Escena de El último tango en París.

Escena de "El último tango en París".

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Las coreógrafas del sexo o cómo preparar las escenas sexuales para evitar abusos tras las cámaras

Los coreógrafas o coordinadoras de la intimidad dan seguridad a los actores cuando interpretan escenas íntimas, a la vez que protegen su consentimiento

22 agosto, 2022 01:19

Todos sabemos que cuando vemos una escena de sexo en la pantalla es obra de la actuación y resultado del guión, pero en ocasiones, existen casos en los que la situación se aleja de lo acordado.

Ejemplos como el de Maria Schneider durante el rodaje de Último tango en París con la polémica escena de la violación anal que aparece en el filme. Una escena que no contó con el consentimiento de la actriz y un ejemplo del traspaso de los límites llegándose a presenciar un abuso en medio del rodaje.

La coordinadora de estas escenas surge en parte por casos como aquel y otros muchos más. Su funcion se basa en dar seguridad, proteger y ayudar a los actores cuando interpretan escenas íntimas.

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Además, aportan una visión creativa y coreografiada de las escenas íntimas para que el actor se sienta lo más comodo posible y es que más allá de aparentar ser real tiene que ponerse a la actriz por delante del personaje.

De no ser por este pilar necesario y fundamental seguiría existiendo un vacío que quedaba al azar de la producción olvidando el espacio, la sensibilidad y el tiempo para poder atender las escenas con la delicadeza necesaria.

Escenas que requieren de importancia y que en ocasiones por ignorancia se generan situaciones incómodas incluso indeseadas.

En Estados Unidos este rol ha ido afianzándose desde de que el movimiento #MeToo provocara una reflexión colectiva sobre el trato que recibían las actrices destapando numerosos casos de abuso y acoso sexual.

Ahora, en España se está introduciendo esta figura pero le queda mucho para incluirse en todas las obras que tengan este tipo de escenas.

En otras situaciones ocurre que la actriz no es que se sienta incómoda por su pareja de escena sino que no está preparada para dicha situación o actuación por lo que en cierto modo un preparador puede servirle de guía.

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Incluso existen casos en los que los actores se enteran en el momento del acto de lo que deben de hacer por no venir explícito en el guión: Escena con desnudos o con sexo sin haberlo hablado antes dan lugar a que puedan surgir abusos por parte no del actor sino de dirección o guión.

Sin duda, la obra no lo es todo y en ocasiones es necesario poner las cartas sobre la mesa y pensar por encima de lo cinematrográfico y enconómico. Lo primordial debe ser que el actor se sienta cómodo para llevar a cabo la escena que se espera, y de no serlo, se debe primar lo que esté desee.

Una profesión que debe conocerse

La labor de "coreografiar" los movimientos y posturas en las escenas de sexo en el cine, teatros o series es igual de necesario que los preparadores de las escenas de acción.

Al igual que se emplean numerosas cantidades de dinero en equipos y materiales para llevar a cabo una escena de acción o fuerza, también la parte más sensible del cine debe contar con preparadores e inversión.

Existen diferentes etapas antes de proceder a la escena:

Primero se tienen reuniones con la producción para entender el tono del proyecto, con el director o la directora para entender cuál su acercamiento a esas escenas y qué visión tienen de lo que va a ser.

Después se escucha y conversa de manera privada con los actores para entender cuáles son sus límites.

El trabajo de un coreógrafo íntimo está en diseñar, junto con el director y los actores, las escenas a interpretar, elegir cuidadosamente los movimientos y sonidos más adecuados para mostrar al público lo que se quiere representar y buscar la fórmula en la que todos estén de acuerdo y se sientan a gusto.

Definir un terreno común es clave para que la escena salga bien para todos los que participan en ella y para los de fuera.

La clave también está en ensayar las escenas antes de que se graben para entender al 100% lo que se debe hacer en ellas y cómo hacerlo de la forma en la que siempre prime la comodidad de los actores.

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Además, se crean ejercicios donde existen límites como barreras físcias a modo de objetos como pelotas de goma o coquillas que se colocan entre los dos actores y que pasan desapercibidos ante las cámaras durante las grabaciones.

También las "prendas de modestia" o ropa interior que cubre las partes íntimas de los actores de forma discreta, permitiendo que en cámara dé impresión de desnudez mientras que resulta más comodo y da una sensacion de seguridad para el actor.

Con todo ello y con el trabajo de estas preparadoras, se consigue que el equipo logre desarrollar escenas que parecen reales sin que los actores ni siquiera se estén rozando de manera que nadie se vea envuelto en una situación desagradable. 

Sin duda, se busca la intención de que esto cada vez vaya cambiando más y que las escenas de sexo sean lo más auténticas y diversas posibles. Un cambio en el cine y en la mentalidad de aquellos que las crean.