Siempre con su inconfundible estética, heredada del Austin FX3 de los años 1950, los Taxis de Londres se han convertido junto a los autobuses rojos y los edificios como el Big Ben, el Parlamento o el Tower Bridge, en una de las imágenes más representativas de la capital. La Compañía de Taxis, LTC, lleva ya algún tiempo trabajando en el estreno de nuevos vehículos para su flota que día a día se encarga de llevar a miles de clientes del punto A al punto B, por la que en el pasado llegó a ser una de las urbes más congestionadas de Europa.

Después de introducir las limitaciones de tráfico en el centro londinenses, la London Taxi Company, propiedad del grupo inversor chino Geely -también propietaria de Volvo-, ha decidido dar un paso más y presentar el que será el nuevo modelo para el transporte público: los nuevos taxis eléctricos de largo recorrido, cuya autonomía se calcula que estará en torno a las 300 millas, unos 480 kilómetros. Será este fin de semana, durante el Festival de la Velocidad de Goodwood en el que se presente públicamente frente a 200.000 visitantes a los terrenos de Lord March y ya sin el camuflaje que ha lucido durante los miles de kilómetros de test realizados para asegurar que soportan el uso al que serán sometido en el futuro.

Concretamente, será la piloto de 17 años del campeonato Ginetta británico, Katie Milner, la encargada de realizar la exhibición en pista. La prueba de fuego final después de haber atravesado el desierto de Arizona, también ha rodado en los 45ºC de Dubái para probar que la batería mantenía su rendimiento, así como que el habitáculo seguía siendo confortable a pesar de las condiciones de calor extremas en el exterior.

Posteriormente, se eligió el Circulo Ártico para llevar también los test con temperaturas inferiores a los -15 grados bajo cero, algo que sin duda lo convertía en el coche más probado de los 98 años de historia de la LTC. Estará a la venta a partir del último trimestre del año, e incluso se espera que pueda llegar a formar parte de la fauna urbana de otras grandes capitales. En Londres concretamente, la normativa que entrará en vigor a partir del próximo 1 de enero de 2018, obliga a que todos los taxis de nueva licencia puedan obtener la etiqueta de vehículo de cero emisiones, no emitiendo más de 50 g/km de CO2.