Motor

Combustibles Low-Cost ¿Me la juego al repostar gasolina o diésel barato?

27 julio, 2017 12:02

En el pasado, el dilema al que se solían enfrentar los conductores antes de repostar solía centrarse en la utilización de un octanaje u otro para la llenar con gasolina o diésel el depósito de su coche. Con la llegada de nueva oferta entre los distribuidores autorizados, la subida del precio por el litro y la crisis económica deparó una situación en el que las gasolineras tradicionales tuvieran un nuevo rival en las llamadas gasolineras low-cost o gasolineras de hipermercados. Este hecho hizo que los consumidores también tuvieran que realizarse una pregunta que hasta ahora no era tan habitual: ¿combustible de una empresa reconocida o apostar por la marca blanca que por término medio suele ser dos céntimos más barata que la marca ‘comercial’?

La otra pregunta subyacente que podría surgir una vez observados con detenimiento los precios de cada una de las alternativas sería precisamente la de por qué tanta diferencia entre ambos productos y si realmente esto refleja la calidad de cada uno de los productos. Son muchos los mitos urbanos que han surgido al respecto, incluso llegando a hablar de gasolina diluida, negligencias o caudalímetros ‘trampeados’. Una práctica que en muchas ocasiones no tiene nada que ver con la marca que luce en los voladizos, surtidores y uniformes de los trabajadores, sino que está relacionada con la honestidad del propio personal.

Partimos de la base de que estamos hablando del mismo combustible, al menos en lo que a la base se refiere. Después, cada fabricante, al igual que los “maestrillos tienen su librillo”, ellos cuentan con una fórmula especifica. Esta diferencia llega a la hora de repostar, cuando se añade a la mezcla ciertos aditivos que están orientados a mejorar las prestaciones del motor, un menor consumo o a alargar la vida útil del motor debido a la necesidad de un menor mantenimiento de la mecánica.

Sin embargo, el combustible de base, tal y como advertíamos anteriormente es el mismo debido a que en España, el Grupo CLH (Compañía Logística de Hidrocarburos) es prácticamente el encargado único de recibir los carburantes de las ocho refinerías que hay en nuestro territorio, de su almacenamiento y posterior distribución de los hidrocarburos que alimentan los motores de este país. Su producto es suministrado a prácticamente todas las gasolineras a nivel estatal, sin importar en este caso la marca del destinatario ni si se trata de una marca tradicional o una de las gasolineras ‘low-cost’.

La diferencia llega en el surtidor, con esos aditivos que mejoran un combustible base que debe pasar todos los procesos de calidad que exige el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. ¿Esto supone que todas las gasolineras ‘low-cost’ no aditivan su producto? No. Es más, CLH ofrecer uno de sus productos ya con el aditivo HQ300, el cual pueden adquirir para su comercialización este tipo de empresas con marcas menos reconocibles por el conductor.

¿Por qué pueden ofrecer entonces precios mucho más bajos?:

El crecimiento de la oferta disponible en los hipermercados, así como el amplio número de opciones entre las compañías han hecho que este tipo de gasolineras low-cost sean cada día más habituales, no sólo ligadas ya a las grandes superficies comerciales, sino también a vías importantes de la red de carreteras. En concreto los números apuntan a que ya son más de 10.000 y que son los encargados de vender ya más del 25% del combustible nacional. ¿Dónde está la diferencia para que incluso llegue a haber hasta 10 céntimos por litro?

Más allá de la fuerte inversión en investigación y desarrollo que realizan las principales multinacionales de hidrocarburos con el objetivo de encontrar la mejor formulación para sus productos, la llegada de la Ley de Hidrocarburos de 2013 abrió un panorama nuevo en España al liberalizar el mercado. Se optó por facilitar la instalación de gasolineras junto a grandes superficies como hipermercados o centros comerciales a través de la recalificación de grandes terrenos adyacentes.

A esta medida hay que sumar que estas gasolineras low-cost situadas en estos enclaves se interesan por atraer a los clientes no sólo para repostar combustible, sino también para que realicen la compra semanal o mensual en sus instalaciones, incluso ofreciendo descuentos en combustible al superar una cierta cantidad en el ticket. Los márgenes de beneficio se reducen (los clientes tampoco tienen que pagar la marca), sin embargo, basan sus ganancias en las grandes cantidades de combustible que venden y en la fidelización del cliente que sale del recinto habiendo llenado el depósito y con el maletero lleno con los productos para casa.