Hace unas semanas el RACE proponía que muchas de las medidas que recaen sobre los vehículos motorizados se aplicaran también en las bicicletas, como por ejemplo tener un seguro obligatorio de responsabilidad civil, tener el vehículo matriculado y hasta un carnet por puntos para los usuarios de la bicicleta. Medidas que levantaron ampollas y que no sentaron nada bien a ciertos colectivos. Pero, ¿realmente serían efectivas estas medidas?

En palabras del director de Seguridad Vial del RACE, Tomás Santa Cecilia, con estas medidas el objetivo es “que las personas que conduzcan cualquier tipo de vehículo bajo los efectos del alcohol, de las drogas, saltándose la normativa, no respetando los pasos de peatones ni los semáforos o conduciendo hablando por el móvil, puedan ser objetos de sanción”. Pero de hecho esto ya es sancionable por parte de las fuerzas del orden que controlan el cumplimiento del Código de Circulación. 

Santa Cecilia añade: “consideramos que cualquier vehículo que circule por la vía pública debe estar sujeto a unas mínimas normas y garantías de seguridad. Lo que valoramos es establecer un seguro obligatorio para ciclistas que garantice la seguridad de este conductor y del resto de usuarios; así como un censo de bicicletas que tenga como objetivo disminuir los robos y facilitar la recuperación de la bicicleta en caso de robo o de hurto”. Y aclara que “no se puede tener sobre la vía publica vehículos a los que no se les aplique la normativa”.

Incluso se planteó la surrealista idea de crear pruebas para obtener el carnet de conducir para bicicletas. Algo que si tiene más lógica y permitiría sentar mejores bases es apoyar la concienciación en menores y dar mayor importancia a la educación en seguridad vial. Con estas medidas el RACE pretende que la mortalidad de los ciclistas en carretera se reduzca, pues en 2016 murieron en accidentes de tráfico 33 ciclistas. 

Pero esta medida lanzada sin ninguna otra intención que la de proponer ideas para acabar con los accidente con ciclistas tiene varios puntos débiles. Lo primero es que en un accidente con un ciclista, por lo general ellos son la víctima del accidente no quien lo provoca. Son los más vulnerables y ellos lo saben por lo que es raro que un ciclista no extreme las medidas de precaución, siendo todo lo contrario en los conductores de los coches. 

En muchos países de europeos con un mayor tráfico de bicicletas estas medidas propuestas ni siquiera están sobre la mesa, como en Holanda o Dinamarca. Japón por ejemplo al contrarios si tiene un sistema de matriculación y deben ir aseguradas. Pero esta medida de hacer que tengan que pagar un seguro y un impuesto de matriculación al comprar la bici haría que mucha gente se pensara usarla como medio de transporte debido a su encarecimiento, y por lo tanto la medida sería más contraproducente. La burocracia no ayuda en absoluto a algo que a priori parece un medio sencillo y barato de transporte. 

Las ciudades cada vez se saturan más debido al uso del coche, pero los conductores tanto de bicicletas como de vehículos motorizados también están cada vez más concienciados de una sana convivencia. Quizás antes de legislar este medio de transporte tan simple haya que aportar una infraestructura acorde.