Milena Smit, Miki Esparbé y Javier Castillo: "Esta temporada de 'La chica de nieve' es mucho más macabra"

Tras el éxito global de La chica de nieve, la intrépida periodista Miren Rojo, encarnada por Milena Smit, regresa a Málaga con una nueva investigación que promete sumergir a los espectadores en una trama todavía más oscura y perturbadora. La chica de nieve 2: El juego del alma, basada en la novela de Javier Castillo, que le da nombre a esta nueva temporada, nos presenta a una Miren más atormentada y decidida a llegar hasta el final de un caso que desafiará todos sus límites vitales.

En esta nueva temporada, Miren tiene un apoyo en el periódico: Jaime, interpretado por Miki Esparbé. Juntos investigan en un colegio de Málaga ligado al fanatismo religioso donde desapareció una niña, Laura Valdivia, y es hallada muerta otra menor, Allison Hernández.

Este lunes, Milena Smit y Miki Esparbé se han reencontrado con Javier Castillo en Málaga, donde se han rodado las dos temporadas de la serie. "La acogida de la gente ha sido increíble, como en la primera temporada. Es un regalo ver que los espectadores siguen tan entregados", afirma Milena Smit, quien celebra el solazo que luce en el cielo de Málaga pese a que la semana comenzara con alertas por fuertes precipitaciones.

Julio Vergne

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"Ayer cuando llegamos, lo comentamos... La chica de nieve trae el mal tiempo a Málaga, pero hoy nos ha dado una tregua", expresaban entre risas los dos actores y el escritor. Los directores de la serie, Laura Alvea y David Ulloa aseguraron a este periódico durante el rodaje que Málaga se había convertido ya en un personaje más de la trama, recreando cada vez que vienen un ambiente grisáceo y casi londinense que se suma al thriller.

Respecto a la segunda temporada esta es, según sus protagonistas, mucho más "macabra" que la anterior. "Es un viaje a las profundidades de Miren, la vamos desmenuzando poco a poco hasta crear una tormenta perfecta en la que ella se sumerge sin retorno", asegura Javier Castillo. Su personaje no solo enfrenta una nueva investigación aterradora, sino que también debe lidiar con su propia sombra y con las heridas que la primera temporada dejó en su vida.

"Jaime y Miren forman un tándem curioso: investigan juntos algo a medias y, a la vez, terminan apoyándose mutuamente en sus propias luchas internas, como colegas", comenta Esparbé. Para él, esta historia no solo es una investigación periodística, sino también un reflejo de cómo el dolor y las cicatrices personales pueden unir a las personas.

El periodismo es una pieza clave en la serie. Tanto Smit como Esparbé interpretan a reporteros que desafían al poder, una lucha que está muy presente en esta temporada. "Nuestros personajes funcionan casi como detectives, pero el medio es el periodismo", apunta Esparbé, quien hace distinción entre el periodismo de investigación y la prensa sensacionalista cuando se le pregunta si encarnar a un periodista le ha hecho comprender mejor a la prensa. "El periodismo real es fundamental, no hay un día que pase sin que escuche la radio o lea la prensa, lo amo", confiesa.

Para Javier Castillo, autor de la novela en la que se basa la serie, El juego del alma aborda temas de gran calado social. "Hay debates muy presentes en la trama: el fanatismo religioso, el aborto, el dolor, la relación entre el periodismo y el poder... La serie no busca posicionarse, sino reflejar la realidad y mostrar diferentes visiones en los protagonistas", explica.

Más allá de la investigación periodística y del thriller que atrapará a los espectadores, El juego del alma también plantea cuestiones personales profundas. Miren Rojo, en su lucha por la verdad, renuncia casi a sí misma, tanto que incluso reconoce tener miedo a lo mucho que su madre se preocupa por ella, llamándole en tantas ocasiones. "Me encantaría que Miren tuviera un momento bonito en su vida. La pobre ha sufrido demasiado", confiesa Smit entre risas, mientras que Castillo asegura que pronto la veremos sonreír.

La conversación también deriva en la importancia de encontrar un equilibrio entre la vida profesional y personal, algo que Miren es incapaz de hacer. "A veces romantizamos ser adictos al trabajo, pero es necesario parar y conectar con los nuestros", reflexiona Esparbé. Castillo, por su parte, coincide: "No podemos pasar la vida corriendo tras nuevos proyectos sin detenernos a disfrutar de lo que tenemos".

Milena reconoce que su llegada al cine fue algo "apabullante". "Tanto, que decía, 'vale, tengo esto', pero no tengo ni idea de qué hacer con mi vida, mis dramas familiares y mis amigos. Poder ir equilibrando la balanza es clave. Decir no a cosas que te apetecen, tanto de proyectos como de planes para encontrar la paz y darse un respiro a uno mismo. A veces hay que trabajar esa calma, el autocuidado e incluso el no hacer nada. No podemos romantizar todo el trabajo de esa forma en la que lo hacemos", defiende.

Cuando se les pregunta por su lugar seguro, una pregunta muy importante en el transcurso de la temporada, todos responden con el corazón. "Para nosotros, nuestra gente es nuestro refugio", dicen Esparbé y Smit. Castillo, por su parte, menciona a sus tres pequeños, Gala, Bruno y Pablo; y un "planazo" que comparte con ellos siempre que puede: "Ponemos mantas y cojines en el salón, jugamos y vemos películas. En ese momento, nada más importa".

Tanto los actores como el escritor esperan que la historia continúe en la ciudad. "No veo a la pobre Miren mudándose. Si tiene que hacerlo, mata al de la mudanza. Si hay tercera temporada, tiene que ser en Málaga", afirma Castillo entre risas, quien además revela que está ultimando su próxima novela. "Aún no tiene título, pero estoy en la fase final de escritura, tengo un nombre casi elegido con seguridad", adelanta.