones de lo más urbanitas. Mi trabajo me permite disfrutar de tiempo libre, tengo dos hijos y perro.
También creo que habría que hacer un trabajo previo, a nivel educativo, para que elijan este tipo de caminos. Se habla de que las niñas suelen ser mejores estudiantes que los niños, pero luego no optan por carreras técnicas. Debemos empezar por ahí, y simplemente transmitirles la realidad.

La industria porcina española es una de las más punteras de Europa.
Eres la única mujer de la Lonja de Lleida. ¿Te consideras ese ejemplo tangible que les hace falta a las nuevas generaciones?
Sinceramente, me encantaría. Cuando me ofrecieron la oportunidad de entrar en Incarlopsa, lo comenté con mi familia y mi marido me dijo que qué mejor ejemplo para mi hija de tres años, Carolina, que ver que su madre desempeña este trabajo y nunca ha tenido que salvar ese techo del que se habla en general. Aquí compartimos problemas, alegrías y preocupaciones, y hablamos de temas comunes que nos afectan a todos.