Lisi Fracchia, la gemóloga que ha conquistado a Letizia, Máxima, Sofía e Isabel II: "Para invertir hoy, lo mejor es el oro y los diamantes"




"Leonor y Sofía tienen joyas mías. La princesa de Asturias será un gran referente en la próxima generación"
Frente a las puertas del ascensor de un hotel de lujo junto al pulmón verde de Madrid coinciden dos hombres que no se conocen de nada.
"Buenos días, ¿a qué planta va?" —pregunta uno de ellos.
"A la segunda" —responde apresurado el otro, que llega desde la calle, cierra su paraguas y se sacude la gabardina de Burberry.
"Yo también".
Entran. Se hace el clásico silencio, ese en el que casi se evita respirar. Al descender, ambos se despiden.
"¿Me está usted persiguiendo?" —comenta con sorna el primero.
"No, no, es que voy a una suite que está por ahí" —replica el segundo.
"¿Por aquí? ¿A la 210?".
"Sí, ¿por qué?".
"Porque voy a la misma".
"Ah, pues... encantado. Soy Raúl".
"Igualmente, tocayo".
El primero de ellos es el concierge del Hotel Palacio del Retiro - Autograph Collection, que va vestido con uniforme gris perla adornado con detalles de paisley en el cuello Mao de su chaqueta. Va cargado de maletines y bolsos llenos de piezas de alta joyería de valor incalculable. El otro es el periodista que está a punto de entrevistar a una de las mujeres más interesantes, fascinantes y mejor formadas del universo de la gemología: Lisi Fracchia.
María Luisa Fracchia, a quien cariñosamente todo el mundo llama Lisi, es diseñadora de joyas y perito en gemas. Es miembro de la mesa directiva del Instituto Gemológico Español y del órgano rector de los Premios Nacionales a la Moda y a la Excelencia Empresarial. Sus títulos y reconocimientos imponen respeto y causan vértigo, pero su cercanía es extrema.

Lisi Fracchia es alegre y natural, es un cascabelillo que zascandilea con diamantes y zapatos de Valentino y con una carcajada sonora que utiliza como escudo para protegerse. "¿Crees que esto está bien así? ¿Hay suficiente luz? ¿Con estas joyas tenemos bastante?", pregunta, insistente, por su profesionalidad y perfeccionismo sin darse cuenta de que todo lo que hay en esa habitación es un tesoro: desde sus impecables outfits a las piedras preciosas que ha ido recopilando por las zonas más recónditas de la Tierra.
Nacida en Catriel, en la Patagonia argentina, Lisi tiene raíces italianas, estudió en Río de Janeiro y vive en Madrid. Su lugar, en realidad, es el mundo. No en vano, en los últimos 11 meses ha visitado 10 países: Argentina, Estados Unidos, Italia, India, Turquía, Emiratos Árabes, China, Tailandia, Singapur y Brasil. De este último comenta que es una tierra "increíble" en lo que respecta a las gemas. Allí participó en la selección de unas esmeraldas que después lució la reina Isabel II.
Desde Marilyn Monroe y su Diamonds are a girl's best friend [Los diamantes son los mejores amigos de la mujer] en Los caballeros las prefieren rubias (Howard Hawks, 1953) hasta Audrey Hepburn en la adaptación de Desayuno con diamantes de Truman Capote que Blake Edwards hizo en 1961, pasando por las joyas de la Corona británica o las del lote de pasar de la reina Victoria Eugenia. La historia de todas estas alhajas no se podría haber escrito sin la influencia de las poderosas mujeres que las han lucido en el cine, en cenas de Estado en los palacios o en fiestas tan exclusivas que jamás habrá prueba gráfica de ellas.


Lisi, en tu biografía te describes como gemóloga y perito en gemas. ¿Cómo se forma una gemóloga? ¿En qué se diferencia de una joyera tradicional?
En 2005 tuve mi primer contacto con el Instituto Gemológico Español, una entidad con más de 50 años de historia. En el IGE puedes formarte como gemólogo, son cuatro años. En mi opinión, todos los joyeros deberían ser gemólogos. Yo soy joyera, soy orfebre. Estudié diseño, orfebrería y pericia en gemas en Brasil. Son ramas distintas dentro del mundo de la joyería. Por ejemplo, está el diseñador de joyas, que hace bocetos a mano alzada o con programas CAD en 3D; el joyero, que se encarga de reparaciones como soldaduras y monturas; el engastador, que coloca las piedras; o el grabador, que realiza grabados. También hay perfiles que combinan todas estas disciplinas.
¿Cómo nace tu pasión por la joyería?
Fue en Madrid, tras mudarme por asuntos familiares, donde tuve mi primer contacto con el mundo de las gemas. Quería hacer un curso sobre perlas, así que me inscribí en el Instituto Gemológico Español, como te he comentado, de cuya junta directiva hoy formo parte. Sin saberlo, ese fue el inicio de una nueva etapa y una nueva pasión en mi vida. Hasta entonces, no sabía lo que significaba la gemología, pero siempre me habían fascinado las gemas. Cada vez que viajaba volvía con piedras preciosas: de Australia traje ópalos y perlas; de Sudáfrica, diamantes; de Brasil, turmalinas. En Río tuve mi primer contacto con la realeza. Mi profesor André Leite y su padre, Walter Leite, eran los encargados de restaurar las joyas de la familia imperial brasileña en Petrópolis. Recuerdo haber participado en la selección de esmeraldas para un collar destinado a Su Majestad la Reina Isabel II. ¡Las esmeraldas más fabulosas y enormes que vi en mi vida!
¿Qué significa exactamente pericia en gemas?
Puedo determinar el valor de una pieza a partir de una fotografía.

¿Es una profesión que exija estar en constante formación?
Siempre. Por ejemplo, ahora con los diamantes de laboratorio y las perlas asiáticas que se venden como naturales... Hay que mantenerse al día con los nuevos minerales que aparecen en minas recién descubiertas.
¿Cuál es la piedra preciosa top en España?
La mejor esfalerita está en España y el cuarzo rosa más bonito es el de Extremadura. Intento potenciar las gemas de cada país. Cuando vivía en Brasil, trabajaba con el heliodoro, una piedra espectacular que no es tan conocida en joyería, al igual que la esfalerita española.
¿Dónde se encuentran las piedras preciosas más exclusivas del mundo?
Cada región tiene sus maravillas: los diamantes más impresionantes, en mi opinión, suelen venir de Sudáfrica y Botsuana. Las esmeraldas de Colombia son incomparables, al igual que los rubíes birmanos y los zafiros de Sri Lanka. También me enamoran las tanzanitas de Tanzania y las turmalinas de Brasil.


Lisi, tienes raíces italianas, te criaste en Argentina y recopilas piedras preciosas del mundo entero para tus clientes, pero ¿por qué elegiste España como tu país para vivir?
Me gusta Italia porque mis raíces son de allí, pero mi vida entera está en España. Amo España y es mi país desde hace muchos años.
¿Qué hace tan especial a un diamante?
Hoy en día, tal y como está la situación, el oro y el diamante son una reserva de valor. Son lo mejor para invertir ahora. Es lo último. Siempre se ha hecho, pero no sabes la subida que han experimentado. Son un valor en alza, es lo que la gente más busca. Pocos pueden invertir en una propiedad. Un diamante es único porque es un milagro natural: formado a lo largo de millones de años bajo condiciones extremas. Pero más allá de su dureza o brillo, lo que lo hace especial es el simbolismo que lleva: amor eterno, pureza, compromiso.

¿Cuál ha sido la joya más especial que te han encargado?
[Se emociona y sus ojos se ponen vidriosos, al borde la lágrima, pero intenta disimularlo con una de sus carcajadas].
¿Estás bien? ¿Qué tecla he tocado? ¿Qué ha pasado?
Es muy difícil elegir porque cada joya tiene su historia única y una carga emocional especial. Pero recuerdo con mucho cariño un encargo hecho por una querida amiga que ya me cuida desde el cielo. Ella era vizcondesa y Grande de España. Esa pieza tan especial era un broche para el 80 cumpleaños de Su Majestad, la reina emérita doña Sofía. Todo un reto. Un broche en el que utilicé oro de 18 quilates, esfalerita española, aguamarinas y tanzanitas. Un diseño para conectar generaciones y que simbolizase un legado. Para mí, esos proyectos son mágicos porque trascienden lo material.
¿Es esa la joya más importante de tu vida?
Aparte de esa, diría dos más. La primera es una pieza transformable que diseñé para un concurso, inspirada en la corona votiva de Recesvinto. Es un diseño con más de 90 posibilidades de uso, 59 gemas diferentes, diversos metales y acabados para mostrar todo lo que la joyería puede ofrecer. La segunda son los brazaletes de la colección Mi Lugar en el Mundo, una celebración de las raíces y un homenaje a las historias personales. Son piezas que representan el diseño de tu país, que puedes llevar contigo como símbolo de identidad y pertenencia. Los realizo en oro de 18 quilates y plata, y pueden personalizarse con las maravillosas gemas que cada país ofrece.

Piezas con las que se realizó la joya inspirada en la Corona de Recesvinto
Joya de Lisi Fracchia inspirada en la Corona de Recesvinto

Las joyas y la mujer
Sabemos que hay ciertos sectores laborales donde el machismo impera: el deporte, por ejemplo. O el cine, donde las actrices aún cobran menos que los actores, pero, ¿hay algo de ello en tu profesión, la gemología, esa gran desconocida?
Sí, lo hay. Me ha pasado y me sigue pasando. Voy a las ferias todos los años. De hecho, para este 2025 tengo ya los vuelos para Estados Unidos, India, Turquía, Dubái, Tailandia y Singapur. Por supuesto también iré a MadridJoya, que es el Salón internacional de Joyería y Relojería Urbanas y de Tendencia de Madrid. Mira, yo me he visto en Dubai, en India y en Turquía seleccionando piedras y... A lo mejor viene otra persona, que es un hombre, y te tienes que levantar para que las piedras que tú has elegido se las quede él. Ahora ya he aprendido, sé el truco: me gustan las piedras, las compro, las pago, me las guardo y sigo eligiendo [ríe].
¿Por qué pasa eso?
Yo pensaba que tenían la deferencia con ellos porque eran clientes que compraban un mayor volumen de piedras, pero no... Es porque soy mujer. En India no les gusta que estés ahí en sus ferias comprando joyas.
Sé que hay una anécdota con un premio que te dieron en Dubái junto a tres hombres y llegaste a comentarle al jurado si se trataba de un error. ¿Te extrañó que te premiasen por ser mujer?
Bueno, porque era la única mujer y porque a los tres hombres a los que premiaron eran megaempresarios con 500 sedes de joyería en todo el mundo. Yo soy diseñadora, gemóloga, perito en gemas, tengo mi atelier, que es muy conocido [se encuentra en el número 4 de la calle Mayor en Madrid junto a la Puerta del Sol], y lo que me dijeron es que fue un reconocimiento merecido por compartir y por enseñarles y explicarles los mejores sitios donde pueden encontrar gemas. También por mi emprendimiento.


Lisi Fracchia y la realeza
Lisi, eres una mujer muy discreta, pero eres, de alguna forma, la joyera de cámara de las reinas europeas: Letizia, Máxima de Holanda, que es tu compatriota argentina, y la emérita Sofía, por ejemplo, han lucido tus creaciones. ¿Cómo surgió todo? ¿Cómo llegaste a ellas?
La discreción es clave en mi trabajo, especialmente al diseñar para figuras públicas. Muchas veces esto sucede a través de recomendaciones: alguien cercano que tiene una de mis piezas la luce y se convierte en un puente. A veces también llegan encargos a través de la web. Me esfuerzo en crear joyas que cuenten una historia, y creo que eso conecta con personas que aprecian la autenticidad y el arte detrás de cada diseño. La vizcondesa que te he dicho antes, cuyo nombre prefiero no revelar, me hacía pedidos para diversas casas reales, no sólo españolas, sino de otros países.
Máxima de Holanda con el brazalete de Lisi Fracchia del mapa de Argentina


¿Recuerda la primera vez que vio a la reina Letizia con sus joyas?
La primera vez que la reina Letizia lució mis pendientes fue en enero de 2018 durante una visita a la fábrica de Joma Sport en Toledo. Me enteré por la prensa: una amiga identificó los pendientes. Yo no lo podía creer. Todavía hoy se me pone la piel de gallina. Seis meses después, los llevó a Nueva Orleans y a San Antonio, en un viaje que hizo con el rey Felipe. Este mismo año, el pasado agosto, la reina Máxima de los Países Bajos llevó mi brazalete Destellos de Argentina durante una visita oficial también a Estados Unidos. Fue una coincidencia increíble que las dos reinas lucieran mis piezas en el mismo país.
¿Cuál fue tu reacción al verlas con tus joyas?
Es un momento indescriptible. Ver a reinas o figuras importantes luciendo mis creaciones es un honor, pero también me recuerda la responsabilidad que conlleva cada diseño.

La reina Letizia en las oficinas centrales de Joma Sport en Toledo con pendientes de Lisi Fracchia
¿Cuál es el próximo joyero real que te has propuesto conquistar? ¿Leonor? ¿Sofía? ¿Kate Middleton?
[Se queda en silencio cinco segundos y rompe a reír]. Meghan Markle tiene joyas mías, pero muchas veces me entero después, si es que me entero, porque las luce en el ámbito privado. La princesa Leonor y la infanta Sofía también tienen, al igual que las princesas Amalia, Alexia y Ariane, las hijas de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima.
¿Qué análisis haces del estilo de la princesa Leonor?
Leonor es una joven fascinante, y creo que será un gran referente en la próxima generación de la realeza.

¿Y de Kate Middleton?
Me encantaría diseñar para Kate Middleton, porque tiene un estilo clásico, pero al mismo tiempo moderno y elegante. Para mí, cada nuevo reto es una oportunidad de explorar y crear algo único.
¿Qué otras reinas o princesas tienen tus joyas y te consta que las han lucido en privado?
Como sabes, mi trabajo implica mucha confidencialidad, pero puedo decir que diseños míos están en colecciones privadas de figuras reales en Europa y Oriente Medio. Es emocionante imaginar cómo esas joyas son parte de momentos importantes, incluso si no están a la vista del público.

Joyas en Nochevieja
Hablando de reinas, para muchas personas la reina de las Campanadas es, sin duda, Anne Igartiburu. La presentadora lució joyas de Lisi Fracchia el 31 de diciembre de 2020 junto a Ana Obregón. Un año clave también para Ana porque era su primera aparición pública tras el fallecimiento de su hijo, Álex Lequio, seis meses antes. ¿Cómo lo viviste?
Fue un momento muy especial. Anne Igartiburu es una figura muy querida en España, y verla luciendo mis pendientes en un evento tan emblemático como la retransmisión de las Campanadas en Televisión Española fue emocionante. Me sentí muy agradecida y orgullosa de que eligiera mis piezas para una ocasión tan importante, especialmente por la época que estábamos viviendo. Los pendientes, realizados en oro amarillo mate de 18 quilates con esfaleritas españolas, llevaban grabadas palabras como "paz", "salud", "trabajo" y "amor", que simbolizaban los deseos para esas campanadas tan especiales. También llevaba la sortija Destellos del Colón, con una esfalerita de 35 quilates, que simbolizaba la unión de dos mundos, y un brazalete de oro amarillo mate con diferentes texturas, inspirado en una manta que me hizo mi abuela enfermera, en homenaje al trabajo de los médicos y enfermeros durante la pandemia.
¿Alguna anécdota destacable de aquella noche para el recuerdo?
Esa noche Anne me hizo una videollamada junto a mi amigo David Deibis, el maquillador de las estrellas. Antes de comenzar la retransmisión me dijo que se había olvidado las joyas en su casa... ¡No sabes las risas cuando me confesó que era una broma!

Anne Igartiburu con joyas de Lisi Fracchia en las Campanadas de 2020-2021

Ahora que estamos ya casi acariciando el 31 de diciembre, ¿cuál sería la joya ideal para lucir en Fin de Año?
La pieza que tienes que ponerte es la que te hace feliz y te da brillo ese día. Ahora se lleva todo: el oro rosa combinado con el amarillo y el blanco. También es un momento importante para lucir piezas de tu familia, algo bonito de tu abuela, que tenga un significado especial para ti.
Una pregunta para los más supersticiosos: ¿cuál es la piedra que podría traernos suerte en 2025?
Las turmalinas.
¿Qué es el lujo para Lisi Fracchia?
El lujo es tener tiempo, salud y ser feliz. Disfrutar del día a día, de tu vida, y tratar de cumplir todos tus sueños.
Agradecimientos especiales al Hotel Palacio del Retiro - Autograph Collection.