El presidente, Pedro Sánchez, acudió el miércoles al Congreso cargado de anuncios. Prometió: este sábado en el Consejo de Ministros extraordinario, ¡voy a bajar el IVA de la luz del 10 al 5%! ¡Las eléctricas pagarán por sus beneficios extraordinarios (no sabemos cuándo, ni cómo, pero pagarán)! ¡Prorrogaremos los 20 céntimos de subvención por litro de combustible! ¡Los alquileres tampoco podrán subir más del 2% hasta…! ¡Ayudaremos de forma directa a sectores como el transporte, la agricultura…! ¡Mantendremos el 15% de aumento del Ingreso Mínimo Vital y del bono eléctrico!, etc.

Lo que no dijo es: ¡Todo esto será posible gracias a vuestros impuestos porque con la inflación me estáis llenando la caja! En IVA e IRPF por lo menos.

¿Y todo por qué? ¿Por qué este sábado?

Le ha entrado una prisa histérica. La semana que viene Sánchez va a estar de estadista en la reunión de la OTAN. Una imagen tan de derechas que parte de sus ministros han decidido no acudir. Así que toca dar una pincelada de izquierdas al Gobierno para contentar a parte de sus aliados, los ministros de Unidas Podemos.

Aliados que también están histéricos por los resultados de las elecciones andaluzas. La caída electoral del socialismo en la tierra bética ha sido grave. Pero más debacle ha sido la de Unidas Podemos y sus marcas anexas. Todas absorbidas por el PCE de Izquierda Unida, con el ministro Garzón y la vicepresidenta Yolanda Díaz. ¿Son conscientes que la IU de Anguita en 1986 obtuvo 19 diputados en Andalucía? ¡Casi cuatro veces más!

Su reacción no se ha hecho esperar: han pedido al presidente acentuar las medidas que ellos llaman"progresistas".

Así que entre la OTAN y Andalucía el Gobierno anda histérico moviéndose como un pollo sin cabeza. Porque falta cabeza cuando se empeñan en repetir medidas que no han dado resultado ni económico, ni político.

Entre la OTAN y Andalucía el Gobierno anda histérico moviéndose como un pollo sin cabeza

¿Alguien cree que los 20 céntimos de ayuda indiscriminada al combustible sirven para rebajar la sensación de inflación cuando el litro supera los dos euros? ¿De verdad la rebaja?

El tope del 2% de los alquileres es demagogia. Los propietarios que vayan a alquilar un piso nuevo lo tendrán en cuenta y subirán las cuotas mensuales. Máxime en un clima de inflación.

Con el 5% de IVA de un kWh de casi 200 euros el Estado ingresa casi lo mismo que con el 21% de aquel kWh de 50 euros de 2019. Aproximadamente, 10 euros en un caso, 10,5 en el otro. ¿A quién quieren embaucar? Por otra parte, la 'excepcionalidad ibérica' ya se ha visto lo que da.

Las subidas del 15% del IMV han sido absorbidas por la inflación desde hace tiempo. Los receptores de la misma se encuentran en peor situación que hace dos años, pandemia incluida.

Lo mismo pasa con las ayudas directas a los sectores que quedan cortas enseguida. De manera que ni se frena la inflación, ni los que las reciben se sienten agradecidos. Algo falla.

Si hicieran un análisis profundo se darían cuenta, parafraseando Einstein, que "si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".

El 'cambio de ciclo' que los medios de comunicación airean es evidente. Se reafirma elección tras elección y eso pone histérico al Gobierno.

Un Gobierno que pretende mantenerse a costa de lo que sea esperando una solución "mágica", los 140.000 millones de Next Generation europea. Los famosos PERTEs milagrosos con los que el presidente piensa recuperar popularidad.

En lo que no parecen ser conscientes es que el Gobierno nunca tuvo esa popularidad. Fue siempre un Ejecutivo de gestión lastrado por los resultados electorales. Desde la moción de censura que llevó a Sánchez a la presidencia, han sido siempre escasos.

La composición del Gobierno se ha conseguido siempre de componenda en componenda con independentistas. Con un deterioro notable de la imagen en el electorado más constitucionalista. De ahí que lo que ellos denominan las derechas hayan ido engordando.

Si al menos la economía hubiera despegado al 7% como los Presupuestos pronosticaban, la ciudadanía habría encontrado razones para el deterioro institucional que percibe.

Pero vino la guerra ruso-ucraniana y como dicen los clásicos griegos: los dioses ciegan a los que quieren perder.

*** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.

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