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    De cóctel

    "Éste es un vestido de cóctel, realizado con un tul bordado en cristales burdeos y verdes. Se hizo para la hermana de una novia", afirma Teresa Palazuelo.

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    Algodón y plata

    "Este vestido largo lo hice para una persona muy especial, realizado con un tejido egipcio, de la década de los años 20, comprado en un anticuario de París, hace aproximadamente 19 años. Se trata de un tejido de malla de algodón, bordado en plata único y extraordinario. Quedó espectacular", asegura la diseñadora.

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    Joya de familia

    "A esta novia le creamos un vestido con una gran cola, tomando como base una larga y preciosa pieza de encaje antiguo de su familia. Además, y para hacerlo todavía más especial, imitamos siguiendo el estilo de esa pieza, un tocado a base de insectos, realizado en hilos de oro y plata, y piedras preciosas imitando rubíes, zafiros etc. Un gran trabajo de artesanía", recuerda Teresa.

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    Encaje y gasa

    "¡Qué gran recuerdo el de esta novia! Llevaba un precioso y fluido vestido de gasa y encaje, debajo del espectacular abrigo en gazar. ¡Estaba espectacular!", se emociona la diseñadora.

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    Color y fantasía

    "Siempre me ha gustado el color y la fantasía en las novias. Este modelo refleja todo eso. Una maravillosa ristra de flores sobre una gran cola de organza plisada", confirma.

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    Espalda bordada

    "Me acuerdo de esta impresionante novia. El vestido era muy elegante, muy especial, con un fantástico bordado que cubría toda la espalda", asegura.

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    Romántica, fresca y joven

    "Éste es un vestido para una novia romántica, fresca y joven. Cuando yo empecé a trabajar con los encajes antiguos, hace ahora 20 o 25  años, -asegura la diseñadora-  pocos modistos los utilizaban. Luego se pusieron de moda y aún hoy los seguimos haciendo", comenta.

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    Flores de la cabeza a los pies

    "Volvemos al color y a las flores. Este vestido cuenta con una gran falda barroca que me encanta. Ahora grandes diseñadores de la talla de Dolce & Gabbana lo han recuperado y se ve en sus desfiles. Me alegra saber que algo que hice hace ya mucho tiempo, hoy sigue siendo actual y espectacular", confirma Teresa Palazuelo.

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    Novia de invierno

    "Aquí tenemos una increíble novia de invierno. Con pieles, lana, capa, y todo lo que debe llevarse en una estación de frío, además de una gran sonrisa", afirma. 

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    Mikado con hilos dorados

    "Este incomparable vestido se realizó en un mikado, tejido con hilos dorados, de ahí su color. Rematado con abanicos de plumas de faisán que me traje de Londres. Extremadamente delicado, requirió un increíble trabajo del taller. Hoy en día, está en la colección permanente del Museo del traje, y fue donado por la novia que lo lució", concluye.