Autoras de palabra con Rosa, Rosa Montero
Rosa Montero: "Detesto la muerte, me encanta la vida, pero prefiero morir antes que tener una vejez deteriorante"
La escritora y periodista española acaba de publicar la última novela de su saga 'Animales difíciles', donde explora las amenazas de la inteligencia artificial.
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La Premio Nacional de las Letras Españolas, Rosa Montero, concluye su tetralogía de Bruna Husky, un personaje creado hace al menos 15 años con Animales difíciles (Seix Barral).
En esta cuarta y última novela, la autora advierte sobre las amenazas de la inteligencia artificial, el cambio climático y las consecuencias de un mundo en un periodo de constante emigración, la búsqueda de la identidad y el miedo obsesivo a la muerte. Una historia crepuscular de final luminoso. Intriga policiaca con existencialismo y ciencia ficción. Una serie que ha vendido más de 200.000 ejemplares.
¿En esta última entrega Bruna es una 'tecnohumana' de poco más de metro y medio, con problemas de identidad?
Bruna ya no es corpulenta y poderosa, sino una débil androide de cálculo que plantea uno de los grandes temas de esta novela, que es la identidad sobre quiénes somos, qué somos, qué es lo que nos hace ser como somos, y cómo dependemos de la mirada de los otros.
Para mí ha sido siempre el personaje con el que más me he identificado, pero en Animales difíciles mucho más. Aunque hasta que no terminé el libro no me había dado cuenta, porque las novelas son como sueños y nacen del inconsciente y tú no las controlas, escribes en la oscuridad. Pero cuando lo leyeron unos amigos, me hicieron ver que Bruna es, ahora sí, igual que yo.
¿La búsqueda de la identidad es una de tus obsesiones?
Sí, y está en otras novelas, pero es en esta donde me he centrado más. La búsqueda de lo que es ser uno mismo es una cuestión que ahora es más álgida que nunca, porque vivimos en unos tiempos muy amenazadores, muy resbaladizos, muy mestizos y muy contradictorios. Además, lo que somos depende de la mirada del entorno y está tan deteriorado. Es tan disfuncional el ámbito social que se producen muchos conflictos, de la ausencia de una raíz en lo que uno es.
Y todo lo que está pasando, la cantidad de gente que se mete en células violentas de todo tipo, fanáticas del ISIS, en unidades de extrema derecha, lo hacen por la falta de fraternidad. Porque son gente que si no saben quiénes son, se sienten solos y desesperados. La sociedad está en un umbral crítico hacia otra cosa, y tenemos que ver qué es lo que queremos ser como humanidad, como sociedad y hacia dónde vamos. Y ahí también estamos jodidos.

Rosa Montero.
¿Y cómo te ves en la mirada de los otros?
Una cosa es la mirada pública de quien no conocemos. Depositamos en él lo que queremos, lo que necesitamos. Luego, tienes que intentar rodearte de una manada propia y tratar de llegar a armonizar, porque somos muchos, y porque hay demasiada gente que de repente piensa una cosa y siente otra. Y en mí, eso culmina con buenos amigos, de hace mucho tiempo, porque su mirada me serena y me hace ver quién soy de alguna manera.
La primera frase de este libro dice: "O todos o ninguno".
Es un lema de un grupo terrorista que es muy brumoso. Habla mucho de uno de los grandes problemas de la actualidad del mundo, que es las crisis de desplazados y las migraciones, que tienen ya un nivel que nunca han tenido en toda la historia de la humanidad. Pero es que esto no es más que la punta del iceberg, porque va a venir un tsunami. El calentamiento climático va a hacer que estos desplazamientos sean bestiales.
Y frente a esto, que es una crisis brutal, hay voces de los retrógrados que dicen que lo que hay que hacer es levantar murallas en el primer mundo, dejar a la gente fuera. Yo no lo comparto desde un punto de vista ético, pero es que además que te parezca inmoral o no es lo de menos. Es una imbecilidad, porque no va a haber murallas suficientes para parar ese maremoto, es imposible. Entonces, o buscamos una solución entre todos o no se salvará ninguno. Porque realmente estamos en peligro de extinción.
El migrante pierde su identidad, su patria... ¿Seremos todos unos apátridas?
No debería ser así, porque hay migración que puede enraizar, pero si pierdes el lugar, la mirada del otro y el asiento, entonces pasa lo que está pasando.
¿La ambición es igual al poder, que es idéntica a la insensatez absoluta?
Depende que tipo de ambición sea. El ser humano es ambición porque sin ella no se movería. De conocimiento, de amar, de "follar"... estamos llenos de deseos. Afortunadamente, el deseo es la vida.
Pero debes saber qué límites tienes y dónde los encuadras, que no sean ambiciones por la depredación del otro. La aspiración monetaria del poder económico vuelve loca a la humanidad y nos lleva a matanzas, a esclavitudes, al horror. Y ese es uno de los grandes motores de la maldad del mundo.
¿La inteligencia artificial nos va a llevar a la superinteligencia y nos acabará dominando?
No nos va a dominar, es que ni nos va a tener en cuenta. Vivimos ya dentro de ella y es muy útil y muy seductora, por eso nos está atrapando y nos estamos entregando. Y puede favorecer la vida, pero el peligro de esa superinteligencia es que ya ni siquiera la estamos creando, se está creando sola. Es ya la inteligencia autogenerativa, que va a ser infinitamente mayor que la nuestra y acabaremos siendo como las hormigas son para nosotros: insignificantes.
Bruna va descontando el tiempo que le queda de vida.
Eso yo lo hago también. Desde luego no sé cuando me voy a morir, pero toda mi vida he hecho cálculos, porque soy una obsesiva del tiempo, y por eso me siento tan pegada a Bruna, porque la mayoría de los seres humanos se olvidan de que son mortales, pero yo no.

Rosa Montero.
En tus obsesiones por el temor a la muerte, ¿contemplas vivir en una longevidad infinita?
Detesto la muerte porque me encanta la vida y entonces quiero vivir. Soy muy disfrutona y no quiero irme de la vida. Me horroriza la vejez y el deterioro, o sea que prefiero morirme antes.
Una constante de los escritores es escribir sobre vuestras obsesiones, vuestras inquietudes, la cuestión es: ¿encontráis las respuestas?
Sí, realmente vas aprendiendo y poniendo un poco de luz en las sombras. Además, tú no escribes para enseñar nada, sino para nutrirte, y si no aprendes algo en un libro es que lo has hecho mal. Y en todos escribo para intentar perder el miedo a la muerte. Y creo que he conseguido avanzar mucho en eso gracias a mis historias.

Rosa Montero.
¿Ocultamos nuestras emociones porque creemos que nos hace ser vulnerables?
Querer y ser querido te hace más vulnerable, no me queda la menor duda. Pero somos animales sociales, y sin querer y sin ser queridos no es que seas invulnerable, es que estás muerto en vida. No es una elección, porque si quieres vivir tienes que apechugar con el riesgo de la vida y con la vulnerabilidad de los sentimientos, no hay más remedio.
¿La serie no termina con la muerte de Bruna por una obsesión tuya?
No, desde el primer libro dije que no iba a morir. Porque además es un personaje que la pobre, como yo, va descontando los días que le quedan para morir, y dije: "Vamos, no la mato ni de coña". Lo prometí y lo he cumplido, y acaba en un momento de plenitud, serenidad y consuelo.