La coreógrafa y bailarina Blanca Li.

La coreógrafa y bailarina Blanca Li.

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La coreógrafa Blanca Li : "La danza produce bienestar en personas de cualquier edad y ayuda mucho con la depresión"

La bailarina lleva a Francia su versión de 'El Cascanueces' en clave hip hop tras su triunfo en España: "Espero que funcione, como en Madrid".

11 septiembre, 2024 08:03

A Blanca Li bien se la podría definir como la da Vinci de la danza y la escena. Ha hecho de casi todo: coreógrafa, bailarina, directora de escena para ballets, musicales y óperas, realizadora de cine, actriz, artista multimedia…

Por supuesto, también es una gran divulgadora de su profesión, por lo que ha conseguido acercar la danza al gran público, ejemplo de ello fue su paso por Bailando con las estrellas, el exitoso concurso de baile de Mediaset, donde ejerció de jurado. Ella lo tiene claro: su objetivo es concienciar a la gente de que la danza es muy beneficiosa para la salud física y mental, y está al alcance de todos.

Tras dirigir los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid durante cuatro años, la polifacética artista ha sido nombrada por el Ministerio de Cultura francés presidenta de la Grande Halle de la Villette, en París. Además, sigue trabajando en la representación de El Cascanueces en clave de hip hop, que tras haber sido un éxito en España, llegará pronto a la capital francesa para que el público galo también disfrute de ella.

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Momento de los ensayos de 'El Cascanueces'.

Momento de los ensayos de 'El Cascanueces'.

Tras más de 30 años sobre los escenarios, el equipo de Magas habla con Blanca de sus inicios y de ese primer impulso que la llevó a forjar una carrera internacional

"Empecé muy joven a crear, era una necesidad natural para mí. Creé mi primer espectáculo a los 18 años, y desde entonces nunca he parado. Tuve la suerte de contar con una familia que me apoyó. Luego he tenido personas que me han acompañado en mi carrera para que yo pueda evolucionar en mi trabajo", explica. Sin embargo, pocos son los que saben que Blanca Li no comenzó con la música.

Usted comenzó en la gimnasia rítmica…

Sí, entonces tenía 12 años, y en España se estaba haciendo el primer equipo nacional. Hubo unas audiciones a las que me presenté y entré en él; estuve allí hasta los 15. Después, decidí pasarme a la danza porque me parecía que a la gimnasia le faltaba una parte de creación y una parte artística que yo necesitaba y que encontré en ella.

Estudié durante mucho tiempo flamenco, lo hacía de manera amateur, en la escuela 'Amor de Dios' de Madrid, donde pasé algunos años con los mejores maestros. Luego, me di cuenta de que realmente no era eso lo que me entusiasmaba. Me seguía faltando algo, una parte creativa, otra forma de bailar, que no sabía muy bien lo que era.

Fue ahí donde descubrí la danza contemporánea y decidí irme a estudiar a Nueva York. Acudí a la escuela de Marta Graham, y tuve la suerte de conocerla y aprender durante cinco años su técnica, a la vez que descubrí otras como la danza africana, el hip hop... Realmente, fue una escuela de la diversidad y la riqueza de la danza.

¿Fueron duros esos cinco años en Nueva York? Usted era una chiquilla de 17 años.

Irme a Nueva York fue una de las mejores decisiones de mi vida. A pesar de que era muy joven, tenía muy claro lo que quería hacer. Tenía una pasión increíble por la danza y llegar a esa ciudad maravillosa, llena de energía, donde la danza lo llenaba todo y había tantas formas de bailar... Aquello abrió también mi manera de entenderla. Fueron cinco años maravillosos, donde crecí, maduré, fui adolescente... Realmente, creo que esa ciudad me enseñó muchas cosas de la vida y de la profesión.

La coreógrafo, durante la pasada semana de la moda de París.

La coreógrafo, durante la pasada semana de la moda de París. Gtres

Allí fue testigo del nacimiento de un movimiento que la ha acompañado toda la vida, el hip hop.

Tuve la suerte, en el año 81, de asistir al nacimiento de todo el movimiento hip hop. Se empezaron a ver los primeros bailarines por la calle, que bailaban encima de cartones, los primeros movimientos de break, etc. Desde el momento que descubrí esa danza, me inspiró.

Es una disciplina que me ha acompañado en toda mi carrera y que ha entrado en muchos de mis espectáculos, pues no tengo ningún problema en incorporar, adaptar y transformar. De hecho, El Cascanueces es una propuesta donde este ballet clásico que todos tenemos en la memoria y que es tan conocido, se transforma en el lenguaje del hip hop. Creo que esto le da una luz, un color y una energía increíble.

¿Qué tiene de especial esta nueva versión de 'El Cascanueces' y por qué cree que ha tenido tan buena acogida en Madrid?

Es una versión distinta, bella y divertida de este clásico inmortal. Lo que he hecho es guardar realmente la esencia de la obra, porque es importante que el público se sienta identificado.

Se sigue contando la historia, tenemos el ambiente navideño y el mundo mágico y tenemos la música maravillosa de Tchaikovski, grabada con la orquesta de la Comunidad de Madrid.

Lo que es muy interesante es que, incluso habiendo recuperado todo su espíritu, los bailarines no están contando la historia de otra época, sino que es la historia de hoy. Se trata de un grupo de jóvenes que se juntan para celebrar la Navidad y, poco a poco, van a adentrarse en este mundo de sueños, donde van a aparecer todos los personajes y los momentos importantes de la obra. En definitiva, sigue siendo El Cascanueces, lo único que en vez de estar bailando en puntas, están bailando hip hop.

El hip hop tiene una energía preciosa, es una danza universal que permite contar lo que queramos, de una manera muy fresca y actual. En España la obra fue genial. Es un espectáculo que lleva de gira tres años, y ha ido ya a muchos teatros. 

Ahora El Cascanueces viaja a París, estará en escena desde el 30 de octubre hasta el 7 de enero. ¿Qué expectativas tiene?

Estoy muy contenta por poder hacerlo en París, espero que funcione como lo ha hecho en todas las partes donde lo hemos llevado. Es la primera vez que va a estar en un teatro parisino, pero no dudo de que el público va a encontrar también muchas cosas frescas en él.

Mientras tanto, proseguirá con sus funciones como presidenta de la Villette, una de las más grandes instituciones culturales en Francia.

Así es. La Villete es un parque cultural de 55 hectáreas. Tenemos exposiciones, teatro, danza, música, circo... Hace tres meses que tomé la presidencia de este sitio y mi función es seguir programando las actividades.

De hecho, ya estamos preparando la temporada que viene. Hay cine y muchas artes urbanas. Y durante las olimpiadas, hemos tenido 15 pabellones olímpicos. Era un lugar de celebración y disfrute de la cultura increíble.

Es una de las grandes mujeres divulgadoras de la danza. Hace unos meses estrenó la que es considerada la primera obra escrita por una mujer, La liberazione di Ruggiero dall’isola d’Alcina. ¿Cómo fue recuperar un espectáculo tan especial?

El pasado mes de junio la estrenamos en El Canal, en una coproducción de Teatros del Canal con el Teatro Real. La dirección musical era de Zapico y yo hice la puesta en escena de una ópera escrita por una mujer barroca. En cualquier caso, hay muy pocas mujeres que hayan llegado a día de hoy. Fue muy emocionante hacer esta puesta en escena siglos después.

Y, si tuviera que elegir una mujer a lo largo de toda la historia que se haya dedicado a su profesión, ¿quién sería?

Es una pregunta muy difícil. Hay muchas mujeres que no conocemos, y que ahora estamos empezando a descubrir. Algunas han desaparecido y nunca se las ha valorado como merecen, tanto en la música como en las artes plásticas. En la danza no había mujeres coreógrafas hasta hace poco tiempo, pero se está haciendo un esfuerzo por volver atrás y volver a hablar de ellas.

¿Estamos en un buen momento para la danza?

La danza se encuentra en uno de sus mejores momentos en la historia. Estamos ganando público y en esto ha tenido que ver la pandemia, porque durante ella muchos bailarines y coreógrafos se dedicaron a mostrar mediante vídeos lo que hacían, desde casa o a través de las redes...

Esto ha creado un gran interés y ha aparecido un público que se está acercando a la danza. Es un lenguaje universal, maravilloso, muy accesible. De todas formas, creo que este es un arte que necesita un apoyo constante de las instituciones públicas y del privado. Hay que apoyar mucho más a la danza.

¿Cuál es la clave para impulsar la danza entre las jóvenes? ¿Cómo crees que influyen programas televisivos de audiencia masiva como 'Bailando con las estrellas', el concurso en el que participó?

Creo que a los jóvenes les gusta mucho bailar y ver danza. Lo que quiero es que, a pesar de que el público joven vea estos programas de televisión, no piensen que la danza es algo fácil, que es una cosa que se aprende en un día.

La danza es una profesión, son hasta 10 años de trabajo antes de convertirse en un buen bailarín. Hay que tener mucha pasión y no es algo que se aprenda en cinco minutos. 

Creo que todos tenemos que hacer un trabajo especial para acompañar a nuestros jóvenes y hacerles descubrir lo que es la creación. Intentamos hacer bastante campaña escolar. Hay que enseñar a los jóvenes todos los campos de las artes y acercarlos a ellos. Es algo muy importante que, cuando lo descubren, no lo dejan y siguen acudiendo al teatro.

Blanca Li, con sus compañeros del programa 'Bailando con las estrellas'.

Blanca Li, con sus compañeros del programa 'Bailando con las estrellas'. Gtres

¿Y cómo animaría a la gente a bailar, a lanzarse a esta profesión?

Es importante quitarse el miedo. Tenemos que decir a la gente que todo el mundo puede bailar. No hace falta bailar de manera profesional, y no todo el mundo va a subirse a un escenario y ser una superestrella. La danza produce mucho bienestar, es buena para la motricidad de personas de todas las edades, para la autoestima, también ayuda mucho con la depresión...

Es algo que tenemos que fomentar en nuestra sociedad porque es un arte y una práctica que ha existido a lo largo de todas las civilizaciones de la historia de la humanidad. No importa si la gente lo hace para disfrutar y estar bien, o para divertirse.