La directora de la agencia de Comunicación Evercom.

La directora de la agencia de Comunicación Evercom.

Protagonistas

Irene de la Casa, directora de la agencia de comunicación Evercom: "El cambio va de ser más listas y estratégicas"

Publicada

Periodista de formación, apasionada de la radio (tiene voz para las ondas, desde luego), empoderada, feminista convencida y directora general de la agencia de Comunicación Creativa y Marketing Evercom desde hace tres años y medio.

Esta es la rotunda presentación de Irene de la Casa, una ejecutiva que lleva la igualdad por bandera, tanto en su vida como en la compañía que lidera, donde hay mayoría femenina. Se define como revolucionaria y el secreto de su éxito es ponerle pasión a todo lo que hace. Opta a entrar en la lista de las Top 100 en categoría de directivas.

Nunca pensó en dedicarse a la Comunicación Corporativa, pero siempre le gustó probar cosas nuevas, así que cuando se lo propusieron hace una década ante la crisis de los medios de prensa escrita dijo 'por qué no'. Ella, que habla por los codos y tiene dotes innatas para transmitir, le fue cogiendo gustillo al sector, escalando puestos, poco a poco, hasta llegar a su actual empresa. "Empecé llevando el departamento de consumo y estuve ocho años desarrollándolo. Pasamos de ser cinco personas a 25 y de facturar unos 600.000 euros a unos tres millones", revela con orgullo.

Seguidamente, montó el departamento de calidad en Evercom y tres años después, tras una auditoría, la empresa consiguió una ISO 9001, que es la norma de gestión de calidad de mayor reconocimiento en el mundo. 

Irena de la Casa comenzó su carrera en medios escritos y en la radio.

Irena de la Casa comenzó su carrera en medios escritos y en la radio. Cedida

Yo vengo de una familia normal, humilde… Todo esto ha sucedido de manera natural, por mi forma de afrontar el trabajo y de trabajar con pasión, poniéndole corazón a las cosas que hago, creyendo en ellas y aportando mucho tiempo y dedicación".

Cuando entras en las oficinas de esta empresa lo primero que llama la atención es que ves muchas mujeres. A ellos no les hace falta cumplir cuotas por ley, las rebasan con creces. Preocupados por la igualdad, entre sus iniciativas vinculadas al talento y liderazgo femenino, han elaborado un estudio titulado '¿Comunicación sin género?'. De su trayectoria y de las conclusiones del mismo hemos hablado con Irene de la Casa.

Una de las cosas que nunca falla en este tipo de estudios es la brecha que siempre provoca la conciliación familiar. Tú eres madre de dos hijas, ¿lo has vivido en carnes propias?

Sigue siendo una realidad. Hay un bagaje cultural, de tradición en España, que hace que las mujeres asumamos más carga en el hogar, en las tareas domésticas, en el cuidado de los hijos, los padres y las personas dependientes. Esa realidad existe y las cifras dicen claramente que las mujeres siguen invirtiendo más tiempo en esto. Creo que las nuevas generaciones van cambiando y estamos educando a nuestros hijos de una manera diferente.

Ahora estamos como en una generación intermedia. Yo con mi marido discuto muchísimo y me ha costado 'educarle' en esto de que debe haber un reparto equitativo. Nosotras también tenemos que aprender a soltar, a delegar. Ellos tienen una responsabilidad exactamente igual que nosotros en la crianza, en el cuidado, en las tareas y también en el disfrute del ocio.

Pero la realidad es que para acceder a puestos de liderazgo la maternidad sigue penalizando; ¿no es así?

Yo creo que ahí lo que tenemos que aprender es a tener más sororidad entre nosotras. Antiguamente, cuando había pocos puestos para las mujeres, la competitividad quizá tenía sentido, ahora no. En estos momentos podemos ayudarnos y tejer esas redes de apoyo para convertirnos en aliadas. A veces nos penalizamos más nosotras que nuestros compañeros. La igualdad se debe favorecer también en la propia compañía, utilizar un lenguaje inclusivo desde aquí.

Hay que eliminar sesgos y admitir que todas las opciones son válidas. Si una mujer (o un hombre) decide quedarse en casa durante un tiempo cuidando sus hijos y cogerse una excedencia está bien. Si opta por trabajar en equipos de alto rendimiento, también. Si determina no ser madre, igual, como si quiere tener un montón de hijos y ser ama de casa. Todo está bien.

"En Evercom somos 67% de mujeres. Lo que hacemos es que los currículums son ciegos para que no haya sesgos de género"

En el sector de la Comunicación quizá sea más fácil, porque está muy feminizado.

Nosotros en Evercom somos 67% de mujeres y lo que hacemos es que los currículums son ciegos, no ves la foto y se le pasa la información a los responsables sobre la trayectoria del candidato, sin nombre. Esto es para que no haya sesgos. Cuando se llega a la recta final del proceso, lo que se hace es priorizar al colectivo infrarrepresentado en ese departamento. Si hay más mujeres se cogerá un hombre y al revés, en igualdad de condiciones. Los procesos de selección también son libres de sesgos a nivel más amplio: religión, etnia, identidad sexual, etc.

¿Es cierto eso de que las mujeres no se atreven a postularse para un ascenso?, ¿necesitamos ser más lanzadas?

Sí, tiene que haber una posición activa de atreverse en todos los sentidos. A nosotras lo que nos pasa es que hasta que no cumplimos hasta el mínimo requisito de un puesto de trabajo no aplicamos; ellos con un 40% de lo que se pide ya le están dando al botón. Son mucho más lanzados en ese sentido. Nos toca hacer ahí un trabajo de empoderamiento, no es una lucha contra ellos, esto va de ser más listas, estratégicas y de focalizarnos para que haya una tracción en las cifras, en los comportamientos y en la sociedad. Gran parte del cambio depende de nosotras. 

¡Cuántas veces se escucha eso de "qué difícil es trabajar con muchas mujeres juntas"!

Exacto. Hemos de cambiar el lenguaje. No somos competidoras, somos compañeras. Apoyarnos nos empodera. Tenemos que reeducarnos en el lenguaje que utilizamos. Hay que desterrar esa idea de que las mujeres estamos siendo malas unas con otras constantemente, tengo un montón de directivas a mi alrededor que me han inspirado y me ayudan sin más objetivo que potenciarme. Aquel es un discurso del pasado. 

"En una entrevista de trabajo estás vendiendo tu perfil, no tenemos que ser humildes. Así que sé sexy, sé atractiva para la empresa a nivel de capacidades"

El informe que habéis realizado confirma que un 46% de las directivas de comunicación no supera actualmente los 70.000 euros de salario, mientras que el 68% de los directivos hoy no está por debajo de esa cifra. ¿Dónde está el problema para que haya esta brecha salarial?

Bueno, en este sentido vemos que las políticas y la legislación van por detrás de los avances de la sociedad. Pero hay otra cosa importante: nosotras tenemos que hablar de dinero y de ocupar posiciones de poder, porque es desde ahí desde donde se cambian las cosas. Es muy necesario aprender a negociar, a tener esas habilidades, de buscar mejores salarios. Debemos creernos lo que valemos y envalentonarnos.

¿Hay algún dato del informe que te haya sorprendido especialmente?

El del ocio: hay siete veces más mujeres que hombres que aseguran no poder disfrutar de tiempo libre o dedicarlo a actividades personales. Las demás brechas las imaginaba, pero esta no. Las cifras del informe te dan una idea de a cuánto renunciamos nosotras respecto a los hombres y ves la correlación que esto tienen en los niveles de estrés y de carga. Debemos disponer de espacios para nuestro ocio, para ser nosotras mismas, para estar con tus amigas, para liberarnos… Es muy importante buscar los equilibrios para tener paz mental.

Para terminar, un consejo para las mujeres que quieran aplicar a un trabajo o a un ascenso. 

Que crean en ellas mismas. Suena supertópico, pero es así, que cuenten todo lo que saben hacer, que hagan un trabajo de empoderamiento y que no tengan miedo. Somos demasiado humildes a veces y no hay que confundir esto con la venta. En una entrevista de trabajo estás mostrando tu perfil, así que sé sexy, sé atractiva para la empresa a nivel de capacidades. Ellos eso lo hacen genial, nosotras nos volvemos chiquititas. Hay que trabajar más la autoestima.