Entrevista

Emma Suárez

Sobre lo inevitable del amor: “La pareja a veces esconde historias tremendas”

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E mma Suárez está sentada en la puerta de la redacción de EL ESPAÑOL, después de la sesión de fotos con Esteban Palazuelos para Magas, cuando se entera de que esta entrevista ha empezado hace tiempo. Días incluso, semanas, con una investigación minuciosa, no sólo con el visionado de La ternura, la película que estrena ahora, ni con la revisión de otros títulos emblemáticos suyos, como El perro del Hortelano o Josefina, sino con una pregunta repetida a diferentes personas que la conocen: ¿Cuál es el secreto de Emma Suárez?

Está sentada en una silla alta y tiene una Coca-cola en la mano. Juega con el vaso, bebe un trago y mira a través de su cinematográfico flequillo. Es viernes por la tarde, confiesa que se está divirtiendo y lo dice, sobre todo, con los ojos. Quiere saber más, y nos interroga:

¿Y a quién le habéis preguntado sobre mí?

A Maribel Verdú, por ejemplo.

Fotográfia uno de Emma Suárez

¿Y qué dijo?

Lo mismo que para otro medio hace unos días, que eres su referente.

[Sonríe] ¿A quién más?

Al director de cine Alfonso Albacete.

Fotográfia dos de Emma Suárez

Entonces se acerca el móvil al oído y escucha el audio que el director de cine ha enviado. “Emma Suárez es la mejor actriz con la que he trabajado”. Sonríe de nuevo y arquea las cejas en un gesto de agradable sorpresa. “Hicimos juntos Sobreviviré y ahí descubrí a una actriz muy inteligente, con una inteligencia emocional enorme. Y sobre todo, que ella trabaja desde la verdad y lo hace todo orgánico. Cualquier texto lo pasa a través de los sentimientos y lo transforma en verdad”.

“Qué generoso es Alfonso, a él le gusta mucho trabajar con los actores. Y el resultado de esa película, Sobreviviré, es completamente atemporal, se ha convertido en icónica. Con Maribel hay muchísima complicidad porque tenemos carreras paralelas, hemos trabajado mucho juntas”, apunta la actriz.

Y continúa: “¡Si nos conocimos cuando éramos niñas, haciendo castings! Hay aventuras, cuando nos juntamos es un no parar. Estuvimos en Málaga hace poco y con ella siempre es risas y risas. Yo la llamo Campanilla. ¿Quién más?”.

Es el turno de la actriz y creadora Julia de Castro, que unos días antes ha escrito por DM en Instagram la siguiente descripción de cuál cree que es su núcleo de fascinación: “Yo lo que creo es que en Emma convergen dos cualidades únicas y muy raras en una actriz con tanto recorrido, una combinación entre sensualidad arrebatadora y una ternura muy poco frecuente. Creo que es extraordinariamente atractiva. Cuando me siento con ella a hablar veo a una mujer que ha vivido mucho pero que tiene una capacidad de sorpresa casi contradictoria al lugar desde el que se expresa y eso para mí lo hace única. No pudimos cuadrar agendas para On the Go pero pronto sucederá.

Traje de Mirto y camisa de Easy Wear

Fotográfia tres de Emma Suárez
Fotográfia cuatro de Emma Suárez

Pregunta: ¿Qué opina de esta descripción?

Respuesta: Pues que da bastante en el clavo. Es verdad que soy una mujer que ha vivido mucho, afortunadamente. [Se ríe, se oculta, y vuelve a aparecer]. Bueno, me callo, ahí se resume todo. Ahora, sigo ilusionándome. Me siguen sorprendiendo las cosas.

¿En qué momento descubrió que tenía una capacidad única?

Yo empecé en esto siendo una niña, fui guiada por mis padres a unas pruebas. No era consciente de lo que significaba el trabajo de una actriz. Con la vocación, se me fue abriendo una experiencia que me daba la posibilidad de ser. De descubrirme a través de otros personajes. De emocionarme. De empatizar. De investigar sobre el ser humano. Por qué somos así, por qué reaccionamos de algunas maneras a veces, por qué nos emocionamos, qué nos duele.

¿Todo lo pasa por sí misma como dicen?

Sí, es que si no, no sé cómo hacerlo. Cuando interpretas un personaje buscas dentro de ti lugares comunes que te puedan acercar a esos personajes. Eso es algo que ha de cocerse dentro.

¿Cuántos personajes más o menos habrá interpretado en su vida?

No tengo ni la menor idea.

¿Y todos han pasado por usted?

Sí, pero eso no significa que yo me convierta en ese personaje. Soy siempre consciente de que estoy interpretando, pero es maravilloso poder aportarle mis vivencias, experiencias, sentimientos, ideas, mi imaginación al servicio de esa composición. Todos tenemos la posibilidad de sentir infinidad de emociones. Todos. Y lo maravilloso de este trabajo es poder jugar eso, a ser libre, a dejarse llevar por esas emociones al servicio de un personaje. Por eso este oficio es tan fabuloso, porque te da muchísima libertad.

¿Fabuloso o fabulosa va en relación a una buena fábula?

Sí. Aunque muchas veces me he encontrado con guiones que al principio no me seducían al cien por cien. Sin embargo creo que esa experiencia de trabajar con guiones que no están tan bien estructurados o bien escritos te da una posibilidad, te provoca más, apela a tu imaginación, porque es más complicado llegar a una coherencia y eso es un reto. Cuando la narración es inconsistente, tú tienes que darle consistencia.

¿Qué guiones fueron esos?

No me acuerdo [entorna un ojo]. Pero vamos, que siempre es así. Últimamente siempre han sido muy buenos.

¿Cómo domestica entonces?

Pues investigas, desentrañas, lees, vas a museos, escuchas músicas, y esos gestos tuyos te van llevando a un estado que vas descubriendo también en ti misma.

Fotográfia cinco de Emma Suárez

Una montaña en capas

Comparte Emma Suárez, autodidacta, después de décadas, esa metáfora de las montañas andinas de siete colores, y señala que su carrera se ha ido creando en estratos. Primero una capa marrón tierra, en la que trabaja con Julio Médem, luego otras de color encendido, con Pedro Almodóvar, más abajo otra azul con Pilar Miró, morada con Isabel Coixet...

“Sí. Pero siempre es la primera vez, siempre estás en la superficie de la montaña. Y siempre afrontas cada proyecto igual. Con inocencia, tratando de ser lo más inocente posible, sin juzgar, tratando de entender el por qué. Es muy importante el director, es quien conoce la película que quiere hacer y es el que te ha llamado a ti por algo que tú le puedes aportar aunque quizás aún no lo sabes”, confiesa.

Quedó en usted algo de Julio Médem...

De él me ha quedado su universo poético.

De Pilar Miró...

Para mí es un referente. La tengo muy presente siempre. Una amiga. Tuve la suerte de tener muy buena relación con ella, Pilar y yo hablábamos por teléfono cada día. No sólo como cineasta, sino como mujer emprendedora, alguien valiente, íntegra, contradictoriamente fuerte y frágil; inmensamente sensible pero con determinación para defender en lo que creía. Era maravillosa.

Fotográfia seis de Emma Suárez

Camisa de Anonyme, falda de Tintoretto y botas de Guess

De Alfonso Albacete...

A él le gusta mucho trabajar con los actores y actrices, eso me fascina. Luego la sorpresa. Fue un trabajo muy en equipo, porque ellos tenían su película muy clara y sabían qué personaje querían, y además fue una película sorprendente, porque nunca sabes lo que va a pasar con las películas.

¿De Isabel Coixet?

Hice con ella su primera película y se creó mucha complicidad entre las dos. No nos vemos tanto como nos gustaría, pero existe un vínculo. Me gustaría mucho volver a trabajar con ella. En los comienzos hicimos varios trabajos para publicidad y sigue siendo cercana.

Eso es lo bonito de este oficio, cuando conectas con alguien el espíritu de defender un proyecto es compartido y la pasión con que lo haces también. Y eso crea vínculos muy hondos, así que pasa el tiempo pero cuando te encuentras con esa persona, es casa.

De Pedro Almodóvar...

Es un director muy meticuloso. Es como un pintor. En un principio impresiona mucho porque descubres detalles que para ti serían imperceptibles, sin embargo para él son imprescindibles. En cada plano pinta un lienzo.

De Alfonso Albacete...

A él le gusta mucho trabajar con los actores y actrices, eso me fascina. Luego la sorpresa. Fue un trabajo muy en equipo, porque ellos tenían su película muy clara y sabían qué personaje querían, y además fue una película sorprendente, porque nunca sabes lo que va a pasar con las películas.

¿Un ejemplo?

Recuerdo un día rodando con él una escena en una biblioteca, y Pedro quiso que fuera a su casa el equipo de arte para rescatar ciertos libros y que salieran detrás de mí, en la librería. Los colocó él mismo. Aquello me fascinó, claro. Es alguien que trabaja mucho con el color.

Trailer: La ternura

¿Cuáles son sus actrices internacionales preferidas?

De toda la vida Bette Davis. También Gena Rowlands, Emma Thompson, Meryl Streep, Julianne Moore... muchas.

¿Y españolas?

Irene Gutiérrez Caba. Una maestra de verdad. También Encarna Paso, pero Irene, ¿tú sabes lo que era sentarse cada día entre cajas en el teatro y ver la humildad con la que vivía Irene su profesión?

El talento inconmensurable que esta mujer tenía, ¡cómo defendía cada día al personaje! Y luego recuerdo que entrabas en su camerino y te la encontrabas allí, sentada, haciendo punto. En silencio, para relajarse.

¿Algún otro recuerdo entre bambalinas?

De Héctor Alterio recuerdo haber aprendido a saber esperar. Las personas que manejan bien la espera, sus silencios…me encantan. Eran personas que a su lado mamabas de su energía, de esa gran sabiduría. Maestros con una cultura, cultivados, que sabían de teatro, de cine, de literatura, y de la vida.

Paco Rabal era una explosión de vitalidad y de vida. Ten en cuenta que empecé a trabajar y fui trabajando y no estudié en una escuela de interpretación. Mis maestros han sido Fernando Fernán Gómez, Irene Gutiérrez Caba, Paco Rabal, Héctor Alterio, Jaime Chávarri, Manuel Vicent, Mario Gas, Isaki Lacuesta, son mis amigos y me siento muy agradecida de tenerles... A Mario Camus, un maestro, le recuerdo con muchísimo cariño. La lista es enorme...

¿Qué tienen esas personas en común, cómo es el talento?

Uff. Eso es un misterio. Si supiéramos.

¿Y por qué cree que hay intérpretes que funcionan y otros que no, aunque estén perfectamente dirigidos?

Es un misterio. No tiene nada que ver con la fotogénica, ni con la belleza. Hay actores bellísimos que ponen todo de su parte pero no funciona.

¿Presencia emocional? ¿Cómo cree que se consigue ese gancho que tira del espectador hacia dentro de la pantalla?

Tú dices eso y a mí eso... me hace gracia. Soy autodidacta. Yo no he aprendido nada, yo lo he ido viviendo. He ido asimilando cosas a veces sólo con sentido común, que es esencial en este trabajo. Porque al final de lo que se trata es de conectar con el público, de que entiendan lo que estás expresando, tratando de empatizar con ellos.

Fotográfia siete de Emma Suárez

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La ternura de Emma

¿Cómo describe su estreno en cine, La Ternura, que acaba de presentar en el Festival de San Sebastián?

Es divertidísima. Se basa en una obra de teatro que vi, ¿a que ambas se complementan muy bien?

Tiene momentos hilarantes...

La discusión en el árbol, estamos muy contentos de cómo quedó esa escena. La rodamos diluviando en mitad del huracán Herminia en Canarias, y estábamos caracterizados, todos con la peluca y el corpiño, esperando a salir en cuanto parase unos segundos. Vicente Villanueva había insistido mucho en que el texto lo llevásemos memorizado perfectamente, porque en una situación así no puede fallarte el texto.

¿Cuál diría que es el tema de la película?

Que no podemos escondernos de la ternura. Del amor. Y no podemos proteger a los demás de ese sentimiento, las experiencias vitales son personales y no puede vivirlas nadie más. Los padres y madres no podemos proteger a nuestros hijos del dolor.

Fotográfia ocho de Emma Suárez

Vestido de Woman El Corte Inglés

Preguntando al actor Gonzalo de Castro, coprotagonista con usted, señala lo mucho que se divirtieron juntos en el rodaje

Sí, íbamos a un restaurante maravilloso en Las Palmas, y ahí había un vino que se llamaba Lava, que no lo venden aquí, solo en Canarias, con él hemos trabajado en teatro, hicimos juntos Las Furias, y es amigo. Tenemos mucha química y mucha conexión.

Su personaje, la reina Esmeralda...

Una hechicera maga, una mujer con cierto resentimiento, pero con mucho humor, tenía muchas ganas de hacer una comedia y de hacer época y cuando me ofrecieron este personaje, como había visto la función de teatro y me había reído muchísimo, dije ¡qué bombonazo! Tantos matices, tan divertido, estoy muy contenta.

El texto de Alfredo Sanzol simula un Lope de Vega contemporáneo. ¿Cree que es una propuesta arriesgada?

Yo creo que le gustará a mucha gente. En estos momentos tan convulsos que vivimos tenemos la necesidad de evadirnos, de reírnos... de soltar.

Fotográfia nueve de Emma Suárez

Vestido de Woman El Corte Inglés

Emma Hoy

¿Cuáles son sus reivindicaciones hoy?

Creo que hay que apoyar la cultura. Una sociedad que defiende su cultura es una sociedad que evoluciona, que crece, una sociedad que acepta las diferencias. Recuerdo el discurso que di cuando me dieron la medalla de las Bellas Artes. Pero aparte de la cultura son muy importantes la sanidad y la educación.

Estamos en tiempos de mucha confusión, hay cierta decepción, que en muchos casos se convierte en resignación por la impotencia de no saber cómo transformar las cosas y también vamos a demasiada velocidad, no nos paramos. Hace falta tomarse un poco de tiempo. Vivimos la pandemia y todos pensamos que esa parada iba a ser positiva. Y lo que ha provocado es un estrés social tremendo y muchos problemas de salud mental.

¿Nos ha sentado mal la pandemia?

Yo creo que sí. La gente está desesperada. Vivimos en una sociedad en la que el dinero se ha convertido en un dios y nos hemos olvidado de mirarnos, de hablarnos y tocarnos. Las redes provocan individualismo y la gente está muy sola.

Antes ibas a un bar y ligabas. Ahora, como no te metas en una aplicación, no hay manera. Más que eso, el otro día lo estaba pensando, yo ahora mismo no tengo pareja y estoy muy agusto. Y hay muchas mujeres como yo: una vez que tienes una edad y has vivido, y has tenido las experiencias positivas, negativas, más o menos intensas, llega un momento que dices ‘estar sola está muy bien, ¡nos tienen engañados!, ¿por qué hay que vivir obligatoriamente en pareja?

Fotográfia diez de Emma Suárez

¿Eso piensa?

¿Por qué hay que tener siempre una familia? No es necesario, lo importante es estar bien y dedicarte tiempo a ti misma. A nosotras nos han educado en la vida familiar, el matrimonio y la pareja y, aunque eso está cambiando, hay reminiscencias, incluso entre la gente joven existe esa necesidad de estar en pareja, ¿no es suficiente la amistad?

Ahora mismo, disfruto mucho de la amistad de la gente que quiero, de una cena, de un paseo, de unas risas... A lo mejor, tienes una pareja por obligación y estás sola y no tienes confianza para compartir tu vulnerabilidad, tus debilidades, y te colocas en un lugar como de aparente estabilidad que a veces esconde historias tremendas.

¿Y sobre las redes?

Siento un cierto pudor. Hay un necesidad de exhibirse constantemente y de contar la vida exageradamente. ‘Estoy desayunando, mira qué café tan bueno. Y me he pedido un bollo’. No lo entiendo. Yo he sido siempre discreta con mi vida, y soy pudorosa en ese sentido. Aunque hoy en día, si no cuentas nada, te lo recriminan. Hay que encontrar un equilibrio, supongo.

Fotográfia once de Emma Suárez

También está pendiente de otro estreno...

Sí, acabo de rodar en Barcelona Desmontando a un Elefante, la ópera prima de Aitor Echeverría, una película muy interesante, que me ha abierto ventanas. Ha sido un trabajo de investigación sobre el problema de las adicciones. Hemos estado preparándolo en centros de tratamiento, con personas en terapia, escuchando a pacientes y ha sido muy interesante, porque la película explica que, cuando hay un adicto, se extiende la enfermedad a los demás miembros de la familia. El resto de los familiares se convierten en codependientes, tanto es así que muchos sufren esa adicción de forma indirecta y dejan de hacer sus vidas. Yo interpreto a una arquitecta brillante que acaba de salir de una clínica de desintoxicación y se plantea la relación con su hija, Natalia de Molina, ha sido muy bonito trabajar con ella.

¿Sigue sintiendo vulnerabilidad en su oficio?

Una de las cosas que acompaña a este trabajo es la inestabilidad constante a la que uno no se acostumbra nunca. Esa inseguridad es algo que te acompaña y tienes que aprender a convivir con ella, con la inestabilidad y la incertidumbre. Cuando tienes familia, es muy complicado, porque nunca sabes cuándo vas a volver a trabajar. Siempre existe ese temor de ‘me van a volver a llamar’?

Siendo una actriz de las más exitosas y conocidas...

Es que en este oficio da igual el tiempo que lleves, siempre existe ese temor. Luego hay otra cosa. Tú estás promocionando películas o yendo a galas y acaban de coincidir tres proyectos que se estrenan y hay mucha exposición, y a lo mejor no tienes ningún proyecto más y todo el mundo te dice ‘qué bien te va’. Y no. Pero yo siempre pienso, ‘confía, hemos pasado ya muchos túneles’.

¿Cuál diría que es la fuente de ese empuje, de su vitalidad?

Yo creo que es mi curiosidad, que además es inevitable. Por mis propias emociones y sentimientos, soy una persona reflexiva, pero apasionada. Y el amor también lo he vivido así siempre. ¿Entiendes? [Sonríe] En esa contradicción. Soy pudorosa, tímida, pero en un momento dado soy una persona libre, muy libre.