Rose Hartman, de retratar a Bianca Jagger en la noche neoyorquina a enamorarse de Mallorca
La fotógrafa neoyorquina presenta en El Español su nuevo trabajo realizado en Mallorca y nos cuenta lo que aún le queda por hacer a sus 85 años.
19 agosto, 2022 00:56Las noches en la Nueva York entre finales de los años 70 y en los años 80 eran locas, muy locas: sexo, alcohol, drogas y lo que no se ha contado. Según narra la leyenda, en Studio 54, uno de los puntos neurálgicos del clubbing de aquella época en la ciudad que nunca duerme, había un cuarto oscuro donde se celebraban noches frenéticas y una sala de goma, que era de goma para poder eliminar los fluidos corporales fácilmente.
Los invitados eran extremadamente selectos, desde Michael Jackson hasta Freddie Mercury, Andy Warhol, Tina Turner, John Travolta o Liza Minelli, entre otros. Casi todas las semanas el club estaba lleno de las estrellas del firmamento hollywoodense. Y, todo aquello que hemos visto a través de las pantallas, Rose Hartman lo vivió de primera mano.
Entrar en un club con tan exclusiva lista de invitados no era nada simple. Se hacían completas locuras para tratar de entrar a aquella sala. Se dice que muchos estafadores vieron la oportunidad para vender mapas a los neoyorquinos que conducían al estudio a través de los túneles del metro por miles de dólares. El problema era que ninguno de los túneles conducía a Studio 54.
Sin embargo, Hartman era una invitada especial. “Pude ir allí como invitada del propietario, Steve Rubell, así que no tuve ningún problema para entrar nunca”, rememora la fotógrafa. Ahí, en el club neoyorquino, tomó una foto que pasó a la historia: el mítico retrato de Bianca Jagger a lomos de un caballo blanco en su fiesta de cumpleaños.
¿Cómo surgió la foto de Bianca Jagger?
Fui invitada a la fiesta. No tenía ni idea de que iba a haber un caballo, que salió con una ‘Lady Godiva’ [personaje de una leyenda medieval inglesa] encima. Una hermosa mujer joven, pero no Bianca. Entonces, la modelo ‘Lady Godiva’ bajó del caballo y Bianca subió un minuto al caballo. Tan rápido como eso. Y tomé la foto. Tal vez había otros dos fotógrafos que tomaron esa misma foto, pero creo que la mía es la más conocida del mundo.
Después de lo que vio en Studio 54, ¿hay algo que le escandalice?
Ya no hay nada que me escandalice. Estaba en el club más famoso del mundo con la gente más fantástica que puedas imaginar. Tenía enfrente a diseñadores de moda, actores, modelos, etc.
El éxito de la fotografía de Bianca Jagger catapultó a Hartman a lo más alto y, desde entonces, ha capturado a innumerables estrellas como la mítica foto de Jerry Hall conversando con Andy Warhol, al presidente estadounidense Bill Clinton o a innumerables supermodelos como Kate Moss, Cindy Crawford o Naomi Campbell.
Ha retratado a personajes de la moda y el cine, ¿qué mundo le parece más loco?
Nunca había pensado en ello. Probablemente estaba mucho más involucrada en el mundo de la moda. Estaba entre bastidores viendo cómo las modelos se preparaban. Cubría los desfiles de moda. En el cine, realmente sólo cubrí dos o tres películas. Así que conozco mucho mejor el mundo de la moda y creo que las modelos son todas bastante neuróticas. Pero fue muy emocionante fotografiarlas.
Con una carrera tan extensa como la suya, ha visto cambiar mucho la fotografía. ¿Qué ha cambiado con respecto a cuando usted empezó?
Cuando empecé, tenía una cámara Olympus de 35 milímetros y también tenía una Canon. Ciertamente no tenía ningún móvil, pero ahora lo uso todo el tiempo. Nunca pensé que me fuera a encantar, pero me encanta porque es muy fácil de llevar. Pero es mi ojo el que está haciendo la foto, así que la calidad del resultado final sigue siendo dependiendo de tu ojo.
El proyecto ‘Majorca’
Si bien la fotografía ha ido cambiando a lo largo del tiempo, lo que nunca ha cambiado en Hartman es su objetivo, que siempre ha sido capturar la belleza. Ahora, ha encontrado esa ‘belleza’ que siempre anda buscando en Mallorca, un lugar con el que empezó una historia de amor por pura casualidad. “Justo antes de la pandemia, mi amigo Omar Hernández, el afamado restaurador neoyorqino, alquiló una villa muy hermosa para su fiesta de cumpleaños y yo fui y me quedé ahí”, relata Hartman.
“Mallorca es muy hermosa y, sin duda, muy especial. Siempre ha atraído a artistas famosos, escritores y poetas como Robert Graves”, y añade la fotógrafa, “yo recomendaría a cualquiera que viaje a Mallorca”. Según nos cuenta, no ha encontrado muchos estadounidenses en la isla —señala que ha hablado con muchos suecos, alemanes…— y considera que es un lugar aún por descubrir en su país.
Tres años después de esa experiencia, la neoyorquina decidió volver a Mallorca este verano de 2022, esta vez para capturar la ‘belleza’ de sus gentes. En el proyecto ‘Majorca’, “quería capturar a personas que fueran muy especiales, algo que hace que la isla sea única”, expone Hartman.
Cada imagen cuenta su propia historia. La fotografía de la mujer con el vestido rojo, por ejemplo, fue un encuentro completamente fortuito. “Había alquilado un apartamento en el casco antiguo de Palma, que estaba justo al lado de una iglesia. Y de repente se abrió la puerta de la iglesia y había una boda. Así que yo estaba parada ahí afuera y pasó esta mujer con el vestido rojo. Era simplemente perfecta: tan vivaz, tan atractiva, tan elegante. Para mí, representaba lo mejor de lo mejor. Caminaba muy rápido para entrar a la iglesia y tomé una foto de ella”, relata.
Álex fue otro de los retratados por Hartman. “Cuando le conocí, llevaba todas esas fabulosas joyas que había diseñado y pensé que se veía como un ángel. Así que le fotografié”, recuerda. “Es un joven muy hermoso y por eso le incluí en el proyecto, por ninguna otra razón, sólo la belleza”.
Natalia, otra de las fotografiadas por la neoyorquina, también fue un encuentro casual. “Ella trabajaba en Gallery RED, una galería de arte que yo conocía. Entré a ver la exposición y acabamos hablando. Me parecía muy original, así que la llevé fuera de la galería y le dije que se moviera de una manera relajada, que se diera una vuelta. Y esa es la imagen que tengo de ella”, cuenta.
A pesar de tener una dilatada carrera, Hartman señala que aún le queda algo por hacer: “Me encantaría tener una exposición en un museo”, nos cuenta. En la actualidad, sigue con la ilusión intacta y tras el proyecto ‘Majorca’ señala que continuará con un proyecto en el que lleva trabajando dos años: ‘Dreams on sale’. “Estoy yendo a las tiendas y las boutiques [los más famosos de la ciudad, como Ralph Lauren] para fotografiar las ventanas con los reflejos de la ciudad”, relata Hartman.
Con 85 años, Hartman no ha perdido la pasión por la fotografía. “Mis fotos son como mis hijos. Nunca tuve hijos, soy una mujer de carrera. Así que mis fotos lo significan todo para mi”, cuenta a MagasIN en una conversación telefónica desde Nueva York. Y concluye: “Cuando veo mis fotos publicadas en una revista, eso me hace muy feliz, porque sé que al editor le ha gustado mis fotos”.