El Land Cruiser es toda una institución ya no sólo dentro de la marca Toyota, sino a nivel mundial, en la propia industria del automóvil. Allá donde se pregunte, con mencionar "Land Cruiser" automáticamente se asocia al fabricante japonés. Y es que una trayectoria de más de 60 años da para mucho. 

La actual generación del Land Cruiser es la más tecnológica y avanzada de su historia, pero el paso del tiempo es inmisericorde, y la rivalidad en el segmento, más que destacada. Por eso, el fabricante nipón se ha visto obligado a renovar, una vez más, a su buque insignia, dotándolo de un diseño más atractivo y una carga tecnológica aún más abundante. 

Estéticamente el Land Cruiser 2018 mejora sobre todo su parte frontal, renovando tanto su parrilla como su paragolpes, amén de unos grupos ópticos de nueva factura. Otros detalles que han pasado por la mesa de los diseñadores han sido las llantas de aleación, los pilotos traseros o la paleta de colores. 

En el interior, los cambios se han centrado en una mejora en la ergonomía de uso, ampliando además las posibilidades decorativas con nuevas inserciones y molduras. Se ha modificado ligeramente el diseño de la parte central del salpicadero, aumentando el equipamiento, que ahora puede ser aún más completo con la llegada, por ejemplo, de asientos ventilados. 

Mecánicamente no hay ninguna modificación, manteniendo como única opción disponible -al menos en Europa- un propulsor diésel 2.8 D-4D, un motor de gran robustez, con cuatro cilindros y 177 CV, que se ha adaptado a las nuevas normas anticontaminación reduciendo su consumo medio hasta los 7.4 litros/100 km. 

Con disponibilidad de cambio manual y automático de seis relaciones en ambos casos, el Land Cruiser estará disponible con carrocerías de tres y cinco puertas, tres acabados (VX, VXL y Limited) y un precio de salida en nuestro país de 40.600€ para la carrocería corta y de 44.600€ para la más común de cinco puertas.