Hurto, sustracción, usurpación, sisa. Son algunos de los múltiples sinónimos utilizados para hablar de robar, una acción que llega acompañando al ser humano desde que surgió la idea de ‘propiedad’. Esto nos afecta en el día a día no sólo en áreas como nuestros hogares o nuestras pertenencias cuando nos encontramos caminando por la calle, sino que también se extiende a una de nuestras pertenencias más preciadas, el coche.

A pesar del avance en los sistemas de seguridad que equipan los vehículos, a día de hoy, prácticamente cualquier automóvil es susceptible de ser robado, ya sea a través de la fuerza o precisamente aprovechándose de nuevos sistemas que han ido surgiendo de forma paralela al avance de las tecnologías. Obviamente los vehículos premium o de gama alta son los principales objetivos debido a su alto valor económico, sin embargo, de un tiempo a esta parte también se ha extendido el robo de vehículos de gama media, los cuales son destinados a países del este en los que pueden ser vendidos con facilidad como artículos de segunda mano o como repuestos.

En cuanto a las ciudades en las que más robos se producen, los datos son claros: Madrid y Barcelona se encuentran a la cabeza de la tabla, seguida de otras ciudades más pequeñas como Sevilla o Valencia que cuentan también con gran interés turístico. Málaga, Cádiz y Alicante completan el ranking como las urbes en las que más hurtos se produjeron en 2016. En lo que respecta a los emplazamientos en los que más delitos de este tipo se suelen producir son precisamente los grandes parkings públicos o las superficies comerciales donde más automóviles se sustrajeron, aunque los aparcamientos en la calle también son susceptibles de que se produzcan este tipo de hechos.

¿Cómo ha evolucionado el mercado de los robos?

Obviamente, con los años, estas preferencias han ido cambiando. En 2009 por ejemplo, un estudio realizado por la versión española de la revista Autobild, revelaba que el Volkswagen Golf era el automóvil más sustraído, seguido por el SEAT León y la sorprendente presencia del Toyota Land Cruiser, el todoterreno de la firma nipona que incluso superaba en este ranking “de los más robados” a modelos como el Volkswagen Passat, o algunos de los buques insignia de firmas como BMW, Audi y Mercedes. Apenas siete años más tarde, los SUV de alta gama encabezaban la clasificación realizada por la empresa ‘Línea Directa’, con modelos como el X5, Range Rover, BMW X6 o Audi Q7 en las cinco primeras posiciones y, entre ellos de nuevo, el Toyota Land Cruiser, un 4x4 muy apreciado especialmente en Emiratos y Europa del Este.

Ante la avalancha de nuevos lanzamientos entre los todocaminos, parece claro que en el futuro a corto y medio plazo serán los productos de este segmento los más deseados por los amigos de lo ajeno. En las listas ya mencionadas de 2016 aparecían automóviles como el BMW X5 o el Audi Q7. Ahora, habiendo surgido más vehículos de gama media pertenecientes a esta categoría, es previsible que en próximos estudios la clasificación sea copada por los SUV. Por el momento, en 2017, SEAT León, Volkswagen Golf, BMW Serie 3, Volkswagen Passat, Renault Mégane y Audi A4 siguen siendo la representación del compacto generalista junto a los SUV premium.

Sigue resultando curioso que un vehículo tan veterano como el Ford Escort forme parte del ranking de los diez vehículos más robados en España, algo que podría revelar que los cacos han encontrado una buena forma de proceder a su robo sin demasiado esfuerzo.

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¿Cómo se llevan a cabo la mayoría de los robos?

Debido a las dimensiones y la propia dificultad para ocultarlo y volver a venderlo, es difícil encontrarnos con robos realizados a la fuerza o con el conductor presente. Las principales herramientas de trabajo de los ladrones suelen ser los capturadores o escáneres de radiofrecuencia, los cuales permiten a los delincuentes copiar el código de desbloqueo abre el cierre centralizado del vehículo. Los rompebombines siguen siendo una alternativa muy utilizada, aunque sin duda es la más tradicional de las antes mencionadas.

Ya en el interior, ya no se estila el clásico ‘puente’ tan habitual en las películas, prefiriendo ahora un sistema mucho más rápido y tecnológico como el de sustituir la centralita que gestiona el motor por otra unidad previamente ya hackeada. La otra opción, algo menos descarada es la de utilizar una máquina conectada a la toma de diagnosis y con un software escribir una nueva llave en blanco con el código necesario para proceder al arranque.

Consejos para evitar que se produzca el robo:

En esta era tecnológica, es prácticamente imposible asegurar que a través de un sistema pueda garantizarse que un vehículo no sea susceptible a ser sustraído. Incluso la utilización de un GPS con función de localización no asegura que el coche robado pueda ser recuperado si los ladrones consiguen inhibir por completo la señal del mismo. En su lugar, sí se puede recomendar una ser de hábitos que hagan más difícil la tarea a los cacos, o por lo menos, que no se encuentren con una alfombra roja hasta el interior de nuestro coche.

El primer consejo es el de extremar la precaución, especialmente cuando dejamos el coche para por ejemplo pagar el combustible repostado en una gasolinera o cuando realizamos una parada rápida para comprar el pan. En ese tipo de situaciones es recomendable cerrar el coche y a poder ser con la llave, con el objetivo de evitar que el capturador pueda reconocer el código del cierre. Nunca se debe abandonar el vehículo dejando el motor encendido o las llaves puestas en el contacto, es importante interiorizar esa costumbre y siempre que se abandona el habitáculo se debe cerrar las puertas y llevar las llaves con uno mismo (sin dejar además una copia dentro del mismo ni la documentación).

Aunque en algunos casos se puede volver obsesivo, es recomendable el cerciorarte que tanto las puertas como las ventanillas están correctamente cerradas, a pesar de que muchos automóviles ya traen de serie el bloque y cierre automático una vez que detectan que las llaves se han alejado del vehículo. Tanto parado como en marcha, es recomendable cerrar las puertas con el cierre centralizado y nunca llevar objetos de valor a la vista cuando circulamos por ciudades o vías urbanas con las ventanillas bajadas. Si utilizas un navegador portátil, es recomendable no dejarlo dentro del coche, así como dvd’s portátiles y sus soportes, con el fin de evitar ‘generar’ la tentación al ladrón de buscar en nuestro coche la presencia de este dispositivo.

En cuanto a las zonas para su aparcamiento, lo más recomendable es dejarlo en zonas bien iluminadas, que no estén demasiado aisladas o poco transitadas, en las que se pueda advertir a simple vista que se está cometiendo la sustracción de un coche. No está de más la posibilidad de equipar otros elementos como un sistema de alarma antirrobo, inmovilizadores o bloqueos de volante, sistemas muy tradicionales, aunque pueden hacerle replantear al caco sobre si merece o no el esfuerzo.