Ciento treinta pasos elaborados por 40 artesanos. Este es el laborioso proceso artesanal de creación del zapato Touche de Lottusse. "La selección de la materia prima, corte de las piezas, cosido o pespuntado, hasta el teñido de cantos, ojetes y/o realización de bordados si el modelo lo precisa… Esos serían algunos de los trabajos que forman parte de la primera parte de la elaboración de un calzado", cuenta Jaime Segura, director de marketing de la marca.

"Seguidamente se le ponen los contrafuertes de puntera y talón para pasar a la cadena de montaje donde irá pasando por diferentes procesos artesanales junto a la horma para acabar dando forma al calzado. Algunos de los últimos pasos son el cosido de suela, el tacón y el refinado de ambas, el tallaje a golpe de martillo y la revisión de los últimos detalles para que el zapato brille y esté listo para que nuestro cliente dé grandes pasos con él”, señala.

Para estas labores se necesitan cerca de 40 artesanos, muchos de ellos provenientes de largas generaciones dedicadas a este oficio. "Actualmente en la fábrica podemos encontrar a miembros de la tercera generación de artesanos, familias con padre e hijo formando parte del proceso de elaboración de calzado, así como madre e hija. Muchos de ellos tuvieron a sus abuelos formando parte del legado de la familia Lottusse. Es un oficio que se aprende con el esfuerzo y dedicación de muchos años”.

Todo el proceso de trabajo, hecho con dedicación y cariño, da forma a un zapato único. Inicialmente, todo el proceso era manual, y cada par de zapatos se hacía por un artesano que se encargaba de toda su elaboración. Ahora, muchos pasos se han industrializado, pero el trabajo manual y el papel del artesano sigue siendo fundamental.

"El trabajo sigue siendo manual, la máquina es una mera herramienta que sin el oficio de nuestros artesanos no tendría utilidad alguna. Nuestro calzado actual se sigue fabricando de la misma manera que hace más de 100 años, los carros con las diferentes partidas siguen corriendo de un artesano a otro en nuestra fábrica. Nuestra innovación se encuentra en el uso de materiales y técnicas de elaboración para conseguir mayor ligereza, flexibilidad o comodidad en todos nuestros productos, lo cual sería imposible sin el conocimiento de un oficio como es el de artesano", cuenta el director.

Dependiendo de cada modelo, un par de zapatos puede tardar entre cuatro y cinco días en elaborarse. El 80% del calzado masculino y el 20% del femenino de Lottusse se fabrica en Inca (Mallorca). El resto de los productos se elaboran en Elda (Alicante). El 90% de la piel que se utiliza es de vacuno y procede de Italia, de animales de granja que se usan para alimentación.

Lottusse emplea a día de hoy a unas 130 personas, 90 en fábrica y unas 40 en oficinas, muchos de ellos gente joven que se quiere dedicar a este oficio. “En la fábrica han entrado nuevas generaciones de hijos que han vivido la piel en sus familias. Muchos empezaron a probar en sus periodos vacacionales y ya no se han ido”, cuenta. “En la oficina, el propio proceso generacional, así como la decisión de la cuarta generación de la familia por atraer talento más joven han conseguido que se rejuvenezca la plantilla y nos encontremos en un gran momento”.