Flores en una lápida del cementerio Sacramental de San Isidro de Madrid.

Flores en una lápida del cementerio Sacramental de San Isidro de Madrid. Carlos Luján Europa Press

Madrid Capital

El cementerio de San Isidro impide "un acto" de ofrenda floral de los familiares de uno de los abogados de Atocha

CCOO y la Fundación abogados de Atocha insisten en que se trata de una pequeña ofrenda floral al letrado asesinado Benavides y "no un acto". 

Más información: Paca, Manuela y Cristina, 'Las Abogadas' que cambiaron España: "No sabíamos qué era el miedo hasta Atocha 55"

Publicada
Actualizada

Luis Javier Benavides, 'Luisja' para sus amigos, nació en Jaén y acabó "entregado al marxismo y al cristianismo". Cursó bachiller y se licenció en Derecho y Empresariales con los Jesuitas. Sin llegar a la treintena, el joven se labró su carrera en despachos que asesoraban a las asociaciones de vecinos y del movimiento ciudadano. La vida de 'Luisja' se apagó la noche del 24 de enero de 1977. Recibió un disparo que lo mató al instante en el despacho de los abogados laboralistas de Atocha, 55.

Los mismos pistoleros vinculados a la Falange Española y a Fuerza Nueva asesinaron a otros cuatro compañeros suyos. De aquel crimen se cumplen este viernes 48 años. "Cerca de quinientas personas acompañaron a los restos del abogado al cementerio de San Isidro", informó El País entonces. Después, "fue trasladado a hombros de sus compañeros abogados hasta el panteón de la familia Gómez Arenzana, donde fue enterrado". 

Como homenaje, cada año, en el aniversario del asesinato múltiple, una delegación de CCOO y de la Fundación abogados de Atocha, junto a "familiares y amigos", visitan el cementerio de San Isidro y colocan unas flores en la tumba de 'Luisja'. La ofrenda del próximo viernes, sin embargo, se está complicando. La Real Archicofradía Sacramental de San Isidro, dueña del camposanto de Carabanchel, no ha autorizado el "acto" que les han solicitado los impulsores del tributo a Benavides. 

Vista del cementerio Sacramental de San Isidro de Madrid.

Vista del cementerio Sacramental de San Isidro de Madrid. Carlos Luján Europa Press

"Pueden rendirle todos los respetos de forma individual, pero no en un acto (...) La postura de la Archicofradía Sacramental es la de salvaguardar el recinto, donde hay entierros diarios", explican a este periódico desde de la institución. Fuentes de CCOO Madrid, en cambio, recalcan que lo que se hace en San Isidro "no es un acto": "Es una visita privada a la tumba del abogado fallecido". El "único" que habla es un familiar de la víctima, a la que le dirige unas palabras. "No se llevan banderas ni distintivos, salvo un ramo de flores", añaden. 

"En el cementerio de Carabanchel [gestionado por el Ayuntamiento y donde están inhumados otros de los abogados laboralistas asesinados] no tenemos problemas", recuerdan. La organización sindical asegura que el año pasado ya les impidieron realizar fotografías del momento, como venían haciendo en aniversarios anteriores.

Desde la Archicofradía insisten en que, en una de las peticiones que recibieron, sí que se hablaba de "acto" y que, por ello, rechazaron la solicitud. En cualquier caso, afirman que no intercederían sí se trata de una ofrenda floral con pocos asistentes que no derive en un evento. Respecto al asunto de las fotografías, los propietarios se ciñen a su reglamento, que la prohíbe salvo autorización de la dirección del cementerio. Además, aclaran que en 2024 portaban una "cámara de rodaje" pese a que se advierte "por todas partes" que no están permitidas.

¿Por qué ocurren estos contratiempos ahora? Según la propiedad, los organizadores "no pedían permiso para ir". El sindicato, al contrario, señala que "siempre" comunicaban el homenaje pero "no hacían falta permisos". 

Las mismas reglas del camposanto establecen que la dirección de San Isidro podrá "adoptar en todo momento las decisiones oportunas para velar por el mantenimiento del orden en el recinto, así como, por el respeto adecuado al carácter sagrado y función del mismo, solicitando cuando proceda el auxilio de los servicios de seguridad o de las autoridades policiales". 

Cada 24 de enero, CCOO y la Fundación abogados de Atocha visitan Carabanchel y San Isidro a primera hora para los "homenajes privados". Después, realizan la ofrenda floral en la Plaza de Antón Martín, donde está la escultura de Juan Genovés en honor a los letrados de Atocha. La jornada de recuerdo sigue con un acto central en el Auditorio Marcelino Camacho. Este año se reconocerá en este espacio al Pueblo Palestino y a los abogados y abogadas que trabajaron en despachos laboralistas como el de Atocha 55. 

Los hechos del 24 de enero de 1977

Para la Real Academia de la Historia (RAH), el atentado de los abogados de Atocha "fue un acontecimiento emblemático de la transición política española". Ocurrió en la noche del 24 de enero de 1977.

Sus autores materiales fueron los pistoleros José Fernández Cerrá y Carlos García Julia. Como colaboradores, actuaron Fernando Lerdo de Tejada y Leocadio Jiménez Caravaca. Y todo ello "bajo la instigación directa" de Francisco Albadalejo Corredera, secretario general del oficial sindicato vertical de Transporte de Madrid.

El despacho de Atocha 55 era uno de los que se habían creado en la capital y en localidades industriales de la periferia a mediados de los sesenta. Nacieron por iniciativa política de la dirección clandestina del PCE, en colaboración con los letrados de la formación y de otros dirigentes obreros con cargos sindicales en empresas, detalla la RAH. 

El brutal crimen se saldó con cinco fallecidos: Luis Javier Benavides Orgaz, Serafín Holgado de Antonio, Ángel Rodríguez Leal, Enrique Valdelvira Ibáñez y Javier Sauquillo Pérez del Arco. Hubo, además, otros cuatro heridos graves. Todos militaban en el PCE de Madrid y estaban vinculados a Comisiones Obreras.