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El vuelo más especial de Bettina Kadner, la primera piloto de España: un Airbus con su nombre para honrar su legado

"Profesionales de altos vuelos", un proyecto de EL ESPAÑOL e

Iberia
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Desde el 1 de octubre de 2025, hay un avión muy especial que surca los cielos y que supone un merecido homenaje a una mujer que ha hecho historia en el mundo de la aeronáutica y que es inspiración y referente para las nuevas generaciones.

Se trata de Bettina Kadner, a quien Iberia ha rendido tributo bautizando con su nombre el Airbus A320 que ella misma pilotó durante más de 15 años a lo largo y ancho del mundo y que “tan feliz me hizo”. El acto, que tuvo lugar en las instalaciones de la compañía en La Muñoza (Madrid), contó con la asistencia de familiares y amigos… y también de muchas compañeras que han seguido sus pasos y de jóvenes aspirantes para quien ella es un gran referente.

Esta española de origen alemán fue la primera piloto de la aviación comercial en España (la segunda en Europa) y también la primera comandante de nuestro país. Durante más de una década se mantuvo como la única representante femenina a los mandos de una aeronave, un hito irrefutable al que, sin embargo, ella resta importancia con humildad.

Considera que simplemente “encendió la vela” hace 56 años y asegura que nunca pensó que lograr su sueño fuera imposible: "Me había criado en un ambiente donde se suponía que podía hacer lo que me parecía bien. No pensaba en lo que dirían los demás".

Pero lo cierto es que sí derribó barreras y sentó las bases para la incorporación de la mujer al mundo de la aviación en nuestro país. Y es, precisamente, ese legado el que, en palabras del presidente de Iberia, Marco Sansavini, inspira esta iniciativa.

“Es un honor que uno de nuestros aviones lleve su nombre. Así, siempre recordaremos que hubo una mujer que inició un camino, abriendo puertas a quienes vinieron después. También lanzamos un mensaje de futuro, un mensaje que deja claro que en Iberia creemos en la diversidad, en la igualdad de oportunidades y en trabajar para inspirar a nuevas generaciones”, asegura.

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A lo largo de su trayectoria, Bettina ha acumulado más de 18.000 horas de vuelo, lo que equivaldría a dos años y 20 días sin pisar tierra. Ahora, ya retirada desde 2006, este Airbus A320 le permitirá “seguir volando" sin tener que ponerse a los mandos. “Lo cual es una gran ventaja”, asegura. “Es la guinda del pastel”, añade visiblemente emocionada.

La pasión de Kadner por este mundo nació en su infancia. Su madre tenía una empresa de señalización de carreteras y aeropuertos. Con 12 años la acompañó a supervisar la máquina que pintaba las rayas discontinuas de la pista de aterrizaje del aeropuerto de Getafe, se quedó ensimismada mirando cómo los aviones despegaban y aterrizaban y, quizá sin aún saberlo, ya empezó a soñar con subirse a uno.

El primer día que pilotó fue el 1 de octubre de 1969, cuando se incorporó a la compañía Spantax. En 1987 fichó por Iberia, donde ha desarrollado el grueso de su trayectoria, convirtiéndose en un referente de la empresa.

Es fácil imaginar que, cuando ella empezó, la extrañeza de ver a una mujer a los mandos era habitual entre el pasaje y la propia tripulación. ¿Hubo comentarios al respecto? Seguramente sí y puede que los siga habiendo. Sin embargo, como Bettina afirma con un aplomo que no deja lugar a dudas: “Aunque los escuche, no los oigo, no los atiendo y no me interesa. Además, me importa tres rábanos lo que diga el otro".

En la actualidad, el número de pilotos mujeres en la aviación comercial supone solo un 3,5% del total, aunque va creciendo gracias, entre otras cosas, a las políticas de diversidad e igualdad de las compañías. María Bello, directora de Recursos Humanos de Iberia, confirma que la visibilización del caso Kadner rotulando el Airbus con su nombre también forma parte de esta misión.

“Se trataba de rendirle homenaje, porque fue la que marcó el camino y muchas mujeres se inspiraron en ella y pensaron ‘yo también puedo’. Y luego, esto está dentro del programa de diversidad que tenemos, con el que intentamos despertar vocaciones tempranas”, explica.

También en esto de mostrar al mundo la profesión ha hecho una labor encomiable la protagonista de esta historia. Bettina no se conformó con volar, también impulsó la formación de pilotos en España, participando en la creación del Colegio de Pilotos de Aviación Civil (COPAC) y del CESDA en Reus, el primer centro universitario de formación del país.

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Por supuesto, apoya al grupo Aviadoras, dentro de la AEP, que busca aumentar el número de mujeres en el sector. Y lo cierto es que, con paso lento pero seguro, ellas van tomando posiciones.

“En Iberia, a números globales, estamos casi en un 7% que sigue siendo poco, pero comparado con otras compañías y con la industria, no estamos tan mal. No queremos una discriminación positiva, buscamos que los mejores pilotos vengan a trabajar con nosotros”, confirma la directora de RRHH.

Pese a ser la pionera absoluta de la aviación en España, Bettina Kadner no se siente especialmente cómoda siendo el centro de atención y su discreción es de sobra conocida por sus compañeros y amigos.

Aun así, ha compartido alguna anécdota personal de su amplia trayectoria, como su debut como comandante en un vuelo nocturno. “Mi segundo me dijo ‘yo no me bajo del avión si no me dejas ponerme tu chaqueta de galones y se la tuve que dejar”, confiesa divertida.

Por supuesto, apoya al grupo Aviadoras, dentro de la AEP, que busca aumentar el número de mujeres en el sector. Y lo cierto es que, con paso lento pero seguro, ellas van tomando posiciones.

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También aquel día que su marido, Pipo, la recibió en la pista de aterrizaje con champán y rosas para celebrar un trayecto Palma-Valencia-Madrid. ¡Le han pasado tantas cosas que podría pasar horas hablando! Pero esa no sería Bettina.

Lo que sí quiere dejar claro es que, para ella, la aviación “ha sido lo más importante de mi vida, además de mi familia, y lo he hecho con mucho gusto. Pensar que me he retirado sin pisarle el callo a nadie me hace mucha ilusión”.

Por supuesto, lanza un mensaje que pasa por encima de estereotipos: “Volar para las mujeres, igual que para los hombres, es una delicia, una vocación, un trabajo a desarrollar continuamente. A veces es un poco paliza, pero nos da igual porque nos gusta. Es importantísimo hacer lo que uno quiere”.