Genalguacil, Málaga.

Genalguacil, Málaga.

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Ni Ronda, ni Antequera: el pueblo de Málaga que parece sacado de cuento y tiene sus calles llenas de obras de arte

Su ambiente tranquilo y su tamaño reducido lo hacen perfecto para aquellos que buscan un destino original en invierno alejado del turismo masivo.

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En pleno corazón de la Serranía de Ronda, rodeado de castaños, alcornoques y un paisaje impresionane, se encuentra Genalguacil, un pequeño pueblo malagueño que parece sacado de un cuento. Pero no es solo su entorno natural lo que lo hace especial: este rincón andaluz ha sabido transformar su esencia convirtiéndose en un museo al aire libre, donde el arte y la tradición conviven en perfecta armonía.

Sus estrechas calles blancas, adornadas con murales, esculturas y piezas artísticas en cada rincón, hacen que pasear por Genalguacil sea como recorrer una galería a cielo abierto. No es casualidad: desde 1994, el municipio celebra los Encuentros de Arte, un evento bienal donde artistas de todo el mundo son invitados a convivir en el pueblo durante dos semanas, creando obras que, una vez finalizado el evento, permanecen expuestas en el municipio. Esta iniciativa no solo ha embellecido sus calles, sino que ha convertido al pueblo en un referente cultural y ha logrado combatir el fantasma de la despoblación que amenaza a muchas zonas rurales.

Cada obra de arte parece contar una historia. Desde una escultura de madera tallada que abraza la naturaleza hasta coloridos murales que reflejan la identidad andaluza, el arte no solo embellece, sino que conecta al visitante con el alma del lugar. Los vecinos, que acogen con cariño a los artistas, ya que muchos residen allí han hecho del pueblo un espacio de convivencia donde arte, historia y comunidad se dan la mano.

Genalguacil, Málaga.

Genalguacil, Málaga.

Pero Genalguacil no solo vive del arte. Su entorno natural es igualmente espectacular. Situado en pleno Valle del Genal, el pueblo es un punto ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza, con rutas que serpentean entre bosques de castaños y ríos cristalinos. El mirador de la plaza principal ofrece unas vistas impresionantes de la serranía, especialmente al atardecer, cuando la luz baña de tonos dorados el paisaje.

Visitar Genalguacil es una experiencia que va más allá del turismo. Es descubrir cómo un pequeño pueblo ha sabido reinventarse, apostando por la cultura y la belleza como motor de vida. Un lugar donde el arte no solo se observa, sino que se vive y donde cada esquina, cada maceta y cada obra parecen susurrar historias de un pueblo que se niega a ser olvidado.