
Adeline y Mariana, en Nuezz, su puesto del Mercado de Antón Martín.
Mariana, la refugiada que hace 'macarons' ucranianos en una pastelería de mercado: "Huí de la guerra con mi hija y 300€"
La ucraniana es la única que hace este dulce en exclusiva en la capital en un pequeño puesto del Mercado de Antón Martín.
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A Adeline P. se le quedó grabado en la retina cuando Mariana U. vino con su hija de 6 años huyendo de la Guerra de Ucrania sólo con una mochila infantil. "Cuando empezó la guerra, Adelina nos contactó para ayudar. Vine a España con 300 euros. Nada más", cuenta la ucraniana a este diario.
"Cuando llegó en marzo de 2022 al aeropuerto le pregunté: '¿Dónde está tu maleta?'. Los ucranianos esperaban que se venían para un fin de semana, no lo que pasó con la guerra", recuerda Adeline, una francesa asentada en Madrid que ayudó a Mariana y su hija a encontrar una familia de acogida para refugiarse.
Ya han pasado 3 años desde que Mariana se vio obligada a abandonar a su marido y su hogar, en Kiev. Sigue con su familia de acogida y se ha enfrentado a las dificultades que tienen las madres refugiadas para encontrar un trabajo flexible en Madrid.

Adeline y Mariana en su puesto de mercado Nuezz.
Por eso decidió emprender con la ayuda de Adeline con Nuezz, un negocio que tiene un fin social detrás: "Quería que los españoles conociesen más a los ucranianos y nuestra cultura. Además de ayudar a madres refugiadas que están solas en Madrid", cuenta Mariana tras el mostrador de su nueva pastelería, en el Mercado de Antón Martín.
Su marido, que no puede salir de Ucrania, le envió una máquina para hacer nueces, ya que es la única que hace este dulce en exclusiva en la capital, y empezó con el pequeño puesto de mercado.
Nuezz, que lleva desde principios de diciembre abierto, es un pequeño puesto de mercado que vende 'nueces' o gorishok, uno de los dulces más típicos de Ucrania. "Lo comemos mucho. Durante todo el año casi todas las cafeterías tienen una nuez con diferentes rellenos para acompañar con un café. Es perfecto, algo dulce y pequeño", aclara la ucraniana.
Se puede comer de un solo bocado y tiene forma de nuez, aunque no contiene ese fruto seco. Su sabor y textura podría recordar a la de un macaron. "La masa de galleta —la parte exterior— lleva mantequilla, azúcar, harina y colorantes como carbón, espirulina, cúcruma, remolacha... Después rellenamos con una crema dulce", informa la creadora de Nuezz.

Nuezz o gorishok.
Entre los sabores está la nuez rellena de dulce de leche, espirulina con crema de pistacho, cacao con chocolate, carbón con coco, remolacha con crema de fresa y cúrcuma con crema de limón. El más típico es del de dulce de leche, que además es el único que lleva una pequeña nuez. Las materias primas las elaboran productores artesanales, como para el gorishok de turrón, del obrador artesano de Jijona, La Colmena.
El puesto ha sido decorado al gusto de Mariana "con los colores del sol de Ucrania y su bandera". Cuenta con un pequeño mostrador, donde hay un expositor que anima a probar este curioso dulce tan desconocido para los madrileños, y un par de mesitas escondidas, perfectas para tomar un café, un té, un chocolate o una infusión, acompañado de este bocado dulce.
Los gorishok los puedes comprar por unidades (1,10 euros) o en cajas a partir de 6 unidades (6 euros). Asimismo, disponen de otros dulces ucranianos como 'zefir', una magdalena que sabe a "nube de gominola. Lo hace con fruta, azúcar y clara de huevo. Muy rico", informa Mariana.
A su vez, cuentan con panettones y turrones por Navidad, pero su idea es ir progresivamente incluyendo más bollería y tartas de su país. También hay nueces saladas de queso Philadelphia con salmón y de hummus con tomate seco. Pueden hacer hasta 400 diarios, por lo que confían en que en un futuro tengan una clientela en el mercado y también reciban pedidos de pastelerías y caterings.
Mariana explica que ha tenido que adaptar algunos sabores al paladar español y, sobre todo, el tamaño. "Los hago más pequeños que en Ucrania, porque nosotros comemos un poquito más que aquí", detalla.
Nuezz abre de martes a sábados (este último día sólo de mañanas y hasta a las 15.00) de 9.30 a 14.00 horas y de 17.00 a 19.30 horas.
Ayudar a refugiadas
Mariana tiene 39 años, era psicóloga y trabajaba en ventas en Kiev. A su llegada a España tuvo que aprender el idioma a marchas forzadas —"todo el día estaba aprendiendo, gracias a un colegio que me enseñaba gratis y ayudaba mucho"— para poder encontrar un trabajo lo antes posible. Empezó en Calzedonia con un contrato de fines de semana, cuando justo su hija no iba al colegio, por lo que no tenía con quién dejarla mientras ella trabajaba.
"Tú no puedes dejar a madres trabajando los fines de semana porque no tienen dinero para contratar a alguien que se quede con sus niños. Nos olvidamos completamente de que no tienen familia ni amigos aquí con los que dejarlos. Para la gente que viene sola con niños es imposible", dice indignada Adeline, que fueron las razones que la llevaron a ayudar a emprender a Mariana.
El sueño de Mariana y Adeline es crecer para poder contratar a más refugiadas ucranianas para facilitarles los años de exilio en Madrid con un trabajo flexible. "Hay muchas mujeres que están igual que yo", comenta Mariana, que va a intentar ayudarlas con su pequeña pastelería en pleno centro de la ciudad.