Entrevista

Lucía Guerrero: “Haría falta un poco más de riesgo y de imaginación en la profesión”

“De adolescente sufrí más de lo que me hubiese gustado”

Fecha de publicación:
Fotografía

Esteban Palazuelos

Maquillaje

Rosa Navajas

La actriz nos cuenta su experiencia en el panorama cinematográfico, sus aspiraciones en el mundo de la moda y sus esperanzas.

Curiosa, inquieta y trabajadora, así se define la polifacética actriz y modelo Lucía Guerrero. La madrileña aparece una vez más en las pantallas, pero esta vez, de una forma especial, como embajadora de la marca casualwear del grupo Tendam Springfield.

A sus 30 años y con un largo recorrido, ha trabajado en numerosos proyectos como Luna, El Cid y la popular producción Bienvenidos al Edén. Ahora, dice estar disfrutando de una “pausita”, pues recientemente ha terminado de rodar y protagonizar la nueva serie original de Atresplayer titulada Santuario.

Cover digital de Lucía Guerrero

Desde que comenzó su carrera hace aproximadamente ocho años, no ha parado, y por ello hemos querido preguntarle cómo encuentra el equilibrio entre su vida profesional y personal: “La verdad es que soy bastante disciplinada y cuando estoy con un proyecto, reconozco que tengo poca vida”. Añade: “También depende del tipo de personaje, si estás haciendo un protagonista en una serie con muchas localizaciones, me cuesta sacar tiempo para mi vida personal”.

En un sector tan incierto y acelerado, es habitual distraerse o perder la cabeza. Lucía Guerrero nos cuenta uno de sus secretos para sentirse enfocada y motivada cada día: “Un buen café y meditar por lo menos 15 minutos, me ayuda mucho para empezar bien el día, concentrada y con energía”.

Podría decirse que has tocado casi todos los palos. ¿Hay algo que te falte por hacer o con lo que te atreverías?

Es verdad que he tocado bastantes cosas dentro y fuera de mi industria. La dirección es algo que me encantaría, pero sé que me falta mucho. Es de estas cosas que deseo hacer, pero con las que no me atrevo todavía.

¿Y en un futuro te atreverías?

Sí, me gusta más la producción, creo que la entiendo y que se me da mejor. Me falta mucho del lado técnico para poder dirigir, pero sería un sueño.

Vestido y zapatos de Springfield

¿Tienes algún tipo de filtro a la hora de elegir proyectos?

Elegir es un privilegio en esta profesión. Hay que hacer todo tipo de proyectos. Hasta de los que piensas que a priori no te gustan o pueden no venirte bien, puedes sacar algo súper productivo e interesante. Pero, evidentemente, cada actor tiene sus preferencias de tipos de papeles, de personajes, de proyectos…

De todos los proyectos en los que has trabajado, ¿cuál ha sido el mayor desafío al que te has enfrentado? ¿Cómo lo has superado?

Hace poco rodé una serie histórica que se llama Ena, habla sobre la historia de Victoria Eugenia y Alfonso XIII. Me tocó un personaje británico nativo y fue un súper reto trabajar el acento, meterme en la época.

En algunas escenas, improvisábamos un poco y me costó, pero a la vez fue increíble, porque meterte en un personaje que habla otro idioma y que es de otro siglo, es un reto.

Vestido de Springfield y sandalias de Hoss Intropia

Estamos en una época, por desgracia, un poco superficial y con ausencia en muchos casos de ética profesional. ¿Has vivido o has notado la envidia o el intento de opacar?

Es verdad que yo no lo veo, también depende del círculo en el que te muevas, quienes sean tus compañeros de la profesión, tus amigos, etc. Si me entero de un casting, me encanta comentárselo a una compañera que lo pueda hacer y que tenga posibilidades.

Creo que la unión hace la fuerza y dentro del círculo en el que me muevo, afortunadamente, tenemos mucho sentido de la sororidad y nos ayudamos mucho. Soy consciente de que lo hay, pero intento mantenerme un poco lejos.

En la línea de las ganas de estar en el foco, ¿qué opinas del intrusismo laboral de los influencers y creadores de contenido en el mundo actoral?

El ser actor puede ser cuestión de estar en el momento adecuado o de suerte, pero a la larga, creo que la formación y la técnica son fundamentales, y que sin eso, tu carrera puede ser más bien perecedera y corta. Me parece bien que a todo el mundo se le dé una oportunidad, siempre y cuando sepan aprovecharla y luego se formen, porque creo que si no, no es sostenible a largo plazo.

Últimamente, surgieron polémicas relacionadas con el abuso de poder de ciertos directores. ¿Has visto de cerca este comportamiento o crees que podría tomarse alguna medida para evitarlo?

Es muy triste que sigan pasando cosas así, por ser un poco optimista, veo algún avance. Por ejemplo, la figura del coordinador de intimidad dentro de los rodajes es una figura relativamente nueva, en Estados Unidos lleva existiendo más tiempo, y pienso que ha sido un gran avance para abordar escenas íntimas. Sí, yo afortunadamente no me he visto en una situación así, pero empatizo mucho con la gente que sí y espero que siga habiendo este tipo de avances.

En cuanto a las actrices más jóvenes que están comenzando su carrera, ¿crees que hay una hipersexualización o que se las encasillas en las ‘típicas películas románticas’?

Uno tiene la responsabilidad de trazar su camino. En ese aspecto, creo que hacer un personaje de guapa o un personaje seductor no tiene nada de malo. A priori no, pero creo que es cosa de uno mismo, si te ves encasillado eres tú el que debe salir de ahí.

Desgraciadamente, hay veces en las que no hay mucha imaginación para dar los papeles, se repiten muchos patrones o siempre vemos a los mismos en cierto tipo de proyectos. Ya no hablo de hipersexualización, pero en general sí. Y eso sí que es una pena. Haría falta un poco más de riesgo y de imaginación en la profesión.

Hablando sobre este gran proyecto, ¿qué es lo que más te emociona de trabajar en campañas de moda y representar una marca tan conocida internacionalmente como Springfield?

Es una marca que yo asociaba mucho al hombre, y desde hace unos años, entre otras cosas porque una compañera, Begoña Vargas, fue imagen, empecé a conocer más el lado femenino de Springfield. Es una marca de fondo de armario increíble. Además, creo que no es pretenciosa. Me ha hecho gracia ver que justo cuando empecé a conocerla mejor fue cuando salió esta oportunidad.

¿Y crees que se alinea con tu estilo?

En muchas cosas, sí. Soy una persona a la que le encanta arreglarse, pero en el día a día, tiro muchísimo de fondo de armario, de una camiseta, un vaquero, unas Converse, un vestido sencillo, cómodo... para mí, la comodidad es fundamental y creo que Springfield tiene eso.

Con todo lo que has vivido y tu recorrido, ¿Qué consejo le darías a tu ‘yo’ más joven al empezar la carrera?

Quizá, relativiza más y no sufras tanto. Es verdad que de joven, adolescente, he sufrido más de lo que me hubiese gustado, y ahora lo veo con perspectiva y pienso que la vida es mucho más sencilla.

Y para terminar, ¿cuál era el sueño de Lucía Guerrero cuando era pequeña?

Tenía más ambición de trabajar y vivir fuera, en general, era más ambiciosa. Sin embargo, ahora, creo que he encontrado un balance que me gusta más. Soy más conformista en el buen sentido de la palabra.

Creo que la vida al final es encontrar un balance entre tu vida personal y laboral. Ya no quiero llegar tan lejos, solo hacer las cosas que me gustan, con amor y dedicación y tener tiempo para mí. Esa forma de enfrentarme a mi carrera profesional ha cambiado un poco y estoy más en paz.

Vestido y sandalias de Springfield

Agradecimientos

Agradecimientos especiales al equipo del Hyatt Centric Gran Via Madrid